Sanar enfermedades crónicas, desde la marihuana medicinal a la industria sanitaria para conseguirlo

 

Concursos de «postura» en 1956. Los quiroprácticos debían dar a conocer con actos tan curiosos como un 'Concurso de Belleza' los beneficios de su técnica médica ante la incredulidad de la época

    Que la salud es lo más importante es algo sin discusión. No obstante hemos visto a lo largo de la historia de la humanidad los diversos prejuicios y recelos que las personas hemos tenido ante las «técnicas» de sanación. Sobre todo cuando se salían de la lógica o de la idea oficial que se tenía –y tiene-  de la ciencia médica. La curación por medio de terapias alternativas (grow shop, homeopatía, quiropráctica...) debía vencer la inicial desconfianza del público y las críticas de los especialistas médicos. Eso ocurrió con prácticas que ahora se han ido aceptando pero en principio fueron rechazadas por resultar extrañas o poco fiables, como era y es el caso de las técnicas de los quiroprácticos.

En 1956 la joven Louis Conway mostraba a la cámara su trofeo y sonreía feliz flanqueada por sus damas de honor. Coronada la primera «Miss postura correcta», formaba parte de una campaña promocional ideada por la asociación estadounidense de quiroprácticos para ganar credibilidad en el campo de la medicina. Las jóvenes se dejaron hacer radiografías, con las que posan en la foto, de sus columnas y caderas para que un jurado formado por los mejores quiroprácticos estableciese qué mujer poseía la postura más bella. El uso de los concursos de belleza femeninos en esos años era muy habitual para promocionar cualquier servicio o producto. La quiropráctica conseguiría su objetivo en EEUU, pues muchos medios de comunicación de entonces recogerían tras estos curiosos concursos de «belleza interior» los riesgos de una mala postura y los beneficios de acudir a un quiropráctico.

 Sin embargo, la ciencia médica en nuestros días se encuentra muy ligada a toda una industria sanitaria que cada vez tiene más peso en las economías de los países. Eso ha motivado que se tenga que regular y legislar la actividad de esta industria, incluso a niveles internacionales como son las agencias del medicamento o por la misma OMS (Organización Mundial de la Salud). La quiropráctica tuvo gran predicamento en EEUU por haber surgido allí a finales del siglo XIX, pero a día de hoy en gran parte de Europa sigue teniendo críticos y no está reconocida como ciencia.

Imagen de una grow shop ofertas

De hecho, en España sigue en la «lista negra» de pseudoterapias que el Ministerio de Sanidad público en 2019 y en sus evaluaciones se destaca que es una terapia sin “publicaciones científicas con diseños metodológicos que eventualmente permitan extraer conclusiones sólidas sobre la misma”. Así, en la misma comunidad médica existen discrepancias. Muchos fisioterapeutas la admiten como una «terapia auxiliar» a sus prácticas, pero otros especialistas médicos la evitan por su carácter alternativo. Una dialéctica sufrida también por la terapia alternativa actual de quizás mayor controversia: la marihuana medicinal.

A pesar de que la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) ha recomendado la eliminación del cannabis de la lista de sustancias más peligrosas, proponiendo que mejor sea incluida en una regulación terapéutica, los recelos y las dudas sobre su posible uso como medicamento siguen muy presentes en la sociedad. A favor de la marihuana medicinal está que la ciencia médica sí que reconoce sin ambigüedad o debate alguno sus propiedades calmantes y anti-inflamatorias. En contra estaría la también contrastada capacidad de la marihuana como droga de gran efecto psicotrópico.

El cannabis posee dos activos principales: el cannabidol (CBD) y el tetrahidrocannabinol (THC). Los efectos de adición y psicotrópicos están en este último THC, por lo que los productos legales de venta con marihuana medicinal que se incluyan en tratamientos terapéuticos no deben superar el 0,2 % de este activo. Luego, siendo un tema de mayor ambigüedad legal, está el posible cultivo de cannabis a pequeña escala –autoconsumo- y como consumo medicinal. En España es posible comprar semillas de marihuana porque es un negocio legal tanto la venta directa de las tiendas físicas como la compra en un grow shop online de confianza.


Semilla para el tipo «afgano exprés»

La proliferación de estos «grow shop» (tiendas de cannabis) en España responde a una tendencia que ya estaba consolidada en muchos países de Europa de incluir a la marihuana medicinal en la industria sanitaria. Como decíamos, la sanidad ocupa un lugar cada vez más importante en la economía, al haberse diversificado de forma exponencial los servicios sanitarios que se ofrecen en las sociedades industrializadas. Sociedades que son principalmente urbanas y donde muchas personas sufren patologías que acaban cronificándose. 

Enfermedades crónicas que necesitan atención sanitaria muy específica o tratamientos alternativos complementarios para aliviar el dolor y los efectos secundarios que puedan tener el tratamiento principal. Es algo que ocurre en las enfermedades de cáncer, donde se han demostrado los efectos beneficiosos que aportan los cannabinoides como la estimulación del apetito, la mejoría de náuseas y vómitos, incluso el alivio en el dolor generado por algunos tratamientos de quimioterapia y radioterápicos. Beneficios sin duda loables en estos casos, pero que como en los casos de los productos farmacéuticos tranquilizantes y antidepresivos (psicofármacos) su abuso puede llevar a la temida dependencia. 



Gustavo Adolfo Ordoño ©

Periodista e historiador 

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