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Cartel peronista sobre el 'Día de la Raza' en 1947. Imagen libre de Wikipedia |
Al escribir sobre estos temas he
tenido la sensación de analizar intangibles. Algo tan teórico que no se puede
palpar en la práctica, que no podemos tocar con las manos. Más allá de los
versos, la hispanidad no se puede
acariciar. Fuera de los textos académicos, el
hispanismo americano no tiene «presencia física». Excepto en el coraje de
algunos, el hispanoamericanismo no
es una actitud fomentada. Así, partiendo de tan ambiguos asideros y con vistas
al próximo 12 de octubre,
intentaremos hacer un estado de la cuestión de estos conceptos que siempre
tuvieron categoría solemne pero que se han visto relegados por multitud de
prejuicios.
Lo mejor es comenzar por analizar
qué supone hoy día el 12 de octubre en
la sociedad española y en las sociedades de los pueblos de lengua y cultura
hispánica. Es significativo el cambio de denominación de la festividad para
conocer la actual percepción. Comenzó siendo únicamente Fiesta Nacional, porque la Reina Regente María Cristina,
viuda de Alfonso XII, tuvo la oportuna idea en 1892 de conmemorar el IV Centenario del Descubrimiento declarando
por decreto el 12 de octubre como
fiesta nacional. La firma del decreto fue en el monasterio de La Rábida, donde Colón había planificado su determinante
viaje. España seguía teniendo posesiones
de ultramar y la festividad se planteaba desde un cariz nacionalista, no se
podía plantear aún como día de unión entre pueblos de una misma cultura.
Iniciado el siglo XX, España ya había perdido todos sus territorios
en América y Asia. En plena crisis de identidad nacional, se iba a dar una
iniciativa para unir y reconciliar a España con sus antiguas posesiones que se
basó en recuperar un viejo término lingüístico, la hispanidad, aplicándole conceptos filosóficos. Fue Unamuno el primero en usarlo en un
sentido cultural, en un artículo -curioso- sobre la «argentinidad» publicado en 1910 en el diario argentino La Nación; equiparaba hispanidad con términos
equivalentes como «italianidad o argentinidad», en el sentido de unidad de
pueblos de un mismo habla, dando a esa lengua común la idea de “raza”.
No se
sabe a ciencia cierta si esa idea inspiró a un ex ministro de Alfonso XIII y ex
alcalde de Madrid, un político de largos apellidos españoles, Faustino Rodríguez-San Pedro Díaz-Argüelles, presidente de
la Unión Ibero-Americana en 1913, para proponer por primera vez que el 12 de
octubre fuese el ‘Día de la Raza’. Así se celebró de manera
extraoficial por la Unión Ibero-Americana en sus actos institucionales de 1914
y 1915.
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Los reyes de España celebrando el Día de la Raza en 1917-1918. Fuente imagen ABC |
No sería hasta 1917 cuando se consideró con categoría
oficial al 12 de octubre como ‘Día
de la Raza’ y por iniciativa no
española. Fue el presidente argentino Hipólito Irigoyen, el primero
elegido por sufragio (masculino), el que instauró por decreto esa fecha como
festiva y ‘Día de la Raza’. Su propósito no puede verse desde perspectivas biológicas
o antropológicas, por ‘raza’ se refería a esa identidad común heredada por
todos, españoles y criollos, indígenas, negros, mestizos y mulatos, en el transcurrir
histórico a través de la lengua y el carácter cultural. La idea gustó pronto en
España y en otros países americanos de lengua española. Alfonso XIII también
lo decretó en 1918 como festivo con ese mismo nombre, que desde pronto tuvo detractores.
‘Raza’ daba motivos a prejuicios raciales.
Durante la dictadura
franquista el término ‘Día de la
Raza’ para el 12 de octubre se mantuvo aunque con un perfil bajo. Se prefería
el menos controvertido de Hispanidad, pues se había formado en 1940 un ‘Consejo
de la Hispanidad’ (emulando a los Consejos de Castilla) que pretendía recabar
apoyos internacionales al régimen a través de la comunidad hispanoamericana.
Tanto es así que se legisló en 1958 que el ‘Día de la Raza’ pasase a llamarse ‘Día
de la Hispanidad’. Durante este tiempo de dictadura en España las tesis sobre
la Hispanidad que se impusieron fueron las del fusilado en una de las primeras sacas de la Guerra Civil, Ramiro de Maeztu (1874-1936).
