España y el Reino Unido tras el posible Brexit

Fotomontaje de Cameron con el Peñón detrás. Fuente; GETTY

Tenía previsto hablar de la visita del primer ministro, David Cameron, al Peñón de Gibraltar, colonia del imperio británico desde 1713. Una visita que suponía la primera de este siglo, pues desde 1968 ningún Premier había visitado la Roca. Pero la actualidad y sus circunstancias tiránicas han obligado al dirigente británico y a un servidor dejar el tema de lado. Un acto violento se ha llevado la vida de una diputada laborista,  Jo Cox,  haciendo campaña a favor de la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea (UE). La campaña del conocido como “Brexit”, el referéndum por la permanencia o no de las islas británicas en la UE, ha sido suspendida.

De todas maneras, sigo interesado en analizar una serie de factores que la discreta visita de Cameron a Gibraltar para hacer campaña a favor de la permanencia, algo apoyado por las autoridades del Peñón, me han suscitado. El primer ministro ha suspendido el mitin sobre el “Brexit” y ha enfriado el manido tema de la soberanía de Gibraltar. Pero no es esa cuestión la que me atrae al análisis. Me preocupa el cómo quedarían las relaciones entre Reino Unido y España si se produjese el “Brexit”. Por de pronto, se calcula en casi un millón de británicos los relacionados con España, sumando los residentes fijos, los que pasan largos periodos y el gran flujo de turistas todo el año. Un millón de british, qué se dice pronto.

Es casi la misma cantidad que marroquíes y algo menos que iberoamericanos, que son poco más de millón y medio de ciudadanos. Muchos de estos británicos son residentes todo el año, jubilados que no sólo se benefician del buen clima español, también de nuestro valorado sistema de salud pública. Si su país se marcha de la UE tendrán que tramitar una tarjeta de residentes extranjeros, como cualquier otro emigrante. Supongo que entenderán que esa población también beneficia a España, donde se necesita una demanda de consumo al ser un país de servicios y con un peso clave de la industria turística en su economía. Si encuentran obstáculos para seguir residiendo, muchos se marcharían.

En ese millón se cuenta a los llanitos (gibraltareños), la gran mayoría de los 30.000 habitantes censados, que tienen residencia en España y el negocio o trabajo en la colonia. Parte de las 700 empresas británicas inversoras censadas en España tienen sede en Gibraltar. Se estima en más de 55.000 millones de euros al año el valor de las relaciones comerciales entre España y Gran Bretaña. En estos años de crisis los españoles en el Reino Unido han aumentado casi el doble, sobrepasando las 200.000 personas, muchas son jóvenes con sus primeros trabajos. Un ejemplo muy notorio de los efectos negativos del “Brexit” estaría en la pérdida del puesto de trabajo para 4.000 españoles empleados en los comercios y empresas de Gibraltar, cifra actual y que en verano suele aumentar.

El referéndum del próximo 23 de junio en Reino Unido sobre el “Brexit” abre, pues, un montón de incertidumbres; desde las más domésticas (un empleo), hasta las macroeconómicas de las cifras de inversión (bolsa) y el flujo comercial. Si desde perspectivas geopolíticas para España parecería positiva la salida de Gran Bretaña de la UE, al convertirla en una potencia con menos peso en Europa, desde posturas del sentido común y del día a día, esa pretensión del nacionalismo inglés de cerrarse en sí mismo, supondría para España más quebraderos de cabeza que otra cosa. Bastantes más que al aceptar ese acuerdo de permanencia a la carta, tan humillante para la esencia europea, que consiguió Cameron el pasado mes de febrero. Veremos, con preocupación, si hay to brexit or not brexit.


Gustavo Adolfo Ordoño ©

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