Las revoluciones rusas ya no son lo que eran

 

El grupo mercenario Wagner toma la ciudad rusa de Rostov al inicio de su revuelta
contra el Kremlin el pasado sábado 24 de junio de 2023


 De nueva y gran revolución rusa a pequeña revuelta. En 24 horas hemos pasado de la posibilidad de una guerra civil en Rusia a una mera noticia más en la crisis provocada por la invasión de Putin que originó la Guerra de Ucrania. Así de trascendental pudo ser esta revuelta del grupo mercenario Wagner para algunos analistas y así de intrascendente ha resultado ser la que pudo pasar a la historia con el irónico nombre de la «Revolución del chef de Putin». Si la historia se maneja en el espacio y en el tiempo, esta última premisa ha convertido a esta potencial Revolución Rusa en un nuevo esperpento surgido de un país que no es democrático, pero tampoco una tiranía formal y seria. 

Rusia es un país lo más cercano a esas palabras que tanto nos gustan a los periodistas, aunque a los historiadores nos chirrían porque parecen sustituir a conceptos básicos históricos de toda la vida. Me refiero a que el régimen de Putin es una cleptocracia y/o una plutocracia. Que si ahora no recuerdan el significado de esas palabras o no quieren ir al diccionario, les diré que la primera consiste en el gobierno donde prima el interés por el enriquecimiento propio a costa de los bienes públicos; y la segunda, en relación con la primera, es el sistema de gobierno donde los adinerados ejercen su influencia de poder sobre el Estado. 

 Y la verdad, aunque prefiero sencillez en los términos históricos y diría que Rusia es simplemente una dictadura, esos dos términos definen y explican muy bien lo que es y lo que ha pasado recientemente en Rusia. Uno de esos cleptócratas mafiosos ha tenido un acto de rebeldía ante el Kremlin y ha estado a punto de crear un conflicto civil grave. De esa casta de plutócratas surgió Prigozhin -enriquecido en la restauración, de ahí lo de ser el chef de Putin-, el líder del grupo paramilitar Wagner, cuando en 2014 aprovechó la creación de un contingente militar ruso encubierto en la toma de Crimea por Moscú. Ese el origen esencial de los Wagner, fieles a Putin desde entonces en la lucha por el Donbás y rebeldes a él poco más de 24 horas.  

Tampoco voy a ser tan ingenuo para menospreciar lo que ha pasado. Está claro que el amago de «revolución rusa» de este 24 de junio no pasará a los Manuales de Historia como una gran revolución, una revuelta cívica-militar-social-política a la rusa que tanto material nos ha dado en estos últimos dos siglos a los historiadores y periodistas. Sin embargo, debemos reconocer que es el principio del fin de «algo». Ahora el quid de la cuestión estará en saber con precisión qué será ese algo. O, incluso, que será esa «nada». Si el «algo» fue un verdadero intento de golpe de Estado, las incertidumbres se multiplican. 

¿El fin del poder de Putin? ¿Se consolida un régimen más hermético y más militarista siendo Putin todavía su líder? ¿Reforzamiento de la cúpula militar en detrimento de la camarilla «civil» de Putin? ¿Se dejará correr el asunto para hacer olvidar su gravedad? La lista de preguntas sería interminable, en proporción a todas las incógnitas que tanta contradicción se ha manifestado por ambas partes. Putin acusó de traidor al líder de Wagner y prometió ordenar represalias duras contra él. Prigozhin que nunca se rendiría y que pensaba llegar a Moscú con su «verdad» por delante. Ambos, al final, han hecho todo lo contrario. Lo más claro de los dos en su desaparición, no se sabe dónde están.

Desde luego, las revoluciones rusas ya no son lo que eran. Pero muchos historiadores especializados en la región recuerdan una pauta que suele darse también en el contexto revolucionario ruso: surgen durante o tras una guerra con consecuencias graves. La Revolución Rusa de 1917 se originó durante el final de la Primera Guerra Mundial. La Revolución Rusa de 1991 tras el intento de golpe de Estado en agosto contra Gorbachov, que a la larga supuso la disolución de la URSS, tenía detrás las consecuencias de la Guerra de Afganistán. En fin, que seguimos en plena Guerra de Ucrania y esta singular revuelta de los mercenarios de Prigozhin ha demostrado que podrían existir pautas empeñadas en seguirse...



© Gustavo Adolfo Ordoño 
    Historiador y periodista

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