Intelectual de la generación del 98, como Unamuno, Ramiro
de Maeztu y Whitney, que tenía orígenes ingleses por parte de madre,
consideró a la religión católica el principal valor de la hispanidad. Sin duda
quedaría influido por los Cursos de Cultura Católica para Universitarios, a los
que acudió cuando era embajador en Argentina y donde sacerdotes españoles como
el profesor Vizcarra, formaban a las jóvenes élites nacionalistas argentinas en
la idea de la Hispanidad como parte de su identidad frente al «liberalismo inhumano anglosajón».
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Ramiro de Maeztu pintado por Ramón Casas |
Maeztu en su idea de Hispanidad privilegiaba los elementos cristianos y humanistas identificados con los pueblos hispánicos y contrapuestos al liberalismo, a la democracia y al racionalismo que serían ajenos, según Maeztu, al carácter hispánico
Al asociar de manera tan profunda
Hispanidad y Cristiandad -catolicismo-, sus ideas influirían en el primer franquismo (nacional-catolicismo) y hasta en los
nacionalistas argentinos conservadores, preocupados por los nacientes
movimientos izquierdistas en América. Juan Domingo Perón (1895-1974) en
sus primeros mandatos presidenciales fue el mejor defensor de esta idea
tradicionalista católica de la hispanidad y uno de los pocos valedores internacionales
del franquismo en las duras décadas de postguerras (1940-1950).
Por costumbre en muchos países de América Latina aún se menciona
al 12 de octubre como ‘Día de la Raza’, curiosamente más que como ‘Día de la
Hispanidad’. Sin embargo, muestras del cambio de perspectiva y de lo intangible
que resultó un desarrollo de la hispanidad, están en el decreto que el
fallecido presidente Chávez en Venezuela firmó para que el Día de la
Raza pasase a llamarse desde 2002: ‘Día de la Resistencia Indígena’.
Su explícito nombre es suficiente para conocer qué sentido e idea de la
hispanidad prevalece ahora en muchas sociedades de América Latina. Nicaragua,
por ejemplo, también decretó esa denominación para el festivo 12 de octubre.
Otros cambios de denominación también son explícitos con sus
planteamientos sobre la Hispanidad: en México muy pronto, desde 1928, el 'Día de la Raza' fue el Día del Mestizaje y el Sincretismo Cultural, por iniciativa de su intelectual José Vasconcelos; en Chile desde el año 2000 se
llamó, Día del Encuentro de Dos Mundos; en Argentina desde 2007 se plantearon nombres como Día
de la Diversidad Cultural Americana y finalmente la presidenta Fernández
decretó en 2010 denominar al 12 de octubre como Día del Respeto a la
Diversidad Cultural; desde 2011 en Ecuador, esa festividad se
llamó Día de la Interculturalidad y la Plurinacionalidad y en Bolivia
se decreta que se denomine Día de la Descolonización. Son algunos
ejemplos de una idea, la hispanidad y su rama hispanoamericanista, en constante
debate.
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Recreación de la bandera de la Hispanidad, creación del uruguayo Ángel Camblor (1899-1969). Fuente imagen |
En España, iniciada la transición a la democracia, el término de Día de la
Hispanidad convivió con el fuerte sentido festivo que tiene ese día en gran
parte del país. Es también el ‘Día del Pilar’, una virgen patrona de
Zaragoza y que acabó relegando a la Virgen de Guadalupe (Extremadura) como «reina-patrona de la Hispanidad». En el ámbito popular esa festividad del 12 de octubre ha sido
más conocida como la ‘Fiesta del Pilar’. Aún así, el debate político
también cambió de denominación al Día de la Hispanidad por el de Día de la
Fiesta Nacional de España, por la Ley 18/1987. Fue una cesión a los
partidarios de mantener el 12 de octubre como la fecha más importante en el «devenir
histórico» del país, por encima de los partidarios de hacer del 6 de diciembre
(por la aprobación de la actual Constitución española en ese día de 1978) la
festividad del ‘Día Nacional de España’.
