Imagen captura de vídeo en euronews.com |
El cabo del ejército español, Javier Soria, que participaba en la
misión FPNUL (Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en Líbano) en la conocida como “línea azul” -frontera caliente
entre Israel y Líbano- , no sé
si conocería la historia, larga historia ya, de esta encomienda de la ONU en
Oriente Próximo. La “cuestión del
Líbano” es veterana en los conflictos iniciados tras la II Guerra Mundial y
la creación del Estado de Israel, cuando las potencias europeas en la zona
abandonan el control y el poder directo en esa región geopolítica; las Naciones Unidas (ONU),
prácticamente desde 1948, han tenido que participar en ‘misiones de paz’.
En concreto, el cabo Soria,
participaba en una misión pacificadora
que tras la “crisis” del verano de 2006 (una guerra en
toda regla entre Israel y Hizbollah) amplió los iniciales
mandatos de la fuerza provisional, pasando a ser una misión “permanente”, las
encomendadas a fuerzas de intervención de Naciones Unidas (UNIFIL, en sus
siglas en inglés). La misión original fue aprobada por el Consejo de Seguridad de la ONU en 1978 con el propósito de
garantizar la paz y el respeto de los acuerdos firmados entre el Líbano e
Israel.
Cabo Francisco Javier Soria. Fuente imagen: Euronews |
Que un proyectil impactase contra
la garita donde el cabo Soria hacía guardia, asesinándole, indica que los
objetivos de la vieja misión FPNUL no se están alcanzando. En esa ‘fuerza de
intervención’ de la ONU, el ministerio de Defensa reconoce tener entre 500 y 700 ciudadanos españoles, soldados profesionales (el ejército se profesionalizó de forma
definitiva en el 2001), que con el casco
azul de Naciones Unidas participan
en el contingente internacional de más
de 10.000 efectivos militares. Las posiciones, las bases militares y los
puestos de guardia, son de sobra conocidas por los contendientes del conflicto.
Israel no ha dejado de “castigar” a los miembros de Hizbollah siempre que desea,
menospreciando al trabajo mediador de la ONU, y los milicianos (terroristas
para la UE) de Hizbollah han abusado de la cobertura que estas fuerzas de paz
dan al ejército libanés en el control de fronteras.
En fin, veo con tristeza la llegada a Córdoba (España) del féretro de este ‘soldado de la paz’ y me aburren las habituales
y diplomáticas declaraciones de los políticos y militares responsables. El
fuego de artillería y morteros provenía de Israel,
no hay eufemismos que valgan para decir esto, por mucho que se añada inmediatamente
que ese bombardeo fuese en respuesta a “un ataque previo con cohetes de la milicia chií Hizbollah, que se saldó con dos militares israelíes muertos”. Que los tres actores beligerantes en la zona, ejército libanés, ejército israelí y la milicia de Hizbollah, deberían respetar el trabajo de la ONU y a sus fuerzas de intervención parecerá una
obviedad, una perogrullada, pero yo, usando
el sentido común, no encuentro una mejor
solución.
Gustavo Adolfo Ordoño ©
Periodista e historiador
0 Comentarios