El Duque de Alba devorando niños en un grabado anónimo del siglo XVI |
Zombi es una palabra muy usada en este siglo. Es un término criollo que proviene de Haití, tierra de esclavos negros que consiguieron ser el primer país “libre” de América Latina. El diccionario de la Real Academia Española tiene una definición ajena a toda la exagerada fantasía en torno a los zombis de estos últimos años, con series de televisión, películas y hasta literatura best seller. Viene a decir que el zombi es un supuesto muerto al que se le reanima a la vida con métodos de “brujería”. Algo así ocurre con ciertos episodios de la Historia. Muchas veces se reaniman con “malas artes” e interesados fines épocas que contienen no más controvertidos hechos que otras, pero que facilitan la polémica y el desconcierto general. Eso pasa en España en la actualidad con una reanimación de la Leyenda Negra y un revisionismo positivo del franquismo.
Un reciente estudio del
observatorio sociopolítico especializado en la imagen de España, el Real Instituto Elcano, nos habla de
un cierto resurgir de la Leyenda Negra en referencia a la
imagen –percepción- de España en América Latina. Lo curioso del dato es
que se extrae de una encuesta de percepción global donde España ha mejorado
bastante respecto al último lustro. Escalamos dos puntos respecto al curso
pasado y nos situamos en el 12º puesto de los países mejor valorados del mundo,
por encima de EEUU y de la mismísima
Alemania. Son los países del antiguo
G-8 (los más desarrollados) los que
mejor nos valoran en todos los aspectos, incluso en estabilidad política
demostrando que la “propaganda independentista” catalana anti española ha
perdido fuelle. Sin embargo, los datos en Iberoamérica
son peores bajando la media de percepción positiva de España.
El presidente del Real Instituto Elcano, Emilio Lamo de Espinosa, en la presentación de la encuesta Country RepTrack en la que se basa el informe, apunta esa
diferencia de percepción en América Latina por “un cierto retorno de la leyenda
negra”. Apreciación o dato también curioso por no explicarse con detalle. Las
razones parecen apuntar en la coincidencia del informe con los centenarios de las independencias o
conquistas, que en este último lustro se están conmemorando o van hacerlo.
Reanimar prejuicios del pasado en la opinión pública de un lado y otro del
océano suele responder a intereses políticos o ideológicos. Eso es un dato objetivo,
es verdad que se usan ideas negativas sobre un país para hacer política. Pero
afirmar que pervive una Leyenda Negra, orquestada en la
mentalidad del siglo XVI, contra la imagen de España ya son “palabras mayores”.
Cartel de una de las últimas películas del fenómeno zombi más taquilleras |
Reanimar (en plan zombi) un
fenómeno histórico como la Leyenda Negra, sin hacer pedagogía,
solamente ahonda más en el desconocimiento que se tiene en las sociedades de
ambas orillas de la historia común de
España y América. Existe un comprensible esfuerzo por parte de
intelectuales, historiadores y hasta instituciones públicas en España por combatir
toda imagen negativa de esa Leyenda Negra creada por
consideraciones injustas. Ahora bien, deben hacerse siempre desde el rigor y la
supuesta mayor imparcialidad posible. En muchas ocasiones se cae en el maniqueísmo de buenos y malos,
convirtiendo ese combate en la misma “propaganda” ofensiva que se quería combatir;
la ideada por los Orange de los Países
Bajos en el siglo XVI. Libros combativos contra la Leyenda Negra tienen
tanto éxito de público, lo que habla del interés aún por este “zombi” de
nuestra historia, como críticas a su labor historiográfica.
Estoy pensando en el best
seller de Mª Elvira Roca Barea, Imperiofobia y Leyenda Negra. Roma, Estados Unidos, Rusia y el Imperio Español, que no he leído y por eso no me extenderé en comentar, pero que ha
supuesto un revuelo entre la crítica entendida con defensores y detractores.
Las críticas más duras hacen mención a ese temor expresado líneas arriba sobre
el convertir la historia en un “panfleto”,
cayendo en el mismo error que se quiere denunciar. Las alabanzas más
entusiastas al trabajo de Roca Barea,
estarían en la aportación que hace de profundizar en la idea de que la Leyenda
Negra nació desde un prejuicio
racista del humanismo (Renacimiento)
italiano sobre lo hispano, al menospreciar a las gentes de la península ibérica
por ser mestizos compuestos de bárbaros visigodos, judíos y árabes, y no ser “puros
romanos”. Una paradoja, ya que luego la esencia de la Leyenda Negra está en condenar a los españoles por
criminales racistas.
Vista aérea del Valle de los Caídos |
Con otro episodio de la historia de España se comenten “errores zombis” pero algo diferentes y
más graves. Reanimar episodios del franquismo (dictadura) otorgándoles normalidad y hasta valores democráticos desde
partidos políticos con representación parlamentaria es una barbaridad. Confundir
una ley aprobada por unanimidad en las Cortes, la Ley de Memoria Histórica, con un uso torticero de la historia para,
supuestamente, revivir (zombi) el odio entre españoles es una soberbia y maléfica
ignorancia. Convertir la historia de un país en un parte médico de guerra, con
la relación de heridas abiertas, cerradas y por curar, resulta una solemne
mezquindad.
La exhumación del cadáver del dictador
del Valle de los Caídos no
se trata de actos de “brujería” que reaniman a un “zombi Franco”. Es el
cumplimiento de una ley que ya tocaba. Lo que más se acerca a “artes maléficas”
para revivir al supuesto muerto del franquismo son opiniones y comentarios de
extrema derecha. En realidad, demuestran que el franquismo de muerto viviente no tiene nada. Pues goza de buena salud entre
muchas personas, incluidos políticos, reticentes en ver lo indignante que es
para una democracia la realidad de tener a un dictador enterrado en un mausoleo
público.
Periodista e historiador
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