![]() |
General Domínguez Buj en foto de ARCHIVO EFE |
Hay que tener cuidado con las
palabras para referirse a la llamada ‘cuestión catalana’. El general Jaime Domínguez Buj, Jefe del
Estado Mayor del Ejército de Tierra español, hizo una malentendida comparación
del conflicto político catalán con la pérdida de las últimas colonias en 1898. Dijo que se podía
equiparar con el hecho comprobado de que cuanto más débil es el poder central,
la metrópoli, más fuertes se hacen los poderes soberanistas o independentistas.
Rápido tuvo que disculparse y aclarar que sólo pretendía hablar de la siempre
presente y delicada dialéctica entre poder central y periférico.
Estaba opinando el jefe de la Infantería española, la más poderosa
en el mundo durante varios siglos y había que aclarar que no pensaba resolver “por la fuerza”, como se
intentó con las colonias, el
conflicto catalán. Medir las palabras será tan importante como atemperar los
actos. Poner querellas judiciales a
un presidente autonómico, Artur Mas,
no es buena idea, por mucho que se las merezca desde el estricto cumplimiento
jurídico de la responsabilidad de su cargo. No lo es porque esa autonomía no se
siente como tal y como las otras comunidades del Estado, no le llena el traje
autonómico y va con las mangas y perneras cortas; por eso sus movimientos y
actos son rígidos y torpes, mucha culpa la tiene el sastre de la capital del
reino de reinos.
Ya encontramos en la historia dirigentes catalanes que fueron juzgados y ajusticiados por sus actos
torpes y los malentendidos creados han supuesto en épocas “más bárbaras” (en
nivel de paz social) no solamente conflictos, sino guerras e invasiones entre ejércitos del mismo estado o de estados
vecinos. Nuestro habitual colaborador, Luis Pérez Armiño, no se va tan cerca ni
tan lejos de la llamada ‘Crisis del 98’ para analizar desde la perspectiva
comparada el sentir de España y Cataluña sobre su relación, larga, apasionada y
tormentosa. Como en las mejores novelas de amor...
0 Comentarios