Si han dado con este texto porque
son lectores fortuitos del blog, les recomendaría dar un paseo por las
etiquetas del mismo. Es fácil pensar que el tema del colonialismo y
neocolonialismo estará más de una vez tratado en los artículos y post del blog. En efecto, sobre todo
encontraremos mención en las colaboraciones de Luis Pérez Armiño. En esta ocasión nos aporta un texto con una
crítica bastante dura a las acciones de nuestros vecinos, los franceses, en
África.
El colonialismo francés en África
ha sido, es y será, objeto de estudio y análisis sobre el fenómeno colonialista
europeo por su particularidad. Muchas tesis doctorales habrán tenido como tema
el colonialismo francés y sus guerras en África; en particular la “Guerra de
Argelia” cuya singularidad puede explicar la convicción francesa de que el
territorio colonizado por Francia es tan francés como el mismo París. Un
extremo convencimiento que logra asimilarse en los nativos de esos territorios
y sino vean a los componentes de sus selecciones nacionales deportivas donde la
mayoría no son europeos. Benzema, Zidane...de origen argelino son glorias del
fútbol francés.
Los procesos descolonizadores de
cada país también indican o nos pueden orientar sobre el carácter
colonizador de cada potencia europea, americana o asiática. Amplio miras porque
a veces olvidamos que colonizadores han sido casi todos los pueblos del mundo. Los
procesos descolonizadores japoneses sobre manchures y coreanos; o los rusos
sobre los pueblos de Europa del Este o Asia Central, tienen también sus “dolorosas”cuestiones...claro
está, que el colonialismo más determinante es el que marcó una época, la
contemporánea, y fue protagonizado por Europa.
Ahora bien, en la actualidad se
abusa del concepto colonialismo y de su “continuación económica”, el llamado neocolonialismo. Este último viene a ser un control económico, una presión política
y una influencia cultural de las antiguas metrópolis o de otras potencias
militares y económicas, sobre regiones que fueron colonizadas al estilo clásico
y directo; es decir, fundación de colonias (ciudades y puertos) o envío de
colonos desde la metrópoli al territorio dominado, ocupación militar y
organización defensiva del enclave...Por tanto, el neocolonialismo tiene más
sentido cuando actúa sobre el antiguo colonialismo.
En la actualidad, en un mundo globalizado e “hiper-interdependiente”, las fuerzas dominadoras y que obtienen
más poder son aquéllas que poseen el control económico-financiero. Por eso
creemos que para casos tan notorios que se están dando en el mundo actual, como
el “desembarco” de China en África, con acciones propias del neocolonialismo
pero sin influencia cultural y presión política en la región, deberíamos
encontrar otro término, otro concepto relacionado con el colonialismo pero con
otro nombre...en fin, el texto de Luis Pérez Armiño (pinchar para leer) aún se puede enclavar en el
“clásico” neocolonialismo, pero su reflexión sobre el “discreto” dominio francés
en África nos lleva a esa misma línea de debate que estoy exponiendo: ¿cuáles
son las nuevas formas de dominio en el mundo?
Gustavo Adolfo Ordoño ©
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