Fotograma de la serie de animación 'Marco', niño italiano que viaja en búsqueda de su madre emigrante a la Argentina |
Breve historia de la inmigración italiana a América en los siglos XIX y XX
Los lectores que sean de las generaciones del "boom" demográfico de los años sesenta (1960-1970) conocerán mucho mejor la serie Marco, una serie de animación japonesa de gran éxito desde que se entrenó en enero de 1976. El tema elegido por la productora nipona para la serie fue una cuestión conocida a nivel mundial: la emigración italiana en masa a América. Una profunda crisis económica en Italia, con hambrunas sufridas por miles de personas, hace a la madre de un niño llamado Marco emigrar desde Génova a la Argentina. De pronto, las cartas de la madre dejan de llegar. Marco, acompañado de su amigo mono, decide ir en su búsqueda.
Que una cadena
de televisión japonesa, con producciones de anime de
gran éxito internacional, la misma que encargó series como 'Heidi',
eligiera un tema como la emigración italiana habla del
carácter de 'historia universal' que tiene ese fenómeno, que tuvo, además, un
contexto temporal muy amplio, en los siglos XIX y XX. Cientos de miles de
italianos emigraron a América, llegando a puertos seguros, en dos picos masivos
entre 1850 y 1900, y desde este inicio del siglo XX hasta 1930. Algunas fuentes
calculan en 7 millones de italianos
los que dejaron la península itálica durante la llamada ‘migración europea masiva’ al continente americano.
En América del
Sur el destino más habitual fue Argentina.
En el norte fueron los Estados Unidos
los que recibieron mayor población migratoria italiana, tanta que un estudio de
2009 hablaba del 6% de población estadounidense con orígenes italianos. La
forma de llegar al continente americano de estos migrantes italianos fue en
condiciones precarias. Conseguir un pasaje
para América suponía en muchos casos traicionar valores morales, incluso
cometer delitos auspiciados por mafias
para ganar el dinero suficiente que pagase los billetes de un viaje solo de
ida. Familias enteras o personas de manera individual, hombres y mujeres, se
hacinaban en barcos a vela o de vapor para llegar a suelo americano y tener las
garantías de futuro que no encontraban en Italia.
Aunque el
arquetipo de inmigrante europeo a las Américas fue la de un hombre adulto y
soltero, en lo concerniente a Italia se dieron más casos de familias completas
por el sentido de “clan familiar”
que siempre ha predominado en la sociedad italiana, sobre todo en el sur de Italia y en la isla de Sicilia. La abrumadora presencia actual
de argentinos con apellidos italianos es consecuencia de la afluencia masiva de
personas de esta procedencia, que acudieron a este país austral americano en
gran número en las dos “súper-oleadas”
migratorias europeas de 1870 y 1900 respectivamente. Son significativas las
bromas culturales que se hacen entre historiadores y sociólogos argentinos,
cuando dicen que el argentino “desciende
del barco” o que “el listín telefónico
argentino parece el de la ciudad de Roma”.
Registro de inmigrantes en las aduanas de la Isla de Ellis. Fuente imagen: NATIONAL PARK SERVICE, STATUE OF LIBERTY NM AND ELLIS ISLAND |
Las razones de
esta mayoritaria presencia italiana en
Argentina (en Uruguay y Chile en
menor medida, aunque significativa en porcentaje total de población) también
estuvieron en ser los pasajes de barco más baratos que a EEUU y en la mayor
demanda argentina de mano de obra menos cualificada. Sin embargo, el otro
destino preferido por los italianos también acabó con un registro millonario de
emigrantes. Dos millones de italianos
emigraron a Estados Unidos en los primeros quince años del siglo XX. Muchos,
la mayoría, llegaron por el puerto de
Nueva York y se tuvieron que registrar para el obligado control aduanero en
los libros de la Isla de Ellis.
Apellidos como Salvini, Conte, DiMaggio, De Niro, Coppola, Giuliano, Moretti, Palermo, Sinatra, Zeferini
y otros tantos de uso común
en Italia pueden encontrarse en los registros que se efectuaban en Ellis. Un
registro, una revisión médica, pequeños incordios para personas que experimentaron
la mayor de las incertidumbres, la migración, pero que son testimonios
del comienzo con éxito de una vida nueva, de un futuro abierto y no
bloqueado, que construye países, que hace Historia...
Gustavo
Adolfo Ordoño ©
Periodista e historiador
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