Arriba los optimistas del mundo...

              


Me llegaba por las Redes Sociales un vídeo producido por una consultora extranjera sobre una visión optimista de la crisis en España. Lo pueden ver al final de este texto. La verdad es que su sola visión anima y su realización es genial, el dibujante es muy bueno. Todo lo que se dice en él es cierto, aunque no se dan las soluciones para atajar el principal problema estructural de nuestra economía: la gran dependencia de ésta al sector inmobiliario.

Que seamos los españoles creativos, ingeniosos y abnegados luchadores no es nada nuevo. Que en periodos de crisis se agudiza el ingenio, cierto también es. Que tenemos empresas y actividades que están en la primera fila internacional, es demostrable. Que en turismo no nos hace sombra casi nadie, gracias a nuestras costas sobre todo, pues es una obviedad que nos permite muchas veces “salvar las cuentas”; la industria turística ha tirado del carro económico, para bien y para mal, pues depender del sector “camareros” (servicios) es tan malo como la dependencia extrema que teníamos del “ladrillo”.


Ahora bien, los matices podrían ser muchos. Que esas empresas tan sólidas y modernizadas creen gran cantidad y variedad de empleos es más complicado. Las “masas” de la fuerza de trabajo, y disculpen si debo emplear lenguaje marxista pero es el más ‘técnico’ para mi discurso, esas masas proletarias se encuentran sin “industrias” a las que acudir. La competitividad de nuestras empresas se está consiguiendo a base de bajar salarios y beneficios sociales. De esta manera la Ford y la Renault se quedan en España y nos permite seguir siendo el 3er fabricante mundial de automóviles, a condición de tener el mismo sueldo que un indonesio. La competitividad, pues, no se está consiguiendo gracias a la formación y cualificación de la ‘Fuerza de Trabajo’.

Por tanto, el vídeo es una bandera de optimismo, a la que deberíamos aferrarnos, porque quizás la inversión e investigación en energías renovables nos pueda dar esa “Industria” necesaria para las masas de la fuerza de trabajo; enarbolar esa bandera optimista porque es cierto el mensaje del vídeo sobre la capacidad de resistencia y de resolución frente a las crisis. El matiz más grueso está en las capacidades políticas de los que deben administrar a la sociedad que vive bajo esa bandera. La gestión de la crisis basada en recortar inversiones en enseñanza, investigación y desarrollo, aleja esos colores optimistas de la bandera...

Así que, como emplear el lenguaje marxista ahora no sería correcto, propongo esta versión de la Internacional:

“¡Arriba los optimistas del Mundo!, en pie los....”


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