Esperanza Aguirre anuncia su dimisión. Captura de imagen, Reuters-Live |
“No llueve sobre mojado, llueve sobre una inundación. La corrupción nos está matando” (Esperanza Aguirre, hasta ayer, 15-02-2016, presidenta regional del PP de Madrid)
Por una intervención quirúrgica menor en uno de mis tobillos, permanezco en relativo reposo y combato las horas que la quietud hace más largas con lecturas atrasadas. Abordar libros de ficción, novelas policíacas sobre todo, como sabrán, es la mejor manera de "moverse", de viajar, de realizar actividades que ni con los dos pies sanos alguien haría en su vida cotidiana. Resolver un crimen o combatir a la delincuencia organizada desde la cama o un sofá, no se diferencia mucho del análisis de la actualidad política mundial que intento hacer cada semana con esta web-blog, empezando por la política de España, desde donde les escribo.
Uno de esos libros que acabo de terminar es la novela "Herejes" (2013) del reciente Premio Princesa de Asturias de las Letras, el cubano Leonardo Padura (si les digo que es el autor de "El hombre que amaba a los perros" les sonará más) y una de las facetas que más me han gustado de la novela es la descripción que sobre la libertad individual hace el autor a través de los pensamientos y reflexiones de los personajes, principalmente usando al protagonista, el detective Mario Conde, ex policía de La Habana, que ahora (siglo XXI) sobrevive vendiendo libros "de viejo" con un singular "tráfico internacional" de ediciones antiguas, conseguidas de las "bibliotecas burguesas" dejadas por sus dueños al abandonar la isla cuando llegó la revolución socialista de Fidel Castro.
No voy a hacerles una reseña literaria del libro, aunque les recomiendo su lectura. Lo que quiero destacar son ciertos aspectos de la novela que me han llamado la atención por clarificarme cosas de la vida cotidiana y me han acercado, como hacen todos los libros, un poco a "la Verdad". Eso es lo bueno de la literatura, que te acerca a la verdad, cosa que no pueden hacer los medios de comunicación y/o los discursos políticos. En una Cuba que sobrevive a su propia Historia, donde ya pocos creen en las promesas de la Revolución de una vida más justa e igualitaria, y la corrupción en cuanto existe abuso de poder es la misma que en cualquier rincón del mundo, siguen existiendo personas que se arriesgan a elegir, a decidir poder vivir acorde a sus principios y a sus voluntades.
En toda novela negra existe un punto de amargura por vivir en el supuesto fracaso de nuestras vidas, mucho cinismo y una puerta a la esperanza, un tanto ingenua, como la mayoría de sus protagonistas. Ingenuos luchadores de la vida que se indignan ante la bajeza moral de los corruptos y que, en muchas ocasiones, sólo pueden atestiguar o describir con crudeza esas miserias y esos actos mezquinos propiciados por la avaricia y el sentimiento de impunidad. En España la corrupción es general (que no generalizada) y en el ámbito político tiene un protagonista principal en el Partido Popular (PP). Es el partido en el poder durante décadas en las tres comunidades con más casos de corrupción: Baleares, Valencia y Madrid. Los agravios comparativos siguen una fórmula exacta: partido en el poder durante más años, protagoniza la corruptela. PSOE en Andalucía, antigua Convergencia (CIU) en Cataluña.
Detalle de un cuadro de Berruguete (1490), quema de dos herejes |
Llegar a la conclusión "el poder corrompe" sería lo sencillo. Es como las armas, que no matan, los que matan son los que las empuñan y disparan. Es asombroso, hasta cierto punto, el gran número de corruptos, que han decidido "matar", en el PP. Hasta en las religiones más cerradas (de ahí el título de la novela de Padura, "Herejes") existe la opción del libre albedrío que ofrece su dios. La voluntad de decidir salirse de "la tribu" para realizar algo que solamente satisface a lo más íntimo del individuo, pero que no tiene porque ser una acto impuro (corrupto). Se puede argumentar que el "hinchado" crecimiento económico de los años 90 propició la avaricia, el rápido enriquecimiento a través del clientelismo y la malversación de fondos públicos se convirtió en "religión del dinero", en lugar de herejía dentro de la religión del bien común.
Uno de los herejes del libro de Padura es un judío en el Amsterdam del siglo XVII que desea entrar en el taller de Rembrandt, pero el judaísmo de esa época prohibía la pintura figurativa a sus fieles. Su dios, en cambio, ofrece el libre albedrío que choca con esas doctrinas impuestas por su religión. El hereje opta por pintar, que yo lo veo como optar por no ser corrupto. El PP es un partido pringado de malas doctrinas (corrupción) y deben replantearse su "religión" (partido) y afrontar una urgente regeneración total.
A pesar de que muchos de sus miembros no sean "degenerados", deberían asumir pactar teniendo sentido de Estado y desaparecer un tiempo de la primera fila del poder. No tienen, a pesar de sus 7 millones de votos, autoridad moral para dirigir ninguna regeneración democrática porque no se puede poner al degenerado al frente; debe ser cosa de herejes.
Gustavo Adolfo Ordoño ©
Periodista e historiador
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