Fuente de la imagen: Wikimedia
Una
familia de palestinos busca alojamiento en Belén. Primero acude al Hotel USA y
allí le dicen que todo está ocupado; luego, una manzana más abajo, llama a la
puerta de los apartahoteles Israel y ni siquiera le abren la puerta. La mujer
lleva un niño en sus brazos que parece inerte, casi no respira, fatigada por el
largo viaje tampoco se queja, solo sigue a su marido que a veces se detiene de
golpe, sin avisar, quedándose los tres, hombre, mujer y bebé, como figuritas,
pequeñas estatuas que miran al cielo buscando unas manos gigantes que les alce
y coloque en algún lugar de Belén.
Ella
logra leer a lo lejos de una avenida muy transitada de coches y personas el
cartel de un ‘Gran Hotel’. Sugiere que se acerquen hasta allí, su esposo
acepta, por probar no pasa nada, replica. Al llegar leen todo el letrero
situado sobre el portal del establecimiento: ‘Gran Hotel Organización de Naciones
Unidas’. En la recepción un hombre de rasgos asiáticos sonríe amistosamente.
¿Desean los señores habitación? La familia palestina suspira aliviada, quizás
en este hotel sin estrellas y unas hojas de olivo (símbolo de la paz) en su
escudo, encuentren alojamiento, un lugar en el mundo. El recepcionista baja la
mirada y se pone a estudiar el libro de admisión, pasan largos minutos y así
continua hasta que llega otro matrimonio, al que da una llave sin preguntar. La
pareja de palestinos se impacienta, algo parecido a un sollozo comienza a oírse,
el bebé se ha despertado.
_
¿Disculpe señor, tenemos alojamiento?- la mujer palestina empleó su voz
sosegada, dulce, dispuesta al diálogo, para hacer una pregunta que en el fondo
encerraba gran angustia y que no quiso se notase.
_ Lo
tengo que consultar con mis superiores...
El
embajador de Palestina en Madrid, Musa Amer Odeh, confía en que esta tarde,
hora de Nueva York, la ONU otorgue a su país el estatus de Estado observador
asociado. Una fórmula un tanto simbólica, no efectiva, de considerar a los
Territorios Palestinos un Estado con posibilidad de existir como tal y
solicitar su ingreso de pleno en la Asamblea de las Naciones Unidas. El
reconocido por la ONU, Estado de Israel y el miembro permanente del Consejo de
Seguridad de la Organización de Naciones Unidas, Estados Unidos, se niegan a
otorgar esa condición a Palestina con el argumento de que no es la vía adecuada
para acabar siendo un Estado formal y aceptado por la Comunidad Internacional, porque lo ven como un acto unilateral que se salta los Acuerdos de Oslo y el proceso de Paz...
No
piensa así el embajador Amer Odeh y la delegación palestina en Nueva York,
claro está; “nuestra causa comenzó en la ONU y allí volvemos para que se
resuelva”, ha declarado el embajador de Palestina en Madrid a RTVE.es. De
siempre la última (y la única) esperanza legítima de la causa palestina ha sido
la ONU. Desde 1947 la razón internacional ha estado con ellos, el poder de
facto y el peso político ha estado, aupado por EEUU, en cambio en Israel. El
nuevo estatus de Palestina no es la admisión como Estado reconocido, pero le
abre la puerta a instituciones que solo los socios pueden utilizar; como la
Corte Penal Internacional (CPI), el principal “muro” en este proceso integrador
de Palestina al concierto de Naciones Unidas.
Como
Estado Observador, los palestinos podrían llevar a la CPI a Israel. Palestina
estaría pensando en los territorios ocupados desde 1967 de forma indiscriminada
por los israelitas, haciendo caso omiso a las resoluciones condenatorias de la
ONU por esas ocupaciones, pero también podría desde ahora acusar a Israel de
cualquier acto de este tipo como Estado ocupado frente a Estado invasor,
ocupante. Los expertos jurídicos no ven tanta facilidad como creen los
palestinos, según este criterio especialista, cualquier miembro del Consejo de
Seguridad de la ONU puede vetar las comisiones de investigación que la Corte
Penal intentase abrir contra Israel. EEUU ya ha advertido que lo haría.
España,
como Francia, ha adelantado que votará a favor de la inclusión de Palestina (por
coherencia histórica, ha dicho Margallo, ministro de Exteriores español) como
Estado Observador en la ONU. Reino Unido se lo está pensando y eso ha molestado
a los palestinos, que la ven aún como la antigua Metrópoli que “traicionó” los
intereses árabes en Palestina. Al final, parece que el voto británico será
afirmativo, aunque condicionado, precisamente, a que no “criminalicen” a Israel
llenando las salas de la Corte Penal Internacional con querellas contra el
gobierno israelí. En el resto de la “Europa grande”, destacadas potencias van a
votar que No o se van a abstener, como Alemania (motor económico),
Italia (cuna cultural) y Holanda (potencia mercantil).
Lo
que demuestra, una vez más, la escasa capacidad europea de actuar unidos y con
una postura común ante los grandes hechos internacionales. América Latina, por ejemplo, dará el Sí por unanimidad. El recepcionista de
rasgos asiáticos amplió su sonrisa, “señores de Palestina, parece que me queda
una habitación, pequeña y sin ventanas, pero acogedora”. La pareja de
palestinos se miró, el niño había dejado de llorar. “Bueno, la aceptamos, pero
avísenos si se queda libre alguna mejor”.
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