Hemos etiquetado este texto
del blog en el apartado Estudio del Mal porque
no se puede entender de otra forma esta paradoja de millones de niños
trabajadores en el mundo en contraste con los millones de desempleados adultos.
Tiene que ser una componenda ideada desde la maldad. No es demagogia cuando se
afirma que un niño debe estar en el colegio durante unas horas del día y el
resto de la jornada no debe hacer otra cosa que jugar; jugar como niños es un
derecho fundamental, tanto como la libertad de expresión. No es demagogia
porque así debe ser en la India y en los Estados Unidos, en Colombia y en
Suecia; sin ni siquiera esbozar el argumento vil de que en algunos países a los
niños no les queda más remedio que trabajar porque sino se morirían de hambre.
Hoy 12 de junio está en el calendario ONU fechado como Día Internacional Contra el Trabajo Infantil; por este motivo diferentes instituciones encargaron
informes sobre el estado de la cuestión y los datos son hirientes hasta la médula.
Por ejemplo, el informe y análisis más interesante es el de la OIT (Organización
Internacional del Trabajo) que afirma para sonrojo de la humanidad que existen 10
millones y medio de niños explotados mediante trabajos que rozan la esclavitud.
Son labores sobre todo domésticas, como sirvientes o criados, pero en
condiciones infrahumanas y en muchos casos sólo recibiendo, como todo pago a
sus servicios, la manutención de una (escasa) comida al día.
La maldad es doble. Primero –y evidente- porque por su condición
infantil no deberían estar trabajando, segundo porque su trabajo (que les priva
de la educación y la inocencia debida a esa condición) es en régimen de
semiesclavitud. Además, este informe revela algo que hasta ahora no se
computaba. Esas tareas domésticas no eran consideradas “trabajo infantil”
porque siempre se unía a los niños empleados alguna lejana o enrevesada relación
de parentesco con la familia que los “contrataba”. Esa revelación desenmascara una
práctica muy usada en muchos lugares del planeta, donde se encubría de esta
forma las elevadas cifras reales de niños explotados laboralmente.
Los informes de la OIT hablan de
tramos de edad fundamentales en el desarrollo escolar, formativo, emocional, de
los niños que se ven explotados. Es el tramo esencial de la formación primaria
y secundaria de estos infantes como adultos, como ciudadanos de sus países. La
alarma del estudio se pone en que estas cifras perjudican seriamente el
desarrollo social tanto nacional como internacional, mundial. Son niños de
entre 5 a 15 años; y para más infamia casi el 75% de ellos son niñas, las
futuras mujeres.
Creo, finalmente, que estarán
conmigo en etiquetar esta entrada del blog
en la sección Estudio del Mal.
Fuente de la fotografía:
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