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Un "impostor" estrechar de manos. Fuente de la imagen |
Supongo que resulta muy
decepcionante para el Alto Mando de la
OTAN comprobar lo bien que Rusia
ataca con su adiestrado ejército a los terroristas del mal llamado Estado Islámico en Siria. El Estado
Mayor del Ejército ruso ha dado una lección de eficacia bélica a sus colegas occidentales, demostrando excelentes conocimientos geoestratégicos de la región. Cuando Putin y Obama se encontraron la semana pasada en Nueva York, en la ONU,
se sabía que no se pondrían de acuerdo sobre combinar los ataques e incluir en
ellos a las milicias pro gubernamentales de El Asad. Al menos han permitido la coordinación de sus mandos para
evitar “accidentes” entre las fuerzas rusas y las occidentales en el curso de
las operaciones.
Rusia ha demostrado una vez más lo bien que está de músculo militar, a pesar de haber
representado el papel de ejército víctima, en inferioridad respecto a los
modernos, renovados en tecnología y logística, ejércitos occidentales.Ya no puede ocultar que su inversión en
armamento no ha disminuido en proporción al que necesitaba hacer cuando era la
espina dorsal del coloso soviético. La faceta más bélica de Putin y su antagonista Obama, profanó el “templo de la paz” de
la ONU en su 70º Aniversario. A
estos dos hombres tan poderosos les importó un pimiento el contexto donde
escenificaron sus diferencias. Las relaciones Rusia-EEUU están cada día peor, aunque se empeñen en guardar la compostura.
La impostura de la cordialidad
entre las dos superpotencias tendrá su prueba de fuego, nunca mejor dicho, en
los ataques que cada uno, Estados Unidos con su coalición y Rusia con su apoyo
a El Asad, llevan a cabo contra el EI. De momento Rusia parte con ventaja
para hacer un “mejor trabajo”. Como ya nos hemos cansado de comentar en este blog en su apartado de ‘Relaciones
Internacionales’ desde casi el inicio de la guerra, Rusia cuenta con Siria por ser su “natural” aliado en el
mundo árabe. No quiere oír hablar de derrocar a El Asad de ninguna manera, ni
por la fuerza, como pretende EEUU, ni por la vía negociadora como quisiera la
Unión Europea. También es evidente su mejor posición en el “tablero” bélico, no
en vano la última de las bases militares
rusas en el extranjero está en suelo sirio: la Base Naval de Tartus.
En fin, como ya hemos dicho en
otras tantas ocasiones en el blog,
resaltando a los menospreciados (hoy día, en el mundo globalizado) factores geopolíticos de la cuestión Siria,
importará más las consecuencias de los actos que los actos en sí. Es decir, que
Rusia mueva sus “patas de elefante”
para que el polvo levantado en el campo
de batalla no sea solamente el de los jinetes estadounidenses, es lo “normal”;
lo raro es que no lo hubiese hecho antes (si no contamos las evidentes
sospechas de que existen efectivos rusos colaborando con el ejército de EL
Asad). Ahora bien, sientan temor o, al menos preocupación, por los resultados finales que todos estos “pasos
de gigante”, tanto rusos como occidentales, puedan dar en la región. Bajo la
manta de las monturas, la rivalidad perenne entre suníes y chiíes. Es
decir, EEUU-Arabia versus Rusia-Siria-Irán (para más complejidad, con Irán los
EEUU deben seguir su “acercamiento”).
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