Unamuno a su salida del acto en el paraninfo el 12 de octubre de 1936 |
"Unamuno es el introductor de los dos derechos humanos que no están en la lista, y de los que hablaba Baudelaire al solicitar la inclusión en esa nómina civil del derecho a contradecirse y a marcharse".
(Fernando Savater, filósofo)
Vuelven a sonar trompetas de
guerra entre los historiadores y divulgadores españoles por el ya mítico
incidente en el paraninfo de la Universidad de Salamanca en 1936, del que en forma
de texto de “verso libre” (enfoque literario) escribí en 2013 con el título Unamuno versus Millán Astray, el célebre incidente en el paraninfo de Salamanca, y que ha llegado a las 100.000 visitas, posicionado en las búsquedas en
la primera o segunda posición, según el día. Según el día sea más “guerrero” en
la nueva y reciente dialéctica abierta con el discurso de don Miguel. Y aunque
no he estado en el frente de esa batalla, sí que me ha tocado de refilón y en
la retaguardia.
El historiador y bibliotecario (bueno, parece que este último noble
oficio no le gusta al mencionado que se mencione) Severiano Delgado, tuvo
la molestia de dejar un comentario en mi entrada más leída, donde incidía en la
falsedad de cierta frase de Unamuno que yo recogía como parte de su discurso y
aprovechando para dejar un enlace con un artículo de su autoría. Le respondí
agradeciendo las apreciaciones a mi texto, pero comenté también que mi artículo
tenía un enfoque literario, deseando recoger las ideas que trasmite el “discurso
falso” y que tampoco se puede demostrar que Unamuno no expusiera con otras
palabras.
La investigación de Delgado es muy precisa y contundente, aunque no es
muy novedosa, al punto de que se tuviera que borrar todo lo comentado sobre ese
controvertido hecho histórico y reconstruir uno nuevo. Algo así como afirmar
que fue un acaloramiento entre intelectuales, que luego se fueron a merendar al
casino de Salamanca. Lo que más han criticado de esta investigación y ha
provocado un debate que comienza a ser molesto, es que su autor haya
relacionado la falsedad del discurso desde el rigor histórico con el nivel de
tensión que provocó. Creo que era innecesario argumentar que como Unamuno no
dijo ese contundente discurso porque es una recreación literaria del exiliado Luis
Portillo, el incidente fue “banal”.
Empujón a Unamuno |
Ahora adopto un enfoque de historiador, no de periodista-bloguero. Sería
conveniente poner el foco en el autor del discurso que ha terminado siendo el
pensamiento de Unamuno. Luis Portillo no hace un discurso antifranquista;
cualquier historiador académico sabe que eso es imposible, el franquismo aún
estaba por llegar y él recrea un hecho de la guerra civil. Sin embargo, es un
acertado y preciso discurso, en mi opinión, de lo que se mascaba en el ambiente
de la Salamanca de octubre de 1936. Es una oratoria anti belicista y anti
violencia, que piensa en el futuro del país y que buscaba alejarse de los
dos extremos enfrentados en el conflicto “incivil”, como sí llegó a decir
Unamuno (y me da igual cuándo, la hora y fecha exacta).
La tensión del momento en las miradas de muchos a Unamuno |
Investigar y conocer mejor la
figura de Luis Portillo serviría
para saber lo mucho o no tanto alejada que está su versión de la verdad. Se ha
confirmado también, porque Unamuno lo apuntó en el esquema del que sería su
discurso, que la idea del "vencer no es convencer y hay que convencer",
es verdadera, que de una forma u otra se dijo. Es curioso, Portillo tiene su
mejor “literatura” cuando recrea esa idea en supuestas palabras de Unamuno: Venceréis,
porque tenéis sobrada fuerza bruta. Pero no convenceréis, porque para convencer
hay que persuadir. ¿Cuáles
fueron las fuentes de Portillo para atinar tanto? ¿Por qué nadie considera si
Luis Portillo también contó con testimonios directos? ¿Es algo imposible?
Gritos alrededor de Unamuno |
Acabo exponiendo una serie de detalles de
la famosa fotografía que inmortaliza la salida de la universidad de Unamuno.
Yo no veo nada más que exaltados y gente muy “apretada” en un espacio pequeño.
Pues también esa fotografía se está poniendo a debate. Bueno, don Miguel dijo “antes
la verdad que la paz”, aunque fue el promotor de los derechos a contradecirse
y a marcharse. Que en esencia es lo que hacía en esa imagen.
Gustavo Adolfo Ordoño ©
2 Comentarios
Pueden dársele todas las vueltas que se quieran al asunto. Lo cierto es que primero fue la República la que destituyó de a Unamuno de todos sus cargos académicos, después fue la junta de defensa (presidida por Cabanellas) quién se los restituyó. Luego vino el famoso acto. Y pocos días después, esta vez con Franco al mando de todo, lo volvió a destituir. Tanto los hunos, como los hotros, lo acusaron de traidor.
ResponderEliminarGracias José Luis por comentar. Y muy bueno lo de "los hunos y los hotros". Qué mejor que parafrasear al mismo Unamuno para entender que en ese incidente comenzaba ya a estar harto y criticaba tanto a una España como a la otra. Saludos.
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