Situación y límites geográficos de la Guayana Francesa |
Es chocante que en el siglo donde se celebran los bicentenarios de la independencia americana aún persistan problemas territoriales entre los suramericanos y los europeos. Cuando se habla de anacronismos en los estatus de colonia de las islas Malvinas y del peñón de Gibraltar, haciéndose paralelismos y perspectivas comparadas, nadie recuerda a la Guayana Francesa y su peculiar estatus de departamento (provincia) francés de ultramar. La curiosidad histórica de porqué este territorio no ha vivido un proceso independentista, aprovechando la sinergia del independentismo del XIX o la época descolonizadora de mediados del siglo XX, la dejo para otro artículo; ahora les propongo una lectura desde la óptica social y política. Un problema de fronteras entre la Unión Europea y América del Sur, con las nuevas políticas migratorias europeas de por medio....
Las diferencias socioeconómicas entre Surinam y la Guayana francesa son abismales. En Surinam, la antigua colonia de Holanda, que antes era conocida como la Guayana holandesa, el actual gobierno presidido por un exdictador, Dersi Bouterse, está más preocupado por conseguir las licencias de explotación de un posible yacimiento petrolero en las costas entre Surinam y la Guayana francesa que en administrar la economía y el desarrollo de su país.
Conflictos territoriales con Europa
Resulta curioso, pero Europa tiene un problema de fronteras territoriales con una nación del norte de América del Sur. El río Maroni es una permeable frontera que separa al departamento de ultramar francés con Surinam, los habitantes de las localidades de la ribera de este último país americano están acostumbrados a pasar libremente a la 26ª Región de Francia. La Guayana francesa consiguió el estatus de región con todo derecho, equiparable a cualquier región gala de Europa, en 1982, por lo que también se considera un territorio periférico de la Unión Europea (como las islas Canarias o las Azores).
Las autoridades de París están presionando, a instancias de Europa, a las de la Guayana para que no den con tanta facilidad los permisos de residencia, que en un plazo de entre cinco y siete años acaban convirtiéndose en carnet de identidad con la nacionalidad francesa y, claro está, con pasaporte de la Unión Europea y la posibilidad de emigrar a cualquier parte del espacio Schengen. Los motivos para frenar la emigración son económicos, por la crisis financiera mundial que tanto está afectando a la zona euro; pero se da la paradoja de que los motivos de tanta emigración al puerto de Saint-Laurent son también de carácter económico.
Región del Caribe que no disfruta de la "economía emergente" de zonas vecinas
A diferencia de otros Estados de la zona, como Brasil o Colombia, Surinam no está en la ola de las economías emergentes. De los 13.000 solicitantes anuales de permiso de residencia en la Guayana francesa, el 90% proviene de la ex-colonia holandesa. Hay que reconocer que para los sunirameses la Guayana era lugar tradicional de emigración, obligado destino para huir de las guerras civiles que asolaron a su país desde el conocido como "golpe de los sargentos" en 1980.
Sin embargo, ahora emigran por no encontrar empleo o por el aumento de la criminalidad. En el mercado de Saint-Laurent se habla Sranan Tongo (lengua mezcla de inglés, holandés y sintaxis africana), la segunda lengua de Surinam tras el neerlandés, mucho más que el francés, aunque además de comerciantes también han aumentado los delincuentes y narcotraficantes de esa nacionalidad, son habituales los robos con la fuerza de las armas y los criminales buscan refugio regresando por un tiempo a la ribera del otro lado, en Surinam, donde no les controlan.
Pasado colonial no hispano
El único territorio americano continental que permanece en manos europeas no tuvo un pasado colonial español. Aunque parece que Cristóbal Colón exploró la zona y hubo alguna expedición española más a mediados del XVI, la ferocidad de los nativos, caribes y arawacos, hizo olvidar la región y desde Cuba concentrarse en los descubrimientos continentales del centro y del norte. Los franceses, interesados como los ingleses y los holandeses en competir en las exploraciones y restar expansión del imperio español, probaron fortuna en 1604 fundando varias colonias, aunque no se consolidaron hasta casi finales del siglo XVIII.
Los vecinos del departamento de ultramar y región francesa de la Guayana, tampoco tienen pasado colonial hispano. La Guyana era la antigua Guayana inglesa y Surinam, como hemos dicho, fue colonizada por los ingleses al principio y luego por los Países Bajos. Resultado de lo apuntado, competir con la potencia hegemónica en América como lo hacían franceses, ingleses y holandeses en Europa. Hoy todos, y Brasil y Venezuela (hay una Guayana venezolana), tienen reclamaciones territoriales ante los demás sobre las fronteras actuales.
Gastos extras para el contribuyente francés
Al considerarse una región de Francia su sistema fiscal y sus servicios e infraestructuras dependen de los presupuestos de París y de los fondos de la UE. La Guayana francesa está dando servicios de sanidad, por ejemplo, a miles de surinameses que atraviesan el Maroni en barco y acuden a los hospitales para recibir atención gratuita y de calidad. Según los responsables del hospital de Saint-Laurent los cuidados a estos inmigrantes "clandestinos pero permitidos" absorben cada año la mitad del presupuesto del centro.
Esa es la paradoja del asunto, la Guayana es una puerta a Europa para la inmigración irregular a miles de kilómetros de las regulaciones y controles de emigrantes de las leyes europeas. Los habitantes de Saint-Laurent se han habituado a estos inmigrantes y los toleran, valorando su aportación a la comunidad. Muchos profesionales, incluso artistas, son de origen surinamés.
Gustavo Adolfo Ordoño ©
Historiador y periodista
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