El asalto al Capitolio de Lolita Lebrón en 1954, deja de ser el último tiroteo en el Congreso de EEUU

 

La activista por la independencia de Puerto Rico, Lolita Lebrón, es detenida junto al Capitolio tras el tiroteo terrorista que lideró en su interior

Hasta el día de Reyes de 2021, el 6 de enero pasado, el incidente más grave ocurrido en el Capitolio de Estados Unidos de América fue el que ocurrió el 1 de marzo de 1954 cometido por Dolores Lebrón y otros tres activistas por la independencia de Puerto Rico. Era el primer ataque armado acontecido en el interior del Congreso capitolino en la historia de EEUU... hasta ayer. En Pax Augusta les contamos este olvidado dato histórico ahora de «actualidad histórica»

La fecha elegida por la líder independentista puertorriqueña, Dolores Lebrón Sotomayor (1919-2010), más conocida por Lolita Lebrón es muy significativa. Se trata del 1 de marzo por ser el día en el que el congreso de los Estados Unidos en 1917 dio la ciudadanía a los puertorriqueños interesado únicamente en tener jóvenes en edad militar para acudir como soldados a la Primera Guerra Mundial. Ese hipócrita gesto de otorgar una nacionalidad estadounidense forzada por las circunstancias bélicas decepcionó a la gran mayoría de la sociedad de Puerto Rico, tanto a los partidarios de una asociación profunda con Washington como a los partidarios de la total independencia. El plan de Lebrón de atentar contra los congresistas del Capitolio el 1 de marzo adquirió mayor simbolismo, era el mejor día para el desagravio al considerarlo el inicio de un nuevo y «maquillado» colonialismo estadounidense sobre Puerto Rico. 

Disimulando ser una delegación en visita al Capitolio, Lolita Lebrón y los otros tres independentistas lograron llegar a la galería de las visitas de la Cámara. Sentados entre ese público pasarían desapercibidos hasta que ella se incorporó y exclamó: «¡Viva Puerto Rico libre!». Al mismo tiempo agitó una bandera de su país, que fue la señal para sacar las armas escondidas y abrir fuego contra la gran sala. Realizaron unos treinta disparos indiscriminados y cinco de los congresistas resultaron heridos, uno de ellos de gravedad. La suerte es que no hubo víctimas mortales y así quiso excusarse la activista boricua cuando la detuvieron y gritó: «¡No vine a matar a nadie, vine a morir por Puerto Rico!».

Lebrón es arrestada, tenía 34 años. Fuente de la imagen

Lolita Lebrón actuaba por orden del máximo líder independentista Pedro Albizu, verdadero cerebro del ataque. Se trataba de protestar contra el recién decreto aprobado por el Capitolio que hacía de Puerto Rico un «Estado satélite» - títere para los independentistas- de EEUU: el todavía en vigor estatuto de Estado libre asociado en 1952. Albizu estaba muy fichado por las fuerzas de seguridad de Washington y por eso le hizo el encargo de atentar a Dolores Lebrón, la joven que vivía en Nueva York y constaba sólo como delegada del Partido Nacionalista de Puerto Rico, un partido legal. Entre los posibles objetivos, a Lebrón y sus ayudantes el Capitolio les pareció el más fácil de atentar (algo que resulta familiar en la actualidad). Imposible cometer un atentado contra el Pentágono o la Casa Blanca con los medios que tenían, como así deseaba su líder Pedro Albizu. 

El tiroteo de 1954 en el Capitolio de Washington fue un hecho muy grave, algo olvidado en la historia de Estados Unidos por ese carácter introvertido que les hace no reconocer errores o injusticias en su historia como primera democracia del mundo. Lolita Lebrón fue condenada a prisión entre 30 a 50 años, según su comportamiento. Sería «aceptable» porque solamente cumpliría 24 años de cárcel, al conseguir el indulto del presidente Carter. Ella nunca se arrepintió de su acto, era una lucha por la libertad de su pueblo que creía justa. Eso sí, recapacitó reconociendo que un libertador no debería ser un «matón». Murió en 2010 en su tierra natal, en San Juan de Puerto Rico


Gustavo Adolfo Ordoño ©

Historiador y periodista 

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