"La matanza de los inocentes". Fresco de Giotto, en la capilla de los Scrovegni, en Padua |
Cuando una noticia tan espantosa como la matanza de inocentes, niños principalmente, se cruza en nuestras
vidas de ciudadanos educados en la cultura judeo-cristiana nos viene a la
memoria el episodio bíblico de la Matanza
de Herodes. La verisimilitud histórica de este dato ha sido analizada
desde todas las perspectivas posibles. La matanza
criminal de inocentes no sería tan extraña en las luchas tribales por tan
reducidos espacios en las primeras civilizaciones asentadas. La mejor manera de
exterminar a un posible rival en
liza por los recursos de una tierra era eliminando su futuro, a las mujeres y a
los descendientes de ese pueblo. El
caso de Herodes supuso un infanticidio
para lograr perpetuarse en el poder y que el pueblo no tuviera otra
alternativa, un Mesías que les
otorgase «juicio crítico» contra el mandato impuesto.
Tan escabroso tema fue motivo en la iconografía artística cristiana desde muy temprano, podríamos decir que
es un subtema dentro del género religioso
del martirio. A esos niños menores de dos años mandados matar por Herodes en la
comarca de Belén se les asoció con los primogénitos asesinados en Egipto
(Antiguo Testamento) para asociar a Jesús
con Moisés, incluso la iconografía medieval asocia a las
madres de esos inocentes con las madres plañideras del Calvario de Cristo, pidiendo también la resurrección de sus hijos.
La inocencia y la pureza de esos Inocentes serían comunes con las de Jesús y
sus muertes, como la de Cristo, tendrían valor
sacrificial.
Tan horrendo
crimen, la muerte de inocentes, otorga a las víctimas un sentido religioso de
sacrificio y de pureza frente a la corrupción del resto de los mortales; tanto
es así que están santificados: los Santos Inocentes.
Pero; ¿Qué ocurre
en otras creencias, como el Islam, ante una matanza de inocentes?, y; ¿Qué ocurre hoy en la cultura cristiana ante estos hechos?
Epígrafe en la agenda del «vendedor de humo» |
En el Corán existe un precepto muy comentado
siempre cuando se combate la mala interpretación que hacen los yihadistas del Islam para justificar sus actos terroristas criminales. Se trata de una
aseveración que es traducida de varias maneras, sin que quede claro si se trata
de la muerte de inocentes o del «asesinato injusto» de cualquier persona:
El Islam ordena que se cuiden y preserven las almas, y prohíbe el asesinato o participar en él, a menos que sea con verdadero y debido derecho. Dios dice:
( Por esta razón decretamos para los Hijos de Israel que quien mata a una persona sin que ésta haya cometido un crimen o sembrado la corrupción en la Tierra es como si matase a toda la humanidad. Y quien salva una vida es como si salvase a toda la humanidad. Por cierto que Nuestros Mensajeros se presentaron ante ellos con las evidencias. Pero muchos, a pesar de esto, se excedieron en la Tierra. ) (5:32)
En muchas
ocasiones se traduce y se resalta
directamente la idea de que «quien mata a una persona...es como si matase a
toda la humanidad». Ante tal premisa, sin matizar que en el Corán se trascribe Hijos de Israel como
si fuese un precepto para relacionarse con los israelitas primigenios y no un
mandamiento general; ¿Cómo analizamos la reacción y las justificaciones de los yihadistas cuando cometen asesinatos de
niños y mujeres? Tengamos en cuenta que la mayoría de las ocasiones son inocentes, en gran número musulmanes, como sus asesinos, no estamos
señalando matanzas por ajustes de cuentas entre credos o por odios étnicos-culturales.
Parece que la inocencia de la infancia no es
motivo de discriminación en el Islam entre las personas de mayor pureza. El Corán
deja claro que asesinar es un crimen contra la humanidad; no obstante, el matiz coránico que permite el «asesinato con
verdadero y debido derecho» da a
los radicales erróneos fundamentos a sus crímenes. Por ejemplo: los talibanes pakistaníes que asesinaron a 130 menores el pasado diciembre lo justifican porque sus padres, militares (era un colegio para
hijos de militares), son malos musulmanes que asesinan a sus familias en la represión
que ejerce el Estado pakistaní contra el integrismo. Los bárbaros de Boko Haram, desde su mismo nombre,
interpretan una obtusa visión del Islam que hace enemigos a todos los que no comulgan con el estricto y riguroso cumplimiento
de la sharía, sin otorgar a los niños la prerrogativa de su inocencia, ignorancia e
ingenuidad.
Pero seamos tajantes, el mundo musulmán no fanatizado se horroriza de igual manera que nos podemos horrorizar los
occidentales o el mundo cristiano ante estas barbaridades. No sólo se
horrorizan, sino que lo sufren de manera directa y es una lacra para el
desarrollo y el futuro de sus hijos. En
Occidente el debate moral es ajeno a la religiosidad, en el Islam no es así.
Es un rasgo diferenciador, pero no un elemento de superioridad de unos sobre
otros.
¿O desde la racionalidad ética occidental
se puede minimizar la muerte de inocentes en Gaza tras un bombardeo del ejército
de Israel?
Gustavo Adolfo Ordoño ©
Periodista e historiador
1 Comentarios
Escrito hace casi 10 años... qué lástima de seres humanos. En esta cuestión la humanidad solamente progresa (tecnología) para matar más y encima sin reflexión moral como sí tenían los antiguos...
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