Barbie, la historia de una muñeca ¿feminista?

 

Imagen capturada de la web de Mattel, empresa juguetera fabricante de la muñeca Barbie, promocionando la película convertida en fenómeno social


Desde una reflexión antropológica hasta un detallado informe sociológico. Todo se hace alrededor de la película de la directora Greta Gerwig, sobre la muñeca Barbie. Un juguete con la forma de una joven conteniendo al principio todos los estereotipos de belleza femenina al gusto masculino y ahora con más de 60 años: ¿Cómo ha llegado a ser icono de culto del siglo XXI y defensora del feminismo? En Pax Augusta os contamos una breve historia de esta singular muñeca Barbie


  Parece que todo empezó como otras muchas veces en una empresa, gracias a una buena idea que la salvaba de una crisis o de un bache en el negocio. La compañía Mattel se dedicaba al juguete y existía en la década de 1950 una bajada de ventas en los juguetes de niñas, cansadas de tener siempre en los escaparates como únicas muñecas a un bebé o a una niña de aspecto angelical. La cofundadora de Mattel era Ruth Handler, mujer observadora y creativa que participaba en los consejos de ideas de la empresa. Había observado a su hija Bárbara jugar con recortables de muñecas con formas de mujer, para vestirlas a la moda. Entendió que sería una buena idea traspasar del papel a las tres dimensiones del plástico esa muñeca-vestidor de papel. 

Sin embargo, su marido también cofundador de Mattel, Elliot Handler, y el otro fundador de la compañía, Harold Matson, no lo vieron. Era el primer tropiezo de Barbie en un mundo de hombres. Por lo visto, el azar en un viaje de vacaciones de los Handler a Alemania procuraría a la icónica muñeca una segunda oportunidad de nacer al mundo. La observadora Ruth se fijó en una muñeca alemana que había surgido con una pícara broma de seducir a los hombres, pero que acabó en manos de las niñas alemanas que jugaban a vestirla a la moda. No lo dudó, se llevó una de esas muñecas llamadas Bild Lilly para presentar de nuevo ante el Consejo de la compañía su idea de tener una muñeca adulta de plástico para el juego de las niñas en EEUU.

Esta vez no pudieron detener la capacidad creativa de su socia cofundadora. En la Feria Internacional del Juguete de América, el 9 de marzo de 1959 se presentó la muñeca Barbie. Así, ese día es el considerado cumpleaños de la famosa muñeca. Aunque inspirada en una muñeca de plástico que representaba a una mujer curvilínea, Ruth Handler y sus diseñadores, rebajaron los niveles de sensualidad de la muñeca Barbie, bautizada con ese nombre en honor de su hija Bárbara. Aún así, no dejaba de ser una mujer estereotipo de belleza norteamericana. Rubia, delgada y muy joven

   

Ya ha salido la Barbie de la película, la Barbie-Margot Robbie


De esta forma, nacía una muñeca que rompía todos los moldes existentes en los juguetes de niñas. Una muñeca representando a una mujer libre e independiente, que tenía su vida propia. Eso sí, dedicada al glamour de vestir a la moda y decorar su casa. Si su emancipación femenina era un punto a favor de Barbie en relación a su papel feminista en los años 50 y 60, su evidente materialismo y su «rosada» banalidad pronto la trajeron muchas críticas. Otra crítica obvia fue el color de piel y de pelo de la muñeca, blanca y rubia, anglosajona. En la década de 1960 comenzaba el proceso de lucha por los derechos sociales, esos rasgos tan ceñidos a la cultura WA SP (en inglés, blanca, anglosajona y protestante), no ayudaron a tener una imagen tan popular como pretendían en Mattel

Así, con una tan curiosa como inteligente capacidad de adaptación, la creadora de Barbie y sus ayudantes de Mattel, fueron ideando componentes y compañeras para la muñeca estrella y así respetar al máximo el lema con el que nació: “tú puedes ser lo que quieras ser”. Un lema simbolizado en la Barbie y en todas las derivadas de la estereotipada, que representaron -como pioneras- mