La famosa placa del Instituto Nacional de la Vivienda de la época franquista que todavía se aprecia en algunas fachadas de casas que se construyeron en las ciudades españolas T ener un techo donde cobijarse es una aspiración tan vieja como la humanidad. Una casa, un hogar, una vivienda donde – aviso de redundancia vital- «vivir». No hace mucho tiempo, ni en una galaxia muy lejana, Europa había quedado reducida a escombros. La escasez de viviendas era tan evidente tras la Segunda Guerra Mundial que en muchos sitios fue cuestión de «vida …
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