Palestina y Arafat, el hombre que pudo reinar

Yasser Arafat, el hombre que pudo “reinar”



En estos días la Autoridad Nacional Palestina planea pedir a la ONU que les reconozca como estado de pleno derecho. ¿Se culminará la obra de Yasser Arafat?

La ANP (Autoridad Nacional Palestina) dirigida por Mahmud Abás está en Nueva York, en la sede de Naciones Unidas, llevando el sueño del fallecido líder palestino, Arafat, al Consejo de Seguridad. Se trata de ser un miembro de la ONU de pleno derecho, lo que sentaría las bases para negociar con la categoría de estado, precisamente, su creación como tal. Yasser Arafat moría el 11 de noviembre de 2004 en un hospital de París, vencido por la muerte, pero meses antes se había visto derrotado y acorralado por otro tipo de mortandad: su muerte política.

El nacimiento de la OLP


Yasser Arafat es el líder del partido o facción con más poder y seguidores, Al-Fatah, dentro de la amalgama de grupos, facciones y “bandas” que se habían agrupado, en un intento de ser legitimados internacionalmente, con el nombre de OLP (Organización para la Liberación de Palestina) en 1964. Arafat no tarda en ser nombrado presidente, en 1969, de esta organización que pasa a representar a los más de 8 millones, según sus cálculos en la época, de palestinos sin estado

La OLP planteó en un ideario inicial la destrucción del estado de Israel y el derecho de autodeterminación del pueblo palestino, con el obvio regreso de los miles de refugiados en los países limítrofes a sus tierras, ocupadas a base de conquista bélica por el ejército de Israel. Con esta justificación inician una lucha armada (guerrilla o terrorismo, según el punto de vista que se adopte) que comprende casi dos décadas, de los años sesenta a los ochenta, hasta la Conferencia de Paz de Madrid y la Cumbre de Oslo de 1993, donde se intentaron sustituir las armas por las palabras.

Nacimiento en Egipto


Yasser o Yasir (también conocido así) Arafat nació en El Cairo en el seno de una familia de origen palestino, era una familia numerosa, él era el penúltimo de siete hermanos. Cuando cumplía cuatro años de edad queda huérfano de madre y su padre, un adusto comerciante textil, solo es incapaz de hacerse cargo de los siete vástagos. Al ser la madre fallecida de una familia oriunda de Jerusalén, decide mandar al más pequeño de los hijos y al niño Arafat a la ciudad santa con los familiares de su esposa.





La Ciudad Vieja de Jerusalén, que es donde vive su familia materna, será el primer contacto de Yasser Arafat con la que consideró siempre capital de su soñado estado palestino. Pero su estancia será corta, debe regresar a El Cairo, reclamado por su padre para que le ayudase en los negocios de telas. La relación con su progenitor llegará a deteriorarse por vitales diferencias al extremo de que cuando falleció, en 1952, Arafat no acudió a su entierro.

Sus primeras luchas


Entra en la actividad política y comienza a tener notoriedad entre las facciones palestinas en 1952, cuando es nombrado presidente de la federación de estudiantes palestinos más activa de El Cairo, la Unión General de Estudiantes Palestinos. Sin embargo estas acciones de hall de universidad se le quedan cortas, considerando que en 1948, en la primera guerra árabe-israelí se presento voluntario en los combates de Gaza.

En 1956 es investigado por sus presuntas relaciones con el grupo islámico más radical del momento, Hermanos Musulmanes, por lo que debe “exiliarse” a Kuwait, donde trabajará de ingeniero en las nuevas y florecientes plataformas petrolíferas. Será en este país donde colaboré en la creación de Al-Fatah, la facción que a la larga marcaría el proceso de la creación de la actual Autoridad Nacional Palestina, que es lo más cercano a un “estado” que los palestinos han conseguido en estos más de 60 años de lucha.

Éxodo palestino


En esa tierra de conflicto eterno también se produce el constante éxodo de los pueblos que la reclaman. El conocido éxodo israelí acabó con la creación del estado de Israel en 1948, año en el que comienza, obviamente, el éxodo palestino. El principal lugar de operaciones de los exiliados combativos, es decir, de los que se organizaron en facciones armadas para regresar a Palestina, fue Jordania. Sobre todo a partir del fin de la “Guerra de los seis días”, cuando Arafat dirige la OLP y lo hace desde el Reino Hachemita.

Los israelíes optaron por la solución rápida. Para evitar las constantes incursiones guerrilleras o terroristas palestinas desde Jordania atacaron a este último país, haciendo incursiones en su territorio. El rey Hussein de Jordania reaccionó mandando a su ejército pero no contra Israel, sino contra las bases palestinas. Los combates fueron sangrientos y mermaron la unidad árabe. Fue el llamado “Septiembre Negro” (1971).

El largo camino hasta Ramala


Arafat y la OLP tuvieron que marcharse al Líbano. La guerra civil de ese país y la invasión de Israel que llegó hasta las puertas de Beirut (1982) obligó a Arafat a buscar otra base de operaciones. La encontró en Bagdad hasta que en 1987 comenzó la Intifada, gran rebelión popular en los territorios ocupados por Israel, que había promovido en la distancia pero que ahora quería liderar en vivo.

Su cambio de estrategia en 1988, aceptando las resoluciones de la ONU 242 y 338 que en la práctica reconocían el derecho de existir al estado de Israel, le permitieron regresar a Palestina como presidente de la Autoridad, para liderar los acuerdos que creasen dos estados vecinos: el de Israel y un nuevo estado palestino en los territorios ocupados de Gaza y Cisjordania. La Historia nos ha ido contando el fracaso de las negociaciones. Arafat sufrió las desavenencias entre los propios palestinos y el declive político confinado sus últimos años en la residencia de La Muqata, en Ramala (Cisjordania).

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