Fotografía reciente del conflicto reabierto en Nagorno Karabaj. Imagen de la Web ministerio defensa de Azerbaiyán |
Que en medio de esta crisis mundial causada por la pandemia de la Covid-19 se reavive un conflicto de los considerados «eternos» resulta descorazonador para el género humano. Parece que algunas guerras se quedan en ascuas y no necesitan nada más que un viento ligero para reavivarse con el fuego virulento de la guerra. Ha sido el caso del conflicto de Nagorno Karabaj, vieja disputa entre Azerbaiyán y Armenia por ese enclave con población de mayoría armenia. Da igual conocer o no cuál ha sido la causa principal que ha encendido los cañones de nuevo. Lo decepcionante es comprobar como en algunos lugares del mundo la prioridad de controlar y vencer la pandemia que ha desestabilizado al planeta es una farsa. Y eso que la grave crisis sanitaria global protagoniza todos los problemas internacionales, desde los socioeconómicos a los políticos. Para la geopolítica envenenada con la poción bélica no es así y aunque no tengan gran acogida en los medios de comunicación, copados por el coronavirus, las guerras siguen ahí «fuera».
Hagamos un recorrido por las guerras más cortas de la historia y por los conflictos considerados «eternos», que parecen no tener resolución final. Estas guerras pueden haber surgido en un contexto prebélico, pero otras muchas veces han tenido un origen tan absurdo como siempre o inesperado y ridículo que dejan noqueada cualquier lógica sobre ellas:
Las guerras más cortas
► La guerra entre Zanzíbar y Reino Unido que duró 40 minutos. Por el momento ostenta el récord de la guerra más corta. Ocurrió todo en un solo día, el 27 de agosto de 1896, y en apenas algo más de media hora. Cuando el sultán Sayyid Khalid arrebató a su primo Hamad ibn Thuwaini el trono del pequeño reino. Las sospechas de haber envenenado al sultán Hamad no fueron la causa de la guerra. Ese archipiélago cercano a Tanzania era un protectorado británico y Londres deseaba tener un sultán afín a su política de abolir la esclavitud. El nuevo sultán Khalid no estaba dispuesto, pues ya tenía acuerdos millonarios con los tratantes de esclavos. El representante británico, el cónsul en la región, dio un ultimátum de 24 horas para que el nuevo sultán desalojase el palacio, donde se había atrincherado con 3000 hombres armados. La respuesta del sultán «rebelde» a los intereses británicos rozó la ingenuidad: “No tenemos intención de arriar nuestra bandera y no creemos que abrirán fuego en nuestra contra”. Varios barcos británicos que ya estaban bloqueando el puerto hicieron fuego a la hora marcada como fin del ultimátum contra el palacio. La pobre respuesta de los zanzibarianos consistió en un par de viejos cañones que nada pudieron hacer. En 40 minutos se había acabado con un sultanato de apenas 48 horas.
El palacio del sultán de Zanzíbar destrozado en la guerra más breve |
► La «Guerra de los cuatro días»... de Nagorno Karabaj. Curiosamente en la guerra que ahora se ha avivado en esa zona del mundo se dan las dos facetas, de guerra más corta y de conflicto largo. Después de la guerra más reciente del pasado siglo, en 1994, hubo un episodio que se puede considerar bélico (guerra) en toda regla. Entre el 1 y el 5 de abril de 2016, se dio la llamada «Guerra de los cuatro días». Como siempre en estos casos se contó con escasa información y un número indeterminado de muertos. Como en la actualidad, tampoco hubo claridad sobre quién atacó primero. Las conversaciones de paz realizadas en Moscú fueron exitosas, aunque Azerbaiyán se declaró vencedor y quiso mayor protagonismo en las negociaciones.
► La «Guerra de los seis días». También conocida como La Guerra de junio de 1967, porque trascurrió del 5 al 10 de junio de ese año. Fue un conflicto árabe-israelí, que también está incluido entre los conflictos más largos de la historia. La guerra enfrentó a Israel contra una coalición formada por Egipto, Jordania, Irak y Siria. El inicio de la guerra está en el despliegue egipcio de fuerzas militares a lo largo de la frontera con Israel que no reconocían. El Estado hebreo lanzaría un ataque rápido y muy efectivo que destruyó gran parte de la fuerza aérea egipcia. Las respuestas de apoyo a Egipto fueron los ataques de Jordania a ciudades israelitas y 48 horas después el despliegue de tropas de Siria y Irak que se unieron al conflicto. Israel estaba mejor armado y preparado y la guerra terminó con la conquista de la Franja de Gaza por parte de Israel.
► Guerra Indo-pakistaní de 13 días. Del 3 al 16 de diciembre de 1971, otro largo conflicto tendría un «rebrote bélico» que afortunadamente no llegó a los quince días de guerra. En las fronteras con Afganistán y la India existe un territorio conocido como Pakistán Occidental, con aspiraciones secesionistas que busca independizarse de Pakistán. La India aprovechó ese momento de inestabilidad pakistaní para debilitar a su «eterno rival» regional. Abriría sus fronteras para dar asilo político a todo el que lo pidiera como exiliados y refugiados provenientes de este territorio pakistaní rebelde. La reacción de Pakistán fue muy exagerada, atacando bases militares y aeropuertos indios. La India respondería con contundencia, consiguiendo que las fuerzas pakistaníes se retirasen.
► La Guerra serbo-búlgara de 1885 que no llegó a 15 días. En el contexto de las tensiones prebélicas surgidas en los nacionalismos en auge dentro del Imperio Austrohúngaro, este conflicto estalló como otros muchos por una cuestión territorial. La guerra comenzó tras la anexión de Rumelia Oriental al territorio de Bulgaria y fueron dos semanas exactas. Los planes de la «Gran Serbia» se vieron trastocados, esa «conquista búlgara» disminuía su posición en los Balcanes, por lo que declaró la guerra a Bulgaria. Guerra que perdería y en el tratado de paz se impuso que no habría cambios en la frontera entre ambos países, como reclamaba Serbia.
En esta ocasión fue una guerra breve dentro del largo conflicto regional entre India y Pakistán |
Los conflictos más largos o las guerras larvadas que permanecen en época contemporánea
Ya hemos comentado algunos, que por desgracia siempre «recobran actualidad». Como el mismo de hoy día en Nagorno Karabaj. Azerbaiyán y Armenia se habían declarado en 1918 independientes del Imperio Ruso. Desde ese año hubo desacuerdos en la configuración territorial de los dos países, sobre todo en la zona de Nagorno Karabaj que provocaría una corta guerra, arrastrada en realidad por las acciones bélicas del final de la Primera Guerra Mundial. Es decir, el conflicto de hoy tiene más de cien años. El tiempo de "paz artificial" fue durante la Unión Soviética que asumió el control de la región, incluyendo a Armenia y Azerbaiyán en una misma República Soviética Transcaucásica.
También hemos comentado la Guerra de los Seis Días, que tuvo como consecuencia la toma de Gaza por Israel pero que está dentro de un conflicto que dura más de 70 años. El conflicto Palestino-Israelí, iniciado en realidad desde la misma creación del Estado de Israel en 1949. Aunque si volvemos a la zona euroasiática tendremos conflictos «centenarios». La Guerra de Chechenia y su guerra “colateral” de Daguestán, proviene de un conflicto con más de 200 años. Los que lleva esta zona anexionada a Rusia por el antiguo imperio zarista, luchando por su independencia. Los chechenos intentaron su independencia el 2 de noviembre de 1991 con su presidente Dhorkhar Dudayev proclamando la república secular. Pero Rusia no aceptó la secesión de esta región caucásica y en 1994 comienza la llamada «primera guerra chechena», cuando las tropas rusas llegaron a Grozni con la intención de derrocar al presidente.
Mencionar la Guerra de Siria como una de las más largas de nuestro tiempo tiene el matiz de considerarse una compleja guerra civil, aunque existan potencias beligerantes. De todas formas, comenzada en 2011 y sin un final definitivo, se ha convertido en uno de esos conflictos enquistados que va para los diez años de acciones bélicas. En Asia, más de 50 años lleva el gobierno filipino en «guerras larvadas» con las guerrillas del Partido Comunista de Filipinas y las de Mindanao. En África, países como Sudán, Etiopía o Somalia acumulan más de cuatro décadas de conflictos territoriales, religiosos y étnicos, con sus respectivos e inesperados «brotes bélicos». En suma, la pandemia de Covid-19 solamente les ha restado protagonismo del poco que ya tenían.
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