En uso de mi libertad de expresión opino que el director y
el redactor jefe de la revista satírica "Charlie Hebdo" son unos
fundamentalistas de la liberté al decimonónico estilo de "la Revolución Francesa"... aunque en "abuso" de esa liberté de expresión me
gustaría decir que son unos perfectos ignorantes y unos malos profesionales de
la comunicación; del humor no sé, quizás a ellos les haga gracia que su irresponsabilidad
dé razones a los que nunca las tienen y provoquen algo irremediable, peor que
no tener libertad, que es perder vidas humanas.
Sí, claro está, sabemos que ellos no son el policía
pakistaní que aprieta el gatillo ante una turba de islamistas enloquecidos de
odio, pero son los occidentales “acomodados” en siglos de progreso “civilizador”
que les ha permitido justificar su decisión de publicar caricaturas de Mahoma. Al
menos eso creen ellos. Es patente su integrismo libertario al decir que la
autocensura o autorregulación serían la antesala del “autoritarismo”. Ya, por
eso las autoridades francesas “autoritarias” han pedido autocensura a sus
medios para que retiren y no publiquen las fotos en top less de Lady Kate. No molestar a la Casa Real británica es
mejor para la “prensa libre” francesa que no molestar a los islamistas.
Hace poco se trataba en Pax
augusta el tema del sentido
del humor como casus belli (motivo de conflicto), al resultar
un factor habitual de malentendido entre culturas; y digo culturas, que no me
voy al terreno más problemático de incomprensión entre confesiones religiosas. Los
incultos y fundamentalistas responsables de "Charlie Hebdo" esgrimen
su laicismo, más que su libertad de expresión, para ver con naturalidad que se
publiquen caricaturas del profeta en su revista de humor. Sin tener en cuenta
el ambiente tan tenso que ya se vivía entre la población islámica más
fundamentalista por la famosa “La inocencia de los musulmanes”, película (que
pocos o casi nadie ha visto) cutre y difamante sobre el Islam y Mahoma, cuya
difusión y autoría real se está investigando en EEUU.
Eso no les parecía
suficiente motivo de “autorregulación”, cuando imagino que en sus reuniones de
redacción (que espero las tengan, si son profesionales) todos los días tendrán
que “autocensurarse”. Es parte de la profesión. “No esto no lo pongas así,
mejor incide sobre tal cuestión”. “Creo que se consigue más efecto y emoción si
tratamos así tal o cual tema”… frases “hechas” que cualquier periodista o
comunicador habrá escuchado en una mesa de Redacción. Es como si la “Revolución
Francesa” ocurriese ahora y los señores de "Charlie Hebdo" hiciesen
chistes sobre la facilidad de perder la cabeza que tiene la gente en París. Ya
no se acuerdan de que las “cómodas” libertades occidentales costaron tantas cabezas
guillotinadas que las calles parisinas parecían el río Tinto.
La incultura de estos señores viene impuesta por inventos
etnocéntricos occidentales, europeos sobre todo, como el “Orientalismo”, algo
que nos dice el diccionario sirve para conocer y ser un sabio de las culturas
orientales. Vamos, que cualquier gilipuertas
se pone una chilaba y se fuma una pipa de agua en un cojín damasquinado y ya
sabe por qué los musulmanes son tan atrasados que se “cabrean” más que un mono
de Gibraltar al ver caricaturizado a su profeta.
Nos vamos a calmar, porque en un solo artículo nos vamos a
cargar el propósito conciliador de este blog, no en vano titulado Pax… pero el enfado es tremendo, al no
ver como algo tan normal, la autorregulación, que eso sí, señor Gérad Biard (Editor Jefe de la revista), es
una virtud y un acto de libertad, del que por suerte goza de ella para hacerlo,
hubiese evitado más muertes entre los que, por desgracia, no gozan de esas
libertades y esa posibilidad de laicismo de las que tanto usted presume, pero
no aprecia en su justo valor.
Monsieur Biard, nadie le discutía su libertad de expresión
y menos a través del humor, uno de los mejores inventos del hombre en su “búsqueda
de la felicidad” (las religiones son otra forma). Aunque si lo que deseaba era “expresar”
su crítica a la falta de libertades en los países islámicos, de esa forma tan
irrespetuosa solo consigue que las personas que viven allí tengan aún mayores
dificultades en su libertad individual y se perjudique algo que es inherente a
las libertades: los derechos humanos fundamentales. Incluso perjudicó a los
musulmanes que viven en Francia y quisieron ejercer su libertad de protesta.
Francia prohibió las manifestaciones contra las viñetas.
“No podemos ceder a la violencia. Francia es un Estado de
derecho laico y nos sometemos a la ley francesa…” se escuchan bien,
señores de “Charlie Hebdo”, se SOMETEN a la ley francesa. Si se hubieran
autocensurado solamente se hubiesen sometido a su ley, a su propia libertad.
NOTA: la caricatura es del dibujante brasileño Carlos Latuff, que con su viñeta ilustra a la perfección las reflexiones de mi artículo. Fuente de la imagen:
A lo que dices me permito agregar que además, son incoherentes. Porque cuando los musulmanes de Francia (sí, 'Occidente' también es musulmán) solicitaron autorización para manifestar contra las viñetas, como tú dices, ¡les prohibieron que manifestaran! Ellos sabrán que tanta contribución hacen las viñetas islamofóbicas a la democracia cuando tuvieron que cerrar escuelas y embajadas por las dudas...
ResponderEliminarTodo muy tonto, muy loco y muy occidental, como impedir que las mujeres musulmanes usen velo porque supuestamente viola la laicidad francesa... Una laicidad muy extraña ya que en lugar de ser neutral toma posición. A nosotras no nos gustaría que los yanomamis nos obligaran a ir desnudas para asegurar la laicidad yanomami... y la equiparación de derechos... con las mujeres yanomamis...
Sí, eso es, Mónica, su incoherencia les convierte en lo mismo que critican: unos fundamentalistas irracionales; por eso remarcaba la incoherencia entre defender una libertad y luego condenar a la de manifestarse contra las viñetas...venden miedo al Islam en Occidente lo que es un error grave. Vamos de error en error grave... Un abrazo y buen ejemplo el de las yanomami
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