Lo confieso. He tenido muy malos
pensamientos comenzando este nuevo año 2014. Viendo el televisor encendido en
el salón de la casa donde celebraba la comida de Año Nuevo con unos familiares
me dio un ataque de risa ante la muerte por ajusticiamiento de una persona a la
que no conocía personalmente, pero cuyo asesinato político supuso una de las
últimas noticias internacionales del 2013. El momento que provocó mi risa
indecorosa se trataba del discurso de fin de año del líder norcoreano, Kim
Jong-un, donde justificaba el asesinato de un familiar directo, su tío,
como la forma de tirar la basura que “ensucia” al país.
En ese momento miré a algunos de
los comensales como señalándolos y dije sin miramientos que envidiaba al líder
norcoreano, que a mí me gustaría hacer lo mismo con ciertas personas y así
purgar al país y a su sociedad de la escoria que le atenaza. Algunos torcieron
el gesto, forzando una sonrisa diplomática, en otros aprecié una bajada de
mirada como evitando ser los aludidos. Fue cuando me entró la carcajada, como
poseído por el mal, imitando a un malvado perverso y de pacotilla de los
dibujos animados.
La purga política que hizo este
líder estrambótico en la potencia nuclear maoísta que gobierna por herencia resultó
muy sorprendente e inesperada. Consistió en matar a su tío. Muy “Hamletniano”
nos ha salido el orondo dirigente de Corea del Norte, cuya educación al estilo
británico, en colegios suizos, le ha proporcionado la capacidad para convertir
a su país en el escenario más grande donde se haya representado la tragedia de
“Hamlet”. El caído en desgracia era conocido en el mundo occidental como el auténtico
hombre fuerte del régimen, el segundo, el mentor del joven líder Kim. Este
hombre aparecía en las imágenes escasas que ofrece el hermético país comunista
a la derecha del líder supremo, muy cerca de él y en actitud respetuosa.
Purgas en Corea del Norte
Sin embargo, Jang Song-Thaek, fue
acusado el pasado mes de diciembre de alta traición y sentenciado a muerte, sin
aparente juicio. Su última imagen ha dado la vuelta al mundo, encorvado por la
presión en su nuca de la mano de uno de sus carceleros y vestido con un mono
azul es flanqueado por guardias en dirección al patíbulo. Acusar de montar orgías,
grandes fiestas y de corrupción económica en Corea del Norte podría ser
considerado mejor que en ningún otro sitio del mundo como justificación para
ajusticiar a muerte a un político, teniendo en cuenta la austeridad y sobriedad
en la que viven los millones de norcoreanos. Ya se imaginarán la sangría que
significaría aplicar el mismo rasero para el resto del mundo.
Tengo gran cargo de conciencia,
debido a mi condición cultural judeo-cristiana que precisamente está ahora en
festividad religiosa, por haber deseado “tirar la basura” al estilo Kim
Jong-un. La verdad es que la tentación sigue siendo muy fuerte, pero mi
naturaleza bondadosa y humanista ha recapacitado y piensa que la política del
reciclaje, el diálogo y el perdón es la mejor manera de afrontar la escoria del
mundo. Arrepentido, prometo volver al reciclaje de la basura.
Fuente imagen:
No hay comentarios:
Publicar un comentario