No agitar. Frágil




Frágil, No Tocar. Esa advertencia la hemos visto en muchos sitios y en muy diferentes versiones. No Agitar, Frágil. ¡Ojo, No Tocar!, contenido frágil. Suele ir en cajas o envoltorios que contienen objetos muy delicados. El mundo debería ir en uno de esos recipientes con un letrero tamaño catedral o mezquita que pusiera con claridad:

¡ATENCIÓN! Material altamente susceptible de romperse, quebrarse, inmolarse, asesinar, matar, odiar, insultar, ofender, herirse, malherir, vengarse, ajusticiar. ¡FRÁGIL!

Abracemos por donde abracemos esa gran caja que es el mundo para llevarla a sitio seguro, notaremos la fragilidad de su interior. Podemos agarrarla por debajo, por encima, de los lados… ¡nada!, es inútil, en cualquier momento se vencerá contra la dura realidad y su contenido se hará añicos. Ese contenido son las mujeres, los niños y los hombres; los animales y las plantas. Bueno, si ha aguantado la lectura hasta aquí todo esto le parecerá un poco el “sermón” de los domingos. En fin, para hablar de “fragilidad” hay que ponerse un poco “piadoso”. Incluso para hablar de la fragilidad de los ASESINOS MASIVOS.

Cuando esta web era un blog, tuvimos una etiqueta con el nombre de “Estudio del Mal”. La idea de esta etiqueta fue aportar reflexiones sobre lo que en Occidente se ha catalogado como maldad, hacer el mal, sufrir el mal o como el Mal, a secas. Nuestra cultura es muy propensa a establecer los límites del bien y del mal, la religión cristiana hizo una división del mundo entre lo que va bien -el buen camino- y lo que está mal – la mala senda- desde antes de la fundación de la Iglesia católica. Por desgracia, la Iglesia luego hizo esa distinción basándose solo en los que estaban bajo su seno y en los que no. 

En esta ocasión nuestro habitual colaborador, Luis Pérez Armiño, nos aporta un texto sobre los asesinos masivos. Unos sujetos que deberían llevar marcado en la frente el cartel de “Frágil”. Luis nos advierte, con razón, que no se deben confundir con los asesinos en serie, esos Serial Killers que tanto han inspirado las películas de Hollywod últimamente. No, el asesino masivo (tampoco confundir con el de “masas-pueblos”, genocidas) es una mente frágil que recibe una “sacudida”, un mal golpe y decide matar en una sola vez a varias personas. Los hemos conocido recientemente en los casos de Anders Breivik y James Holmes, sobre los que también reflexionamos en este blog.

En el texto de Luis Pérez encontraremos una aproximación al perfil psicológico de estos individuos, que una vez que ponen en evidencia su fragilidad convierten a sus víctimas en seres frágiles que se pensaban “seguros” por estar en su recipiente con la advertencia de “Frágil”...

Leer el texto de Luis Pérez Armiño

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