El fin del mundo como idea en la historia universal

El Juicio Final, una parte de los grandes frescos pintados por Miguel Ángel para la capilla Sixtina. Imagen dominio público

  Hace algo más de mil años, Europa creyó en El Fin del Mundo. Los europeos cristianos del año 999 (si dan la vuelta al dígito les saldrá el número del diablo, 666) estaban tan convencidos de ello que supuso una realidad, tangible como el filo del hacha de los verdugos. Otra línea de investigación, desde el pasado siglo XX, ha revisado esa idea y parece que se exageró, que la apreciación apocalíptica fue una manipulación ideológica del cardenal Cesare Baronio entre los siglos XV y XVI. Era la época de pleno apogeo del combate entre la Reforma (protestante) y la Contrarreforma (católica). 

Al cardenal Baronio le interesó consolidar la idea del Año Mil como fin del mundo; como concepto "encriptado" en las Sagradas Escrituras que sólo la élite clerical puede interpretar. La masa "ignorante", que según los protestantes no era tal, porque cualquiera puede conocer y predicar las Escrituras, confundió las señales y metáforas de la Biblia sobre la llegada del Anticristo, el Juicio Final y los Mil Años de gobierno de Cristo (Milenarismo), con un apocalíptico final del mundo al acabar el año 999. Por eso, el cardenal católico reprochaba a los protestantes que dejasen a los "cualquiera" (la gente común) interpretar la palabra de Dios. En resumen, aprovecharse interesadamente de los miedos y la supuesta -o impuesta- ignorancia de las personas.

La cuestión es que la idea del Fin del Mundo milenarista cuajó en el imaginario europeo, a pesar de los reparos de investigadores medievalistas. Reparos como el más evidente, que en esa época muy pocas personas sabían con exactitud el año en el que vivían. Matices como que en cada reino existían unas cuentas para su calendario. En la península se usaría la "era hispánica" durante siglos, que empezaba a contar por tradición desde el 38 a. C., año considerado de la pacificación de Hispania por el emperador Augusto. Argumentos razonables para pensar que no existió una idea generalizada de “final del mundo” en esos tiempos a caballo de los siglos X y XI. Sin embargo, los teóricos que defienden la existencia de un posible concepto generalizado de estar esperando el Fin del Mundo, nos exponen las numerosas crónicas y ciertos textos desde mediados del siglo X (año 960) que incidían en la idea de que la humanidad “estaba esperando algo grande”

Fanatismo apocalíptico, el pánico universal en los milenios


Al comienzo del artículo les hablaba de la 'Europa Cristiana' como el lugar donde se vivió el supuesto pánico generalizado del año 1000 por el fin del mundo. Es bastante menos conocido el miedo que se dio en otras culturas alrededor de ese año por la venida apocalíptica de "un final", de un gran cambio. Las religiones de diversas y distantes partes del mundo tienen escritos o manifestaciones artísticas, en las décadas entre los siglos X y XI (960-1033 +-), que aluden a una preocupación similar: el mundo conocido, estable e inmutable, va a desaparecer o a cambiar. El miedo a la muerte -individual-, con mayor o menor intensidad en cada civilización, se asocia a un sentimiento generalizado cuando se percibe una transformación profunda que puede provocar la "muerte" del mundo conocido.  

Curiosamente, una serie de catástrofes naturales, hambrunas, epidemias y de invasiones de unos pueblos sobre otros coincidieron en ese tiempo de cambio de milenio. Desde las sequías mayas por la deforestación, pasando por las severas hambrunas de Europa central, hasta el colapso de la cultura jemer en Asia. Al tener la mayoría de las religiones al monismo como el sentido esencial del mundo y del ser humano, los creyentes identificaban estas tragedias que trastocaban su "orden natural" como señales que vaticinaban un final de su mundo. Las reacciones podían cimentarse en el sentimiento de culpabilidad, de estar haciendo algo mal y ser castigados por su dios o dioses. También se reaccionaba con la idea de que se aproximaba un Juicio Final, que ante el "creador" del universo se debían rendir cuentas de lo que habíamos hecho con esa vida otorgada por ese Ser Supremo

El dramaturgo Fernando Arrabal en su ya celebre proclama del "¡El Milenarismo va a llegar!".
Imagen captura de RTVE



El Milenarismo va a llegar... una ideología medieval que acabó formando parte de la cultura y la contracultura contemporánea 


Relacionado con ese pánico al advenimiento de un "Final", encontramos al 'Milenarismo'. Sobre esta doctrina o ideología existe mucha controversia. Parece que se originó en el siglo II -cristianismo primitivo- y que tendría su auge en la Europa del siglo XII y en el contexto de las cruzadas. Según esta doctrina, Cristo volverá al mundo para reinar durante mil años. Justo antes de un periodo de lucha contra el diablo (el Islam para los cristianos de las cruzadas) y que avoca al apocalipsis del Juicio Final. En 1989, el dramaturgo Fernando Arrabal volvería a "invocarlo".

Fue el 5 de octubre de 1989, en un contexto de cierta sensación de "fin del mundo" (Caída del Muro de Berlín, Chernóbil...), durante el programa de TVE "El mundo por montera" que dirigía y presentaba el escritor Fernando Sánchez Dragó. El tema del programa esa noche era sobre la naciente sensación de la "llegada del Apocalipsis"; así, tal cual, como lo leen. Arrabal en un arrebato de misticismo bañado, involuntariamente al creer que bebía agua, en anís, comenzaría una perfomance improvisada que ha pasado a la historia contemporánea de la televisión española. Dicen que los niños y los borrachos no mienten. En las interpelaciones constantes del dramaturgo a sus colegas tertulianos encontramos ideas tan lúcidas como:

 “El Apocalipsis son las elucubraciones de los descontentos y los soñadores… Yo represento a la minoría silenciosa… ¡Déjenme hablar!...”



Gustavo Adolfo Ordoño ©
Historiador y periodista

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