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Mural con algunas banderas de la "intangible"hispanidad |
En la actualidad española, el 12 de octubre,
aunque nunca ha resultado para la mayoría de la sociedad una fiesta de exaltación patriótica y nacionalista, más allá del desfile militar, se emplea de forma injusta como símbolo
para el «rechazo de lo español». Fuerzas políticas independentistas de
Cataluña -separatistas-, conocedoras mejor que nadie del valor de los símbolos, desean
borrar de Barcelona toda presencia
de lo hispano, desde nombres de calles y plazas a estatuas de Colón. De manera
arbitraria, en muchas localidades catalanas el 12 de octubre no se considera
festivo.
Se debe distinguir entre hispanidad e hispanoamericanismo,
aunque los matices no resolverían la sensación de intangibilidad. Sobre el
hispanoamericanismo y su estado actual pueden ser significativos los congresos universitarios
o los encuentros políticos regionales dados desde comienzos del siglo XXI,
buscando la anhelada «unión subcontinental» propuesta por los prohombres de la
emancipación americana. Las corrientes de planteamientos han estado en la
tesitura de hacer consistente al intangible hispanoamericanismo como identidad válida frente al dominio geopolítico de un EEUU anglosajón, también abandonarlo por el latinoamericanismo asentado como bandera ajena al «monopolio cultural» de la hispanidad, o potenciar de forma excluyente al panamericanismo y al reciente bolivarismo.
© Gustavo Adolfo Ordoño
Historiador y periodista
4 Comentarios
Estimado Gustavo, éste es uno de los artículos que más me han gustado cuando abordas temas de América Latina. Tu sentido de objetividad y profesionalismo en cuestiones de historia y periodismo, es evidente. ¡Felicidades!
ResponderEliminarMuy agradecido por tu comentario, maestro Javier; sobre todo porque hace referencia a algo que aprendí como principal en los dos oficios, periodismo e historiador, que la objetividad o la máxima imparcialidad posible es cuestión de voluntad. Los que no se aplican esta premisa suelen primar a sus ideales e intereses muy personales, pensando que eso les hace más libres...y es todo lo contrario.
EliminarAh!, tu comentario me ha recordado que debo añadir un dato al artículo. Y es que México tuvo un planteamiento sobre la Hispanidad que gusta (a mí por ejemplo) bastante entre la comunidad iberoamericana; es de vuestro gran intelectual José Vasconcelos, autor de "La Raza cósmica", que propuso el 12 de octubre como Día del Mestizaje Cultural.
Es un artículo muy prolijo en su exposición, Gustavo. Cumple el objetivo de mostrar la complejidad de un tema que a veces se simplifica a la ligera. Sólo que por ahí, podría completar el cuadro la mención a Uruguay, país donde se creó la Bandera de la Hispanidad, también llamada Bandera de la Raza, izada por primera vez en la Plaza Independencia, situada en un punto medio entre el Centro y la Ciudad Vieja de Montevideo. La historia es la siguiente: En 1932 la poetisa uruguaya Juana Fernández Morales (1892-1979), más conocida como Juana de Ibarbouru, proclamada ''Juana de América'' en 1929, promovió a nivel continental un concurso para la creación de esta bandera.
ResponderEliminarLa diseñada por el uruguayo Angel Camblor (1899-1969), Capitán del Ejército Nacional, fue la elegida. Es izada por primera vez el 12 de octubre de 1932, en la Plaza Independencia de Montevideo y es adoptada oficialmente por todos los Estados latinoamericanos en la VII Conferencia Panamericana realizada en Montevideo en 1933. Su lema es ''Justicia, Paz, Unión y Fraternidad''. El color blanco del fondo simboliza la paz, las tres cruces representan las carabelas con las que Cristóbal Colón atravesó el Océano Atlántico en 1492, su color morado recuerda la bandera de Castilla y el sol naciente, por detrás, es la luz del nuevo continente.
Recibe un cordial saludo
Gracias, Mónica, por tu comentario tan detallado, que mejora el contenido. Por no agobiar al lector con más información tan cultural, pues como bien dices es un artículo "prolijo (espero que por detallado, no por pesado) no incluí al Uruguay. Sabía que allá siguen llamando al 12 de octubre "Día de la Raza", cosa que puede resultar extraña acá, pues es desde la perspectiva cultural del panamericanismo (sin olvidarse del lado americano de la España peninsular), cuestión que se debe explicar bien y no la refiero, igual que el origen de la bandera de la Hispanidad, porque me parecía un artículo ya muy denso
EliminarEspero que el lector interesado complete la información con tu comentario.
Gracias de nuevo, saludos!