Pablo Iglesias, la muerte de Enrique Ruano y las ideologías

Cartel de un acto universitario en memoria Enrique Ruano

Hoy, 20 de enero de 2015, hace 46 años que el universitario y activista de izquierdas, Enrique Ruano, murió en extrañas circunstancias cuando estaba retenido por la Brigada Político Social (la policía política de la dictadura franquista). Aquel incidente del 20 de enero de 1969 supuso un hecho luctuoso más de los ocurridos en las protestas antifranquistas en las universidades y en las calles de España, que desde 1968 (mayo francés) protagonizaban el contexto político del país; huelgas y protestas que no eran más que disturbios callejeros para los jerarcas de un régimen en sus últimos años y que aún así decretaron el “estado de excepción” en todo el territorio durante medio año.

El caso de Enrique Ruano, a instancias de su familia, se intentó esclarecer con la reapertura de las investigaciones, ya en democracia (1996), y la celebración de un juicio contra los policías que le detuvieron. Al final el tribunal no halló pruebas concluyentes de la versión de los abogados de la familia Ruano, que aseguran que a Enrique le dispararon antes de ser arrojado por la ventana de un séptimo piso, y decretaron la absolución de los tres policías encausados. No se hizo justicia "legalista", pero Enrique Ruano ha quedado como orgullo de la lucha por la libertad en la memoria histórica antifranquista. 

Desde el principio el movimiento antifranquista consideró el supuesto accidente o suicidio de Ruano como un asesinato político. Muchos intelectuales de esa época se adscribieron a la idea de un crimen político y apoyaron las protestas universitarias que surgieron tras la versión oficial de la muerte del joven detenido. El caso de Enrique Ruano tuvo una repercusión social relativa y fue más influyente en el ámbito universitario del país. Marcaría la vocación política de algunos futuros políticos de la Transición y líderes de partidos políticos. Alfredo Pérez Rubalcaba, ex máximo líder del PSOE, compartió colegio con Enrique Ruano y reconoció que fue la indignación por la muerte de este compañero lo que le motivó su afiliación al PSOE (Partido Socialista Obrero Español) y su interés por el mundo de la política.

Imagen cuenta Twitter de Pablo Iglesias

En la actualidad, cualquier entrevista al líder de Podemos, Pablo Iglesias, atrae el interés de todos, a nivel político y social, pues las encuestas dan a la formación de la que es secretario general desde el triunfo al segundo puesto en las elecciones generales que deberían celebrarse a final de año. En el caso del autor de este artículo, como será el caso de muchos españoles, me interesa conocer en profundidad la motivación política, la ideología esencial, del que puede ser mi futuro presidente del gobierno. Iglesias debe haber tenido “la motivación” política desde la base universitaria, como ocurrió con muchos de los políticos que él etiqueta de “casta”. Ahora bien, a la hora de asumir una ideología parece haber renegado de la que le inspiraba para poder hacer “Realpolitik”.

Leyendo la última y reciente entrevista que Pablo Iglesias concede al diario El País, por el aniversario (1 año) de la fundación de Podemos, descubro que Iglesias y sus acólitos consideran las ideologías “cosa de trileros”. La pregunta del periodista está fundamentada, pues la base ideológica de Podemos ha sido una fuerza política que también “lideraba” Iglesias y cuyo nombre es esclarecedor de su ideología: Izquierda Anticapitalista. Pero como bien dice el mismo Pablo Iglesias, la actual situación social y política de España se entendería mal con la clásica división de izquierdas contra derechas.

Pablo Iglesias, a mi entender, explica mal la reciente adquisición por Podemos de modos y maneras socialdemócratas, motivación hasta ahora del PSOE (que ha pasado, dentro de la Realpolitik, a ser su verdadero rival electoral). Declarando que las motivaciones ideológicas actuales no deben adscribirse a izquierda o a derecha, consigue la atención de un mayor número de posibles votantes, pero crea confusión en aquellos que sí tenían clara su ideología.

A mí me gustaría más contundencia ideológica en Pablo Iglesias. Contundencia basada en lo que dice haberle indignado y motivado a dar el salto a la “gran política”. Si al ex secretario general del PSOE, Pérez Rubalcaba, le indignó la represión policial llevada hasta el asesinato de un Estado sin libertades y le hizo político; a Pablo Iglesias supongo le indignó la desigualdad social creciente, el recorte de derechos y servicios sociales, la precariedad laboral, los injustos desahucios… Pues eso, sólo le bastaba con haber sido más claro para tener ideología.


Gustavo Adolfo Ordoño ©
Periodista e historiador

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