Origen del desfile militar, una vieja «historia de guerra»

 

Famosa fotografía de un Guardia Real desplomado ante la reina Isabel
 durante 
el desfile en su cumpleaños del 
Trooping Colour (1970)

  

 En la historia del ser humano la guerra es una constante. En esas guerras los ejércitos que ganaban las batallas es probable que desfilasen, de manera desordenada, por las calles de sus ciudades, para ser vitoreados por sus conciudadanos. Podríamos deducir así que el desfile militar, por ejemplo, proviene de las marchas triunfales que hacían las legiones romanas, atravesando los arcos del triunfo efímeros o permanentes, que se instalaban en las puertas de la ciudad. Sin embargo, el origen del desfile militar está en la misma idiosincrasia de la manera de guerrear y combatir que tenían los infantes. Los soldados de a pie se colocaban en líneas sucesivas, abarcando el mayor espacio posible y, casi siempre, ganaba la batalla el ejército que tuviera más «piezas de peón».

Por tanto y dicho llanamente, el éxito en la guerra era una cuestión demográfica. Así, varias falanges (filas) dispuestas unas detrás de otras formaban un conjunto de hombres que había que coordinar y dirigir al ataque. En la destreza en gestionar y organizar esa gran masa de guerreros estaba también la clave del éxito militar. Los pasos y los movimientos de esas líneas de ataque debían coordinarse acompañados de gestos y actos entrenados para el combate. Esa escenografía, después de la batalla, se simulaba derivando en los desfiles militares, donde los tambores y otros instrumentos usados para animar a la lucha se mantenían ahora acompañando los vítores del pueblo a esos guerreros victoriosos.

El acompañamiento sonoro, incluidos los gritos de guerra, durante una batalla como el golpeo de la espada contra el escudo, la vara o porra extensible del mando, acabaría por derivar en la agrupación musical de los ejércitos. Luego, en los desfiles, esta banda de música pasa de motivar al combate a desfilar abriendo la parada militar. Un acto que conlleva cierta oficialidad, que vincula a la ciudadanía con su ejército y por eso se practicaba en la Roma antigua. Posteriormente la vinculación del «soldado-guerrero» era más con un Señor que con una idea de comunidad y por eso el desfile militar no se solía organizar. Sería durante la formación de los «ejércitos nacionales» (estatales), entre los siglos XVIII y XIX, que el desfile militar se incorporase como parte del adiestramiento de los soldados. La marcialidad y la disciplina se podían transmitir de la mejor manera con la práctica diaria del desfile.


Un desfile con uniformes de gala en México

El desfile militar y su imagen «alienante», el Paso de la Oca


 Otras interpretaciones han considerado que el desfile militar sirve para la «alineación de las personas» bajo un colectivo, anulando la individualidad, donde impere el autoritarismo. Una autoridad que suele apoyarse en una rígida jerarquía de carácter militar. La exigencia de máxima disciplina y obediencia en un gran colectivo son rasgos propios de estos «sistemas alineados». Desde luego, el desfile militar simboliza esas premisas, aunque también estimula la sensación de pertenecer a un ente superior. A una identidad social y unida, un común sentimiento–de patria-, percibido por la mayoría de la sociedad. Esa faceta de oficialidad vinculando el desfile militar con la comunidad de la que hablábamos antes. Los desfiles militares se celebran en la fiesta nacional de un país tanto en democracias como en dictaduras.

El mejor Paso de la Oca del mundo lo hacen ahora
en el régimen alienado autoritario de Corea del Norte


De esta manera, aquella vieja herramienta usada en las guerras que alienaba a las personas para que no actuasen individualmente, convertida en parada militar en tiempos de paz, se aplica al homenaje y celebración social. El desfile militar puede ser una forma de conmemorar alguna fecha histórica, señalada como importante por un colectivo, por un país. Entre los diversos tipos de desfilar, destaca uno muy vistoso que ha pasado al imaginario colectivo de muchos países: el célebre Paso de la Oca


Soldados del III Reich desfilan con el Paso de la Oca

Popularizado por los soldados nazis durante la Segunda Guerra Mundial, en realidad tiene un origen prusiano más antiguo. Esta forma de desfilar tan marcial, con una pierna levantada muy alta en 90º sobre la fijada en el suelo, proviene del profesional y disciplinado ejército prusiano. Se utilizó en combate entre los siglos XVIII y XIX, cuando era primordial mantener en líneas perfectas a los soldados en el campo de batalla. Ese largo paso servía de sistema de alineación. Puede resultar chocante que en época contemporánea los infantes siguieran puestos en filas, como las falanges clásicas, pero era la única manera «honorable» de enfrentarse en campo abierto. En esa época la clave del éxito radicaba en la carga rápida y en la puntería de los fusileros colocados en líneas que se iban alternando, la delantera disparaba y la de atrás cargaba.


Soldados en la Plaza Roja dando el Paso de la Oca

Curiosamente, acabada la contienda mundial en 1945, esta manera de desfilar siguió siendo del gusto de muchos ejércitos del mundo. El mismo Ejército Rojo desfilaría con el paso de la oca en la Plaza del Kremlin y aún lo hace el ejército ruso como se ve en la fotografía de arriba. Con todos estos ejemplos parecería un estilo de desfilar del gusto de regímenes totalitarios como en Corea del Norte donde, dicen, se hace ahora el mejor goose step del mundo; pero existen países de todo signo político que lo usan. En América Latina destaca Chile y no crean que fue por gusto del dictador Pinochet -que también- sino por tener su ejército un «origen» y formación prusianas. Los nuevos países americanos, tras sus independencias a inicios del siglo XIX, buscaron a los mejores asesores militares para conformar sus ejércitos nacionales y estos eran los militares del ejército prusiano con su Paso de la Oca.

 


© Gustavo Adolfo Ordoño

   Historiador y periodista

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