El pasado nazi del tradicional Concierto de Año Nuevo y su Filarmónica de Viena

La Filarmónica de Viena en una fotografía sobre 1939-1941

  La historia es tozuda en las fechas de los orígenes y de los contextos históricos de todo aquello que es tradición. Y el magnífico Concierto de Año Nuevo de Viena no iba a ser menos. Este célebre Concierto de Año Nuevo tuvo su primera nota musical en la Viena del 31 de diciembre de 1939. Austria ya había sido anexionada por el que iba ser eterno III Reich. La iniciativa fue de uno de los mejores publicistas en marketing social que ha dado el siglo XX, el mismísimo Joseph Goebbels. Este sujeto que llamamos a secas y de forma peyorativa como “ministro de propaganda” del régimen nazi, era un hábil manipulador que supo aprovechar el prestigio de la Filarmónica de Viena para dar sentido cultural y hasta ético a la conocida Anschluss.

La anexión nazi de Austria se trataba de una reunificación de germanos, de la raza aria, y que mejor para celebrarlo que un acto cultural en Año Nuevo con la Filarmónica de Viena. El concierto se inició como campaña navideña de bienestar nazi en una Viena “prebélica” que debía asumir su nueva condición germana. Se ha constatado que los mismos músicos vieneses facilitaron tal evento, pues más de la mitad de la orquesta era filo nazi e incluso se daban casos de afiliados al partido nazi o miembros de las SS. Esta prestigiosa institución cultural, la orquesta de Viena, fue una de las que más receló de su pasado y evitó investigaciones hasta fechas recientes. Hubo que esperar al periodo de 2011 a 2015 para conocer el informe (aceptado por la Filarmónica finalmente) definitivo de varios investigadores, que puntualiza su implicación en el contexto cultural nazi de 1938 a 1945.

En esas investigaciones también se documenta algo difícil de edulcorar o mitigar en el historial de la Filarmónica de Viena. Al menos seis músicos judíos de la Filarmónica fueron asesinados en razias en la misma Viena y otros diez trasladados a campos de exterminio nazis. De todo ese dossier que la misma institución quiso, al final, promocionar como resarcimiento moral sobre su pasado más reciente, el apartado de los destinos trágicos de estos músicos de origen judío fue lo más complicado de hacer “transparente” a la opinión pública actual. En esa política de transparencia tiene mucha importancia Internet y las redes sociales, pues todas esas indagaciones históricas han sido puntualmente publicadas en su página web.

Quizás lo más mediático de este informe esté en la confirmación de las implicaciones nazis de uno de los más célebres directores de orquesta que pasaron por la Filarmónica de Viena, el afamado Herbert von Karajan. De 1957 a 1964 estuvo vinculado a la Ópera de Viena y, por ende, a la Filarmónica de la capital austriaca. Además fue el invitado a dirigir el Concierto de Año Nuevo de 1987, cuando ya existían indicios de sus estrechos lazos nazis cuando fue director de la Filarmónica de Berlín. A pesar de ello, ese concierto sigue siendo uno de los más recordados y con mejores críticas.

Y como cada año, el próximo 1 de enero haremos un “perdón” (ya tradicional) sin muchos reparos a ese pasado nazi de la Filarmónica de Viena para escuchar los acordes de las composiciones de los Strauss; familia austriaca, irónico, con parte de origen judío, bien ocultado por el aparato de propaganda nazi de Goebbels.



Gustavo Adolfo Ordoño ©
Periodista e historiador

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