La historia detrás de la anciana con el Kaláshnikov

      
Fotografía realizada en 1990 por la fotoperiodista Armineh Johannes

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Esta imagen impacta por el contraste tan severo entre la fragilidad de la anciana y la imponente presencia del fúsil Kaláshnikov (AK-47). Algo que incita a nuestra curiosidad y a preguntarnos los correspondientes cómo y por qué. Aunque en realidad el título que le otorgó su autora, la fotoperiodista francesa de origen iraní Armineh Johannes, resulta muy esclarecedor: «Anciana de 106 años guerrillera armenia defendiendo su casa con un Kaláshnikov». Es decir, no puede ser más explícito para simbolizar a la convulsa historia de todo el siglo XX 

 La fotografía se corresponde con un conflicto centenario, comenzado en 1918 y con rebrotes cada cierto tiempo como el reciente del pasado mes de octubre. Se trata de la guerra por el territorio de Nagorno Karabaj entre Azerbaiyán y Armenia. En concreto es una instantánea de la década de 1990, cuando desintegrada la Unión Soviética resucitaron las viejas disputas tenidas en los territorios del antiguo imperio ruso por la delimitación de fronteras. Y quizás asombra más que ver una imagen de soldados muertos o de víctimas de un bombardeo, por la facilidad adquirida estos tiempos en asumir con naturalidad esas imágenes en los noticiarios. La anciana de mirada triste y perdida portando un AK-47 conmueve pero también produce cierta espectacularidad que roza la «diversión», lo divertido desde la perspectiva de lo chocante. Si pretendía producir temor y respeto no es exactamente eso lo que consigue la anciana.

En esos años de finales del siglo XX cuando fue tomada la imagen de la anciana, la sensación era de declive, caída y decadencia de toda una época. La centuria que engendró dos guerras mundiales agonizaba y se iba como había llegado: matando. Lo de «morir matando» es muy propio del siglo pasado y la fotografía de la centenaria mujer pretende, sin conseguirlo, trasmitir esa idea. A mi casa no vas a entrar; intenta amenazar la imagen. Si hace cincuenta años un pelotón nazi no lo consiguió, tú mucho menos; nos quiere advertir esa mujer que seguro vivió los dos conflictos mundiales. Calculando, nació en 1884. Cuba, Puerto Rico y Filipinas seguían siendo España. Rusia y Turquía se disputaban su querida Armenia. Da algo de vértigo pensar que esta mujer pudo sufrir el llamado «genocidio armenio» comenzado en 1915. Tendría poco más de 30 años, una edad que se le supone con una familia propia, hijos y quizás las tierras que en 1990 pretendía proteger con un viejo Kaláshnikov.

Su plenitud, su edad adulta, la vivió como ciudadana de la Unión Soviética. Ella compartirá el devenir histórico de esa asociación de repúblicas socialistas soviéticas, desde su fundación hasta el día que todo cambió. El experimento mayor realizado por el «socialismo real», culminado en el comunismo, se realizó con personas como la anciana del AK-47. El fúsil arma oficial desde 1947 del ejército popular de ese Estado piloto comunista que fracasó ante la historia. Pero eso no parece importar a la anciana de 106 años. Si algo bueno le dejó esa experiencia vivida es que las cosas sencillas, como es en su funcionamiento el fúsil que porta, pueden ser las más eficaces. 



Gustavo Adolfo Ordoño ©

Historiador y periodista 

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