Pfizer y su mención histórica en 'Un mundo feliz' de Aldous Huxley

 

Pfizer, el primer productor mundial de vacunas contra el Coronavirus y
"Un mundo feliz" de Aldous Huxley

  Si no han leído Un mundo feliz de Aldous Huxley no les voy a hacer mucho spoiler por si se animan a leerlo. Aunque en cierta forma, su historia y su contexto sociocultural está en los últimos años presente en series de televisión y películas que tratan el tema de una futura sociedad distópica, y es posible que en el fondo intuyan el asunto de este artículo que comienzan a leer. De actualidad inevitable está ahora la cuestión del futuro sanitario de la sociedad mundial, pero en 1932 Huxley ya planteaba en su novela un debate filosófico y ético sobre el uso de la bioquímica –incluyendo los futuros psicofármacos- para el «control-gestión» social a gran escala. De hecho aparece en este libro el nombre de Pfizer como uno de los «padres», inventor de un sistema químico, fundadores de ese «mundo feliz».

No vayan a pensar que este texto da crédito y publicidad a las teorías conspirativas en las que se apoyan los negacionistas de la pandemia y de las vacunas. Por muy sorprendente que les parezca la coincidencia de que el apellido de origen alemán, Pfizer, nombre de la gran compañía farmacéutica, se encuentre en un libro escrito hace casi un siglo por un intelectual que reflexionaba ya sobre el poder de la industria química en el futuro de las personas, eso no la convierte en una prueba definitiva de que las vacunas son las «pastillas de la felicidad» que alienarán al género humano.

El contexto histórico en el que Aldous Huxley (1894-1963) escribió su novela resultaba tan idóneo o más que el actual para describir un potencial futuro dominado por la sistematización de la ciencia. Era el periodo de entreguerras (1920-1939) y se acababa de salir de una profunda crisis económica, la «Gran Depresión». El conflicto internacional no solamente había creado traumas psicológicos en los veteranos de la Primera Guerra Mundial. Mujeres y ancianos sufrían depresiones vitales al tener que ocupar el papel que estaba determinado en la sociedad a los jóvenes muertos en la guerra. En general, nadie podía ser feliz con las circunstancias impuestas por las calamidades y los estudios de Freud recobraban interés, esta vez pensando en sanar mentes para calmar «espíritus atormentados».

Sede de Pfizer en España. Imagen de su web corporativa


Era significativo el deseo de la época de ser «felices a toda costa», olvidándose de las recientes desgracias -guerra y pandemia de la gripe de 1918-  y Huxley, que había estudiado medicina, se inventó un mundo futuro donde existía una «pastilla de la felicidad» llamada el soma. La normalidad  y «estabilidad» del mundo que recreó este autor, alumno del prestigioso Eton College y de la Universidad de Oxford, se sustentaban en la administración del soma cuando los ciudadanos manifestaban cualquier atisbo de desequilibrio en sus funciones sociales predestinadas. En Un Mundo Feliz, cada individuo tiene un rol y debe cumplirlo a la perfección dentro de una línea de montaje. Esto muestra otro importante fundamento del contexto histórico en el que se escribió el libro. No en vano su historia trascurre en el «Año 632 de la Era Fordiana», un claro referente basado en Henry Ford, empresario contemporáneo creador de la línea de montaje.

Pero ese «determinismo totalitario» de los destinos, creado desde el nacimiento en un laboratorio médico por un ciclo artificial genético, no debía implicar que los individuos sean infelices. Para hacer factible esa sociedad futura, como exponía Huxley, la felicidad no era un «lujo» al alcance de unos pocos, más bien resultaba la condición básica para la estabilidad social. Los gobernantes de ese «nuevo mundo» no quieren esperar a que sus medidas sociales alcancen el bienestar (felicidad) de los individuos. Van al grano y por medios científicos, con la «gran revolución final de la Ciencia» que es conseguir el soma –pastilla de la felicidad-, consiguen sus objetivos: felicidad individual-estabilidad colectiva-sociedad estructurada-mundo feliz

Pfizer aparece en la novela de Huxley porque en esa época era ya la mayor y más famosa farmacéutica del mundo, junto a la Bayer alemana. En breve el escritor inglés iba a emigrar a Estados Unidos para residir allí hasta su muerte en 1963 y conocía bastante bien la historia estadounidense. Pfizer era un ejemplo más de EEUU como la «tierra de oportunidades». Sería fruto del emprendimiento de unos primos alemanes emigrantes a Nueva York. En 1849 Charles Pfizer y Charles Erhart fundarían la empresa química Charles Pfizer and Company. Más de siglo y medio después ha sido la primera gran compañía farmacéutica en conseguir una vacuna contra la Covid-19

Si en la novela de Aldous Huxley la bioquímica era el medio y el resultado que daba una «normalidad» en su distópico mundo, en nuestro mundo esperamos recuperar una normalidad perdida -y ahora añorada- mediante esa ciencia y sus grandes logros de las vacunas... pero para volver a la cotidianidad donde ser feliz o infeliz era una mera cuestión emocional. 


Gustavo Adolfo Ordoño ©

Historiador y periodista

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