Spain is different, historia del eslogan que convirtió a España en una potencia turística

El cartel más conocido y usado de la campaña
  
  
En los años 60 del pasado siglo XX el famoso eslogan de propaganda turística se encontraba en cualquier aeropuerto, estación de trenes o en cualquier esquina de las costas españolas. El país salía de una posguerra alargada hasta el fin de la cartilla de racionamiento, en junio de 1952, por culpa de su aislamiento internacional que le dejó sin los parabienes del “Plan Marshall”, puntal de la recuperación económica de Europa. La industria del turismo sería una vía idónea para aumentar el PIB e intentar alcanzar el grado de desarrollo que ya se apreciaba en el resto de países europeos del entorno


Origen del Spain is different


 Hay estudios de historia del turismo que ponen en duda que el invento del eslogan “Spain is different” fuese del ministro de Información y Turismo en la época, Manuel Fraga. Era lo más lógico de pensar porque Fraga está al frente del ministerio (1962-1969) cuando en 1963 aparece esa campaña publicitaria que tendría luego tanto éxito. Historiadores especializados en economía dan como autor de la idea a un personaje singular vinculado de manera estrecha a Franco, Luis Bolín

Este sujeto era un dandy de los Años 20, periodista metido a embajador y consejero de turismo personal de Franco antes, durante y después de la Guerra Civil española. Hablaba un inglés perfecto, algo raro entre los españoles de esa generación; Fraga más joven, por ejemplo, no lo hablaba a ese nivel. Bolín fue "el contacto" que consiguió al general Franco el Dragon Rapide en Londres, el avión que le llevó de Canarias al continente donde le esperaban las guarniciones golpistas del Norte de África. Gracias a ese personaje, reportero y viajero internacional con buenos contactos, el asalto a la península estaba listo, la guerra se iniciaba y daba comienzo la época que llevaría a España de la vanguardia del siglo XX a ser un país atrasado y más propio de la mitad del siglo XIX.

Uno de los carteles de la campaña: Spain is different 


 Un argumento contundente de este retraso: el dictador abolió el Código Penal de la II República, uno de los más avanzados de su época, donde se introducían conceptos sociológicos como el de la reinserción social de los presos. Franco no se molestó en rehacer uno a su medida, volvió al Código Penal de 1851. Un siglo después de aprobado ese código, en 1952 el panorama interior de retraso económico y social resultaba muy "incómodo" de mostrar al exterior.

Buscando las diferencias, el chiringuito


 Luis Bolín aún tenía en 1963 la consideración de Francisco Franco en temas de turismo porque durante 15 años (1938-1953) fue el influyente director general de Turismo del Régimen. La industria turística española existente se debía a Bolín y aunque retirado seguía influyendo en la administración. No es improbable su autoría en la idea del eslogan "España es diferente", porque en toda su actividad política se puede rastrear una defensa cerrada a los valores tradicionales españoles frente a la ausencia de sublimes valores en el extranjero. Manuel Fraga vería con buenos ojos esa pirueta a la realidad que suponía el eslogan y lo dejaría en inglés, el idioma que dominaba Bolín y en el que es probable idease la frase. Además, así el eslogan sería internacional: Spain is different.

Cartel de una exposición fotográfica sobre el famoso eslogan. Fuente imagen



 Pero analicemos el contexto histórico para entender mejor el verdadero sentido de esa "pirueta conceptual" del famoso eslogan. La Guerra Fría tuvo su primer pico caliente en los primeros años de la década de los 50. Eso favorece al régimen franquista, que se consolida y encuentra mayor aceptación internacional gracias a su política abiertamente anticomunista. Antes de acabar la década de los cincuenta es reconocido por la ONU. Además, en 1952, llegan los americanos con dólares y las bases americanas se instalan con el American way of life, que provoca cierta apertura española a modernas maneras de vivir. Por su parte, franceses, británicos y alemanes, que están saliendo de su posguerra, buscan ocio veraniego. Gracias a las vacaciones pagadas, de sus estados del bienestar, pueden ahora veranear en lugares tan exóticos para ellos como son la Costa Brava y la Costa del Sol.


¿Pero cómo atraer a esos "avanzados" europeos a la retrasada España? 


 Desde luego, tener ausencia de democracia, derechos fundamentales restringidos y una economía precaria era muy diferente al resto del entorno europeo. La idea fundamental del nuevo eslogan turístico era compensar esas diferencias tan acusadas con otras "diferencias folclóricas" que consideraban tenían un fuerte componente positivo. Por ejemplo, toreros, cantaoras, caballeros quijotescos, burlones sanchos, pícaros seductores y mujeres morenas tan bellas que se merecían ilustrar un billete de cien pesetas...

En la búsqueda de diferencias positivas nacía el chiringuito. Un bar, un kiosco de bebidas y raciones a pie de playa. Algo impensable en las playas grises y frías de Normandía, aunque no en las del potente sol del Mediterráneo. Las costas españolas comienzan a llenarse de bikinis que escandalizan a los párrocos de los pueblos costeros, pero que introducen nuevas formas de ver la vida en la sociedad española. Los tópicos intentaban endulzar las realidades políticas graves, aunque dejaban ver los progresos de un país que aceleraba, gracias al turismo, su desarrollo económico.

Hoy día, España bate récords en cifras de visitantes y la industria turística supone (según el año) más del 15% del PIB español. Ahora la diferencia debe ser vista en la excelencia de la relación calidad-precio de nuestros servicios turísticos. Aunque tópicos diferenciales que se resaltaban en el célebre eslogan sigan sirviendo de atracción turística, como la idea de que vivimos en una eterna ¡Fiesta! 



© Gustavo Adolfo Ordoño 
    Historiador y periodista

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