F rancisco Martínez de la Rosa , ministro plenipotenciario de la reina Isabel II de España , se atusaba el tupé frente a un espejo del Salón de Reinos de palacio mientras aguardaba a su correligionario venezolano, un tal Alejo Fortique . De la reina se podía esperar tardanza, incluso que no llegara a presentarse como bien se lo advirtieron. Pero del ministro Fortique, representante de una república no reconocida por la Corona española, esperaba mayor puntualidad ante la firma, por fin, del Tratado de Paz y Reconocimiento . Era 30 de marzo…
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