Charles S. L. Baker, el olvidado inventor negro creador de una «calefacción ecológica»

 

Charles S. L. Baker, izquierda, muestra su invento con su ayudante (probablemente su hermano Joseph)
en una fotografía realizada hacia 1906


 Nacer en el seno de una familia de esclavos negros del Missouri de 1859 era garantía de mísero futuro para esas personas. Sin embargo, Charles S. L. Baker llegó a ser un inventor afroamericano que a principios del siglo XX logró cierta notoriedad y éxito. Liberado de ser esclavo tras el final de la guerra civil americana y huérfano de madre siendo un bebé, sería criado por su padre, Abraham Baker, y por la esposa del dueño de la plantación, Sallie Mackay, donde permanecieron como obreros mecánicos libres. Fue el aprendizaje autodidacta en mecánica de su padre lo que llevó a un adolescente Charles a interesarse por la ingeniera mecánica.

Su padre conseguiría trabajo como mecánico de mantenimiento en una empresa de transportes y de mensajería. Pronto, a los quince años recién cumplidos, Charles S. L. Baker seguiría los pasos de su progenitor y también sería contratado. Pero él acabó fascinado por su trabajo de asistente mecánico y consiguió recibir formación de ingeniero en el Franklin College. Con su hermano Joseph Baker montaría un taller improvisado en el garaje de su casa donde experimentarían con proyectos de ingeniería.  

 Durante sus trabajos de mantenimiento de los vehículos del servicio exprés de mensajería postal, encontraría muy interesante la energía calorífica que se generaba con la fricción de las barras de amortiguadores y de las palancas tractoras de ruedas y engranajes. Pensó en aplicar esa energía al calentamiento de los edificios aplicándola en un radiador. Su sistema consistía en dos cilindros metálicos, uno dentro del otro, con un núcleo de madera giratorio en el centro que producía fricción. El movimiento giratorio se conseguía con energía eléctrica

Con respecto al tipo de radiador que se estaba imponiendo, el de hierro fundido y por el sistema de tuberías conectadas a una caldera, este invento de Baker fue considerado una alternativa más económica y ecológica. Sin embargo, el ingenio «ecológico» pasaría al olvido tras un periodo corto de éxito y buena difusión comercial. En 1903 patentó su invento que encontró inversores al reconocer ser una manera innovadora y limpia de producir calor. Por eso en 1904 fundó la Friction Heat & Boiler Company en St. Joseph, Missouri, convirtiéndose el mismo Charles S. L. Baker en miembro de la junta directiva de la empresa.

 No obstante, no existen datos concretos ni documentación sobre el progreso de esa empresa. De hecho, más allá del dato positivo de lograr una facturación de cientos de miles de dólares en el primer lustro de vida empresarial, solamente consta que los accionistas blancos intentaron quitarle la compañía vendiendo la patente del invento. Pero Baker logró ganar el pleito interpuesto y trasladaría la compañía a Jersey City en 1906 con nuevos accionistas, como su hija Lulú y su fiel escudero y hermano Joseph.   

A partir de ahí desaparecen los datos sobre este «radiador ecológico» por fricción y no existe información sobre si alguno sigue funcionando en algún viejo edificio donde fue instalado. Quizás ese «olvido» documental e histórico tenga mucho que ver con la repentina enfermedad grave que llevó a Charles S. L. Baker a abandonar el negocio y refugiarse en casa de su hija en St. Joseph, Missouri, muriendo allí en mayo de 1926.



© Gustavo Adolfo Ordoño

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