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El Polisario decreta la guerra contra el Reino de Marruecos por un incidente en el puesto fronterizo de El Guerguerat, al sur del Sáhara Occidental. Fuente imagen |
La antigua colonia española del Sáhara vuelve a la actualidad informativa e histórica por la mala noticia que ha protagonizado sus últimas décadas de historia: la guerra. Aunque el incidente que la ha provocado parece menor y resulta confuso de aclarar, su esencia es la típica excusa banal para forzar un cambio de estatus internacional en una cuestión compleja paralizada desde el «alto el fuego» de 1991. Una pequeña manifestación de saharauis en el puesto fronterizo con Mauritania El Guerguerat, disuelta con disparos al aire por el ejército de Marruecos ha sido el detonante. El Frente Polisario consideraba roto el alto el fuego y declaraba la guerra al reino alauí. Era el pasado viernes 13 de noviembre del 2020. Veamos una breve historia de este conflicto comenzado en 1975 y que ahora revive.
Leer en España el título «Guerra del Sáhara» sigue asociándose, sobre todo en las generaciones mayores, a un conflicto larvado iniciado en 1956 nada más lograr Marruecos su independencia y de forma confusa con la guerra iniciada en 1957 en Ifni, que era un enclave español en otra región, seguida en el protectorado del sur llamado Cabo Juby, extendiéndose al norte del Sáhara con las batallas más determinantes de esa guerra colonial. Como historiador que ha investigado acerca de ese contexto geográfico y temporal (1940-1969) me gustaría se conociese al conflicto solo como Guerra de Ifni o con el nombre más académico y general de «Descolonización del A.O.E (África Occidental Española)». Eso serviría para lograr un mejor conocimiento de la cuestión geopolítica que debería llevar en exclusiva el nombre de Guerra del Sáhara, con sus protagonistas principales que son el Frente Polisario y el Reino de Marruecos.
De todas formas, la referencia del Sáhara siempre provoca en España una mezcla peculiar de simpatía y recelo en todos los ámbitos ideológicos, en la opinión pública y en instituciones tan ligadas a su historia como es el Ejército español. Y aunque es un suponer, no parece descabellado mencionar que los saharauis sienten hacia España algo similar, una cierta simpatía teñida, eso sí, de profunda decepción. Ejemplos de esa «sintonía» se dieron en época considerada como consolidación de la colonia, algo que puede parecer contradictorio pero que demuestra la fraternidad curiosa entre estos beréberes y los colonos españoles.
Desde el año 1943 hasta 1949 el Servicio Geográfico del Ejército se ocupó de realizar el primer mapa «científico» del territorio conocido en Europa como Sáhara Español. Durante la dictadura franquista el Ejército recuperó las competencias de cartografiar el territorio estatal, que desde finales del siglo XIX se atribuyeron a una entidad cívica que acabó siendo el Instituto Geográfico Nacional. Al no contar con medios técnicos adecuados, sin aviones con cámaras topográficas ni siquiera película fotográfica adecuada, los militares españoles tuvieron que ir metro a metro del territorio saharaui cartografiando el mapa de esa zona. En ese singular peregrinaje por el vasto desierto del Sáhara, encontraron la buena disposición y la ayuda de los pueblos saharauis. Sería gracias a la memoria histórica (mapa mental) de los nómadas que habían recorrido esos parajes durante siglos que se consiguió auditar territorios muy poco conocidos, complementando las actuaciones de los geógrafos militares españoles.
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El A.O.E. (falta Guinea Ecuatorial, más tarde adscrita a esa Administración) y los Protectorados. Fuente de la imagen |
Por eso cuando en 1973 se produjeron los primeros ataques del Frente Polisario al Ejército español la conmoción emocional fue grande entre los militares y las gentes, incluidos muchos saharauis, que vivían en las principales ciudades de este territorio administrado por España. Esa idílica sintonía hispano-saharaui parecía ser traicionada, por lo que se difundió una opinión no contrastada en los últimos años del franquismo que en realidad esos ataques eran responsabilidad de guerrilleros marroquíes encubiertos. De todos era conocida la ambición de Marruecos de anexionar el Sáhara a su pretendida «unidad territorial» del Gran Reino Alauí y completar así -para Rabat- la descolonización iniciada en 1956. Incluso alguna investigación histórica ha argumentado esa teoría, aunque en este caso la explicación más sencilla se acercaría mejor a la verdad: el Polisario eran un movimiento político-militar independentista saharaui que atacaba a la Administración (España) que todavía en 1973 tenía el control en el país que deseaba liberar.
No en vano, el nombre FRENTE POLISARIO es un término con «historia muy española». Es un acrónimo compuesto con los topónimos españoles de las dos regiones que componían el territorio sahariano: Saguía el Hamra y Río de Oro. Quedando de esta forma: FRENTE POpular de LIberación de SAguía el Hamra y RÍo de Oro. Sin embargo, esos ataques de 1973 a la metrópoli fueron escaramuzas y sabotajes que en su momento no se llamaron «guerra» pero que demostraban la profunda decepción de los saharauis ante la reacción española a sus exigencias pacíficas de independencia. En 1968 nacía el primer movimiento cívico de liberación saharaui del líder Bassiri, truncado poco después por su «desaparición» al ser detenido por la policía territorial del Aaiún.
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Milicianos saharauis en el frente mauritano de la Guerra del Sáhara |
Estos días ese acuerdo oficial de «Alto el Fuego» de hace casi veinte años ha sido roto por el Polisario, acusando a Marruecos de incumplimiento de los términos de no intervención en zonas que debían ser controladas únicamente por la MINURSO. Parece que este 2020 quiere seguir en su tónica nefasta, resucitando una guerra provocada por una también nefasta descolonización.
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