Hace 500 años que Hernán Cortés no invadió México

Una de las viñetas de humor gráfico a raíz de la carta del presidente López Obrador, vistas en la prensa española. Fuente imagen


Carta con siete razones históricas por las que el presidente mexicano, López Obrador, no debía haber mandado la suya reclamando al Reino de España pedir perdón por la Conquista 


1) La primera razón histórica que debía haber parado ese ímpetu populista del licenciado López Obrador y evitado su inapropiada carta exigiendo perdón por las barbaries de la Conquista al rey de España, sería que ni las Cortes de Castilla ni el Consejo Real o, si me apuras, las Cortes aragonesas, como mayor institución de gobierno del otro reino mayor que constituía la monarquía hispánica, fueron reunidas por el recién llegado Carlos I al trono español con el propósito de planificar una invasión del "reino azteca".

SrLópez Obrador, que si no fuese porque es sabida su condición de presidente de México, creería estar interpelando a mi vecino del cuarto piso, un español que lleva de apellido López y que se le da un aire a su excelencia, su carta iba dirigida a la máxima representación de España de hoy. Pues sepa vd. que en 1519, en estos reinos peninsulares, esa "autoridad" recaía en las Cortes que le he mencionado. No sé si el "mexicano" agraviado con esa supuesta invasión de hace 500 años, Moctezuma, podía decir lo mismo y contaba con un parlamento "popular" similar a estas instituciones españolas. Tanto importaban esas Cortes, con representación de las ciudades, que un año después al futuro emperador Carlos V se le "subieron a las barbas" y le montaron una revuelta (Los Comuneros). Fíjese qué contexto histórico tenía España, 1519-1521, tan poco propio de una potencia invasora y tirana.

2) Creo, por lo que se va desvelando de su inoportuna carta a Felipe VI reclamando perdón por lo bárbara que fue España (nombre femenino) con México (nombre masculino), que algunas matizaciones sí que ha realizado. Eso está bien, porque en Historia (y en casi todo en la vida) lo blanco o negro es una pésima fórmula para cualquier valoración o razonamiento. Aunque, también, esas matizaciones son erróneas y hasta cierto punto muy contradictorias.

Si bien, parece admitir que la iniciativa de la invasión y la campaña de conquista del imperio azteca fue una causa "personal" de ese salvaje extremeño llamado Cortés, una aventura sin hacer caso a las leyes regias que intentaban controlar el legado de la abuela de Carlos I, la Católica Reina Isabel, luego va y reclama disculpas a la Corona y, por ende, a España. Siguiendo su línea de argumentación, lo razonable sería hacer pruebas de ADN a todos los mexicanos y comprobar con los descendientes de Cortés cuántos de ellos deberían ser llevados al Tribunal de la Haya por crímenes de lesa humanidad. 

3) México NO existía en 1519. Ni tan siquiera esa “nación mexicana” a la que menciona como deseosa de una reconciliación plena con la nación española, nación por otro lado que en ese periodo estaba aún por conformarse como tal.

Uno de los MEMES que han circulado por las Redes Sociales con más acertada ironía 

4) Su carta es política, no reflexión histórica. No llega ni a ser ejercicio de memoria histórica, porque la concienciación que como mexicanos sí pueden hacer, esa que menciona solo de pasada y como contrapartida a su exigencia de desagravio por la crueldad de la Conquista, es una tarea íntima y particular, exclusiva de México. España no puede cargar también con los crímenes del Estado mexicano contra los indígenas desde 1821, como de manera indirecta en su misiva se aprecia cuando se ponen en el mismo “saco” unas barbaries y otras. Al poner el peso de la argumentación en los supuestos crímenes de la Conquista y la posterior colonización, las responsabilidades mexicanas parecen menores.

5) Otra contradicción está en admitir que la Conquista supone el hito fundacional del actual México y luego descargar responsabilidades en cuanto al aspecto negativo que toda conquista y guerra conlleva. En lugar de exigir perdón a un tercero, México debe asumir que existe como tal, como país y realidad histórica, tras un fenómeno poco atractivo como es la guerra y la conquista (fue también civil, participando pueblos autóctonos). Pocas naciones o países han surgido tras hitos amables o legendarios, son las menos. La mayoría somos lo que somos tras guerras y barbaridades en masa. Por eso, su queja de que la expedición de Cortés fue algo “tremendamente violento, doloroso y trasgresor"; está demás y resulta pueril.

6) Si necesitaba distraer la atención sobre la eficacia presidencial de su reciente mandato con una relación de crueldades y de crímenes contra los derechos humanos, podía haber escogido “mucha historia” mexicana. Por ejemplo, los últimos y violentos cien años de la existencia de México, desde las revoluciones comenzadas en las primeras décadas del siglo XX. O los ranking de las últimas décadas que ponen a México en los puestos de  cabeza de los países más violentos del mundo.

Escoger la fecha de 1519 es un acto de enemistad, desde su puesto de Jefe de Estado, contra un país amigo y con excelentes relaciones diplomáticas. Además, descubrir tanto rencor oculto (¿reconciliación plena?, eso qué significa) no habla bien de la autenticidad de esa, supuestamente, centenaria amistad.

7) Presidente López Obrador, su abuelo nació en Cantabria (España) y emigró a México. Ni siquiera sus antepasados tienen ancestros provenientes de los primeros mestizajes de conquistadores con indígenas o de los primeros colonos del siglo XVI. Quizá debería pensar en potenciar la enseñanza de la historia contemporánea de su país, que como en España es una asignatura pendiente en nuestras escuelas. ¿Sabía que una política migratoria y ley de extranjería del México revolucionario de 1917 llamaba “indeseables” a los españoles? Desde luego, no habría aprobado esa exigencia de atención a los derechos humanos que exige para un pasado más lejano...


Gustavo Adolfo Ordoño ©


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