Ifni, el verano de 1957 que pudo evitar una guerra

Ruinas del puerto sistema teleférico de Sidi-Ifni construido por España

  Justo ahora se cumplen 60 años de unos hechos que eran claros avisos de un ataque militar contra el territorio español de Ifni, situado en la costa occidental de Marruecos casi a la altura de las Islas Canarias. Pero nadie hacía caso a esos alarmantes indicios bélicos en el gobierno de Madrid. Bueno, existían unas importantes excepciones en ese escepticismo gubernamental, los gobernadores militares de esa futura provincia española. El veterano y eficiente gobernador, el general Pardo de Santayana, ya advertía en marzo de 1956 de un peligro real: la confrontación por la insurgencia que generaría la introducción de impuestos (no habituados a ellos) entre la población local. Una medida impopular pero que quería ir convirtiendo al territorio en una “provincia normalizada”, que pagase sus impuestos como cualquier otra de la península.

Pero el general Pardo fue conminado por Madrid a no emplear la fuerza militar preventiva, que quizás hubiera desbaratado los planes de ataque independentistas. Hacer una serie de incursiones o demostraciones de fuerza controladas, hubiera demostrado a Marruecos que la actitud española no era tan condescendiente y, quizá, la guerra se hubiese evitado y pasado al terreno diplomático. Tampoco el general Gómez Zamalloa, sustituto por retiro de Pardo Santayana el 23 de junio de 1957, tuvo mejor suerte con sus informes que advertían de un probable ataque a gran escala sobre Ifni o al Sáhara español.

Ni siquiera Madrid, aunque ya en el mandato del general Pardo se habían producido reuniones informales con militares franceses, dejó que el Ejército del A.O.E (África Occidental Española) colaborara de manera explícita y completa con el Ejército francés, que ya llevaba en combate con los milicianos marroquíes en la zona mauritana y argelina del Sáhara bastantes meses.

Francia ofreció colaboración que el Régimen rechazó enrocado en su arriesgado equilibrio de seguir deseando ser el único “hermano” europeo del mundo árabe y de los países del Tercer Mundo, que tan buenos réditos había dado ayudando a España a entrar en la ONU. La idea que marcó la respuesta ante la crisis fue que un país hermano, por el que tanto se había hecho en su independencia, no atacaría a los intereses españoles. Esa ingenua apreciación fue la única resolución que se tomó desde el palacio de El Pardo ante la evidente crisis.

Costosa forma de abastecer a la ciudad y a los suministros de armas antes de construir el puerto

Si el asesinato de policías nativos de Ifni, los sabotajes y los ataques deliberados a patrullas españolas desde enero de 1957, no convencieron de la necesidad de refuerzos y de un cambio de actitud que significase una muestra de fuerza y seguridad en la zona, sí que pareció empezar a preocupar en Madrid las evidencias que aportaban los franceses de los repliegues y agrupamientos de las fuerzas rebeldes en torno a la frontera del enclave.

Para cualquier militar de academia tenía que ser evidente el próximo ataque contra esa “isla” española rodeada de tierra marroquí. La clarividencia del general Pardo de Santayana no fue atendida a tiempo. Además su sucesor, el nuevo gobernador Gómez Zamalloa, atemperó la tensión de Ifni en uno de sus primeros informes a Madrid (finales de junio 1957) que situaba mayor peligro de ataque en el Sáhara. Finalmente, en la reunión de la Junta de Defensa Nacional celebrada el 27 de julio y a la que acudió el general Zamalloa, se trazó el Plan Madrid  como estrategia en previsión de un probable ataque a Ifni y al Sáhara.

No pudo ponerse en práctica ya que las tropas de refuerzo, enviadas al final de noviembre, desembarcaron muy tarde, en un territorio ya en plena guerra...


Gustavo Adolfo Ordoño ©
Periodista e historiador

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