Historia del mestizaje; la «humanidad mestiza» que se adaptaría mejor al cambio climático

 

El "mestizaje" llegó a la Casa Real británica de la mano de la actriz Meghan Markle. Fuente imagen

A pesar de amanecer cada semana con una noticia nueva sobre los avances en la investigación del origen de nuestra especie, la actual Homo sapiens, que hablan de la importancia del mestizaje en su historia, los tópicos negativos y prejuicios sobre ese fenómeno biológico -y cultural- siguen muy presentes. En Pax Augusta queremos analizar esta cuestión partiendo de la idea que propone al mestizaje como un factor a tener en cuenta mas allá de la historia moderna; es decir, incluso desde nuestra prehistoria


 El primer gran mestizaje de la humanidad sería el ocurrido en la primera gran migración de nuestra especie. Hace unos 60.000 años que el Homo sapiens salió de África, donde está su origen, para expandirse poblando Asia y Europa primero y luego llegar a Australia y, en una última etapa de esta gran migración, unos 20.000 años atrás al continente americano desde el estrecho de Bering. Antes de comenzar el mestizaje entre las poblaciones sapiens que se iban asentando y las que seguían migrando, de Asia Menor a los actuales Balcanes y de allí a la Europa Central por ejemplo, se ha comenzado a considerar el más que posible mestizaje de nuestra especie con los neandertales desde los iniciales contactos al salir del continente africano. 

Pero antes de seguir con la cuestión que queremos exponer se deben hacer importantes matizaciones. El mestizaje entre sapiens y neandertal no dio otra especie, ni se les podría llamar "mestizos" a esos seres humanos. Ese «encuentro» entre esas dos especies humanas diferentes supuso un aporte genético de la especie extinguida, el Homo neandertalensis, a la especie humana sobreviviente y actual, el Homo sapiens. Es el dato irrefutable que se ha podido constatar gracias a las últimas investigaciones en biología humana con el estudio de ADN fósiles. Incluso, algunas ultimísimas teorías exponen que sí se produjo una especie de "mestizaje" y que los neandertales en realidad no están extinguidos, sino que acabaron "integrados" en nuestra especie. De una manera u otra, el dato irrefutable del que hablaba es que el genoma de la población europea actual posee entre el 2% y el 2,5% de origen neandertal


El atractivo "mestizaje" del actor Keanu Reeves, con ancestros chinos, indonesios y europeos

Otro importante matiz que queremos hacer es el empleo del término «mestizo». En la actualidad debe considerarse más como un "concepto histórico", con su aporte cultural e ideológico, más que como un efecto del mestizaje biológico. Es así por estos recientes estudios científicos mencionados, donde también se aplica la antropología y la historia, que argumentan la inexistencia de razas, que solamente hay una «raza humana» y que todos somos, en realidad, mestizos y producto de una constante mezcla biológica entre diferentes pueblos y tribus a lo largo de nuestra existencia. Cualquier estudio del ADN de cualquier persona demuestra los diversos orígenes de sus genomas. Sin embargo, queremos historiar al mestizaje desde su vertiente histórico-cultural y emplearemos el término mestizo en ese contexto. 

Breve historia del mestizaje 

Es en el contexto colonial de la América hispana donde aparece con claridad este término. Antes, en la Antigüedad y durante la plena Edad Media, ni en Europa ni en otras civilizaciones existía un concepto claro del mestizaje. Lo que no quiere decir que no se produjesen mestizajes de poblaciones y etnias diferentes y se creasen nuevas «identidades culturales». No obstante, esas nuevas identidades solían acabar integradas en el sustrato cultural "superior" sin ninguna distinción formal o desventaja social. Por ejemplo, en el mundo grecolatino el mestizaje o "mezcla de sangres" no impedía obtener la condición social de hombre libre y ciudadano. 

Uno de los muchos "cuadros de castas" que se pintaron a modo didáctico
durante la época del virreinato en México 


El escritor y político venezolano Arturo Uslar Pietri (1906-2001) afirmaba sobre la historia de España que "palabras como mudéjar, mozárabe, muladí, romance, ladino no son otra cosa que testimonios irrecusables de un vasto, largo y complicado proceso de mestizaje que tuvo por escenario y personajes la Península Ibérica y sus gentes..." Y de alguna manera mimética ese escenario de mestizaje se volvió a dar en la América ibérica, aunque hay que reconocer que esta vez sí que las diferencias étnicas y sus mezclas se utilizaron también como «clasificación» de categorías sociales. Todos los mestizajes entre distintas categorías étnicas recibieron el nombre general de «castas». Aunque se reservó el término de «mestizos» para el mestizaje concreto entre hombre español y mujer indígena; y quizás por ello argumentaba también Uslar Pietri que existía un complejo de inferioridad sobre esta palabra en el hispanoamericano. Como si los mestizos simbolizasen la derrota de ser "hijos de la Conquista".

Desde la perspectiva de América Latina, en países como México o Perú, la condición de mestizo se interpretaba únicamente desde una visión de «pureza de sangre» o de raza. Como un intento de "blanquear" y hacer más europeo a esa persona y así tener mejor condición social. Sin tener en cuenta el valor positivo de la cultura del mestizaje, ya que este fenómeno representa en realidad la integración de las dos culturas igualadas en una nueva «personalidad», la del llamado "académicamente" Nuevo Mundo. Esos prejuicios que hacían alejarse del origen indígena y potenciar el origen europeo para conseguir una supuesta "puridad" racial, estaban motivados por las teorías supremacistas europeas del siglo XIX

Justificaciones ideológicas, filosóficas y "naturalistas" para argumentar la superioridad del hombre blanco frente a las otras razas abundaron en el siglo XIX. Era el siglo de los imperios coloniales de las nuevas potencias europeas, con Inglaterra a la cabeza, y de la consolidación de los nacionalismos en los futuros Estados-nación. Años que coincidieron con el proceso de independencia y creación identitaria de los nuevos países de la América Latina. La identidad criolla sufría una crisis de identidad pues debía hacer equilibrios delicados sobre su posición de preeminencia al ser de origen europeo y su condición de nueva nacionalidad que compartía con indígenas y mestizos. Se optó por crear una idea positiva del ciudadano mestizo, pero privilegiando al linaje de origen europeo y "mitigando" los rasgos del origen indígena. 


Figura que recrea a un neandertal trajeado en el Museo Neandertal de Mettmann (Alemania)


 Luego, el revisionismo histórico que actúa siempre desde perspectivas ideológicas interesadas ha superpuesto a los orígenes no europeos (indígenas y africanos) como verdadera identidad y «nacionalidad latina»; debiendo la ciudadanía mestiza volver a cambiar de mentalidad y revindicar más su parte nativa. De esta manera, menospreciando siempre al hecho del mestizaje por un lado y otro se perpetúan los complejos y prejuicios culturales y por ende sociales. El biólogo especializado en el estudio del origen de la Humanidad, Lluís Quintana-Murci, argumenta en sus estudios que la diversidad y variabilidad genética son fundamentales para la adaptación y supervivencia de una especie. Comenta la hipótesis más que probable del beneficio que supuso para las primeras poblaciones de sapiens provenientes de África el mestizaje con los neandertales de Euroasia. A la larga contaron con mutaciones genéticas adquiridas del sujeto neandertal mejor adaptadas al frío de su nuevo hábitat. Una de ellas, con gran probabilidad, fue heredar de los neandertales la “piel blanca” mejor adaptada a temperaturas frías, ya que los sapiens provenían de África y tenían la piel oscura.
 
El hombre» (ser humano) es una especie conquistadora; donde unos «humanos nuevos», llegados a un lugar nuevo para ellos, solían “superponerse” sobre otros para lograr sobrevivir

Siguiendo esta línea argumental y volviendo a la América ibérica, el mestizaje genético ayudó a frenar la alta mortalidad entre los indígenas que no estaban inmunizados ante las enfermedades traídas de Europa. Aunque el mismo biólogo Quintana-Murci, advierte que no se debe olvidar que la adaptación beneficiosa llegará siempre antes gracias al «mestizaje cultural». Es obvio que en el tiempo histórico la adaptación y el origen de una nueva "identidad o mentalidad" vendrá primero por la mezcla cultural, sin que se tenga que dar a la par el «mestizaje genético». Mirando más a la larga, a Futuro, solamente el ser humano conseguirá adaptarse al reto del cambio climático si mantiene la diversidad y variabilidad genética (personas que viven en el Trópico están mejor adaptadas a las altas temperaturas) pero, también, la diversidad cultural que favorece que haya personas concienciadas en actuar ya contra los problemas de ese cambio climático.    


 
Gustavo Adolfo Ordoño ©
Periodista e historiador

Publicar un comentario

0 Comentarios