Llamada desde la guerra, del genial Miguel Gila

Cuadro al carboncillo de Juan Carlos Moreno
     
En el primer año de Pax Augusta, recogía este aniversario triste. Ocho años después se celebra el centenario del nacimiento de este humorista con vena de "intelectual", por su humor inteligente que superó la censura durante el franquismo. Genio del absurdo y de sacar lo más rídiculo de la vida con sentido común y, claro está, sentido del humor. 

N.E.: Actualización del 12/03/2019

Esta es la nota original publicada en 2011:
                                             

Parece mentira que ayer hizo 10 años de la muerte de este genial humorista...
¡un sentido recuerdo para él!

Este monólogo es una llamada a la "Guerra"; así, personalizando esa barbarie como si fuera una señora inoportuna y pesada, difícil de tratar. Humor sobre algo tan horrible pero con ese estilo humano, tierno e inteligente de Gila. Dicen que es humor "absurdo"; no más que una guerra.



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1 Comentarios

  1. Al menos Gila sabía de lo que hablaba cuando hacía parodias sobre la guerra. Algún episodio de la novela "La mula", de Juan Eslava Galán, me recordó mucho a los monólogos de Gila en su serie sobre la guerra. Y es que durante la Guerra Civil española hubo de todo, desde sangrientos y macabros actos (que no voy a enumerar aquí) hasta situaciones pintorescas y hasta cómicas. Los españoles somos así, capaces de reír y llorar al mismo tiempo.

    Sobre Gila, bien vale leer la información que aporta la tan denostada Wikipedia, pero que en este caso, nos sirve de ayuda al instante:

    "Al estallar la Guerra Civil, como militante de las Juventudes Socialistas Unificadas se alistó como voluntario en julio de 1936 en el Quinto Regimiento de Líster.
    En Valsequillo (Córdoba) fue puesto frente a un pelotón de ejecución y logró salvar la vida. El fusilamiento se produjo al anochecer de un día lluvioso y los integrantes del piquete estaban borrachos, por lo que no le acertaron los disparos. Gila se hizo el muerto y logró sobrevivir.
    Poco después, en diciembre de 1938, fue hecho prisionero e internado hasta mayo de 1939 en un campo de prisioneros, donde coincidió con el poeta Miguel Hernández. Pasó después por los penales de Yeserías, Carabanchel y Torrijos, y a continuación cumplió un servicio militar de cuatro años."

    Luis M. Expósito Navarro

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