“Yo sigo trabajando, no he dejado de escribir ni un día desde que tenía 15 años”, era una de sus últimas declaraciones sobre su vida plena de escritura, en una reciente entrevista en El País. Meneses era el reportero de raza, el periodista de pluma pero también de visor, un foto-periodista de los que ahora no abundan, que creó escuela y que documentó en primera línea la historia de la segunda mitad del siglo XX y las primeras décadas del actual siglo. Porque Enrique Meneses se adaptó; siendo una persona mayor de 70 años, que en apariencia permanecen alejadas de las nuevas tecnologías, supo emplear Internet para seguir escribiendo, para no dejar de escribir.
Su blog-web
era un diario de calidad, una isla con bahía acogedora, dentro de la inmensidad
oceánica en la que Internet ha convertido a la información. Meneses
tenía cuenta de Twitter y la manejaba mucho mejor que un servidor, con
cuarenta años menos. ¡Damas y caballeros!, que estamos hablando del tipo que se
subió, en primicia y exclusiva, a Sierra Maestra para informar sobre varios
personajes fundamentales como serían los hermanos Castro y el Che Guevara,
documentando las entrevistas y el reportaje con excelentes fotografías.
Pero,
¡señoras y señores!, no acaba ahí la cosa. No. Enrique Meneses estuvo presente en
el histórico y conmovedor discurso de Martín Luther King Jr. donde pronunció
su célebre frase: ‘I have a dream’ ; al que documentó gráficamente y con
sus textos en primicia para la información en lengua española. Era un señor que
convivió con la Historia, simplemente haciendo lo que decía saber hacer mejor: “ir,
ver, anotar, grabar, volver y contarlo”. Grabó a la última emperatriz de
Persia, con la que charló largamente en francés, la reina Farah Diba. Más
recientemente hizo el zigzag salvador para cruzar de calle a calle en la
sitiada Sarajevo y ya era un sesentón. Aventurero, pero no en el sentido frívolo
del término. Reportero que informaba en medio de una “aventura”.
Una
insuficiencia respiratoria, que dificultaba la circulación de su sangre de “tinta
y güisqui”, como a él le gustaba decir, acabó con su existencia tan fructífera
como escritor fotoperiodista. Falleció a los 83 años en el Hospital La Paz de Madrid este
pasado 6 de enero de 2013. Descanse en paz, maestro.
© Gustavo Adolfo Ordoño
Periodista e historiador
Imagen: portada con fotografía de Fidel Castro por Enrique Meneses, en el París-Match
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