Las bromas de Halloween más famosas de la historia de EEUU

 

Orson Welles tuvo que confirmar personalmente en una declaración radiofónica que la emisión de "La Guerra de los Mundos" no fue una noticia real, que los extraterrestres no invadían EEUU y que todo fue una broma de Halloween

 Las explicaciones de Orson Welles suenan a excusa forzada por las circunstancias, resulta difícil de creer que toda la polémica creada era causa de una simple broma. Circunstancias que habían puesto en estado de alarma a muchas ciudades de Estados Unidos, al provocar un terrible malentendido con su dramatización radiofónica de la novela La Guerra de los Mundos de H.G. Wells. Aunque al comienzo de la retransmisión se advirtió de que era una versión para la radio de la excelente novela de 1898, millones de personas la escucharon ya empezada. La confusión se propició por el grado tan alto de realismo que estaban escuchando. El talento de Orson Welles acertó cuando decidió con su guionista Howard Koch  hacer una radionovela con formato de crónica actual.

Narrar la ficción de la novela como si fuese un reportaje periodístico, una emisión radiofónica de una noticia en directo de la noche del 30 de octubre de 1938, convirtió esa teatralización de La Guerra de los Mundos en una gran fake new sin pretenderlo. La repercusión mediática y social que tuvo el incidente, obligó a la CBS y al autor de esa sorprendente figuración a hacer una declaración oficial. Orson Welles dijo, palabras textuales, que todo formaba parte de una broma de Halloween que se magnificó. Considerando que la radioemisión fue el 30 de octubre (Halloween es el 31) y que no se planificó como una simple broma, parece que el futuro afamado cineasta tuvo que forzar esa explicación basada en el "truco". Además, él mismo en su declaración posterior advertía que a pesar de ser una broma se debería reflexionar sobre lo fácil que resultaba "manipular" a la audiencia

Esa polémica suscitada por la emisión radiofónica en el programa dirigido por Welles del Mercury Theatre, se sigue estudiando en las escuelas de comunicación y publicidad. Analizar cómo una actividad cultural y social, supuestamente en un ambiente festivo como el de Halloween, afectó tanto al estado de ánimo de miles de ciudadanos. Despertó temores y generó reacciones poco racionales en muchos casos, originando los primeros debates serios sobre el poder de los medios de comunicación de masas. En la actualidad, de nuevo cuando llegan festividades como la de Halloween, el debate se genera entorno a la utilización de la mentira o "medias verdades" tanto en los medios de comunicación como en la publicidad de masas para influir en la opinión pública


Repercusión en la prensa de la época por la "broma" radiofónica de Orson Welles 


 Otro curioso caso mediático de las bromas o trucos de Halloween en EEUU, lo tenemos en la época actual de Internet con la escalofriante fotografía de la familia Buckley. Desde hace unos años (2013 o 2014) circula cada cierto tiempo por las redes sociales y foros de Internet una fotografía terrorífica. Dos hermanos que acababan de decapitar a su madre, posan con la cabeza cortada y el hacha asesina en una aparente tranquila escena familiar en el jardín de la casa. Se trata de un montaje fotográfico de un artista gráfico llamado Edward Allen. Fascinado por la composición siniestra que tanto la luz como la pose de la familia daban a esa imagen, decidió trucarla. Al niño le pondría la cabeza seccionada de la madre, a la que difuminó para dar sensación de balancearse en su mano; a la joven le pondrá un hacha en la mano que se veía apoyada en su vestido. Es lo único que haría, pues la expresión turbadora de esas personas la mantuvo. La imagen la vendía en su página de Haunted Memories



La apariencia de ser una imagen real no es que fuera muy rigurosa, pero convenció a los internautas que la vieron formando parte de una broma macabra de otro navegante por Internet. La historia convincente que se montó alrededor de la fotografía ayudó al engaño. Se buscó el nombre de la familia, que en efecto existió. Los Buckley residían a finales del siglo XIX en una localidad del medio oeste de los Estados Unidos, el padre había fallecido en extrañas circunstancias y dejaba a una viuda y a cinco hijos en precarias condiciones económicas. La madre se hizo una fotografía con los dos hijos mayores, para demostrar el dolor que soportaba la familia. Hasta aquí la realidad más probable. La leyenda macabra que recorrió como bulo de Internet un Halloween es la siguiente

Esta es la familia Buckley. Los nombres de los niños eran Susan y John. Como una broma de Halloween, todos los niños del vecindario iban a conseguir un maniquí y simular que le cortaban la cabeza para colocarlo en su jardín. Susan y John, trastornados por la muerte de su padre, pensaron que sería una mejor broma matar a su propia madre. Así que cuando llegaron a su casa, tomaron un hacha y la degollaron. La colocaron en el jardín como si fuese el maniquí terrorífico de Halloween. Pero los otros niños se dieron cuenta de lo que realmente habían hecho y llamaron a la policía, aunque los hermanos Buckley ya habían desaparecido cuando llegó.

La única imagen de ellos es esta fotografía, tomada por un fotógrafo ambulante que retrataba a los maniquíes preparados por los niños cuando pedían trato o truco. La hizo sin saber que el cuerpo de la madre era un cadáver real... 

La fotografía real de la familia Buckley


 De esta manera vemos como se puede construir, gracias sobre todo a la gran capacidad de difusión (y poca rigurosidad muchas veces) de las nuevas tecnología de la información, una historia que baile entre la realidad y la dramatización de ésta. Muchas veces se aprovechan acontecimientos como las festividades populares -Halloween-, que atraen el interés de una gran "masa de audiencia". En algunas ocasiones con una "información-broma" de muy mal gusto, como la "leyenda urbana" que recorrió EEUU en los años 1990 asegurando que una secta había introducido cuchillas de afeitar en miles de manzanas. Su objetivo era degollar a los niños que comieran manzanas de caramelo en las fiestas de Halloween. Sin comentarios. Aunque hubo algún caso, se trato de la puntual (y criminal) broma de un cafre. 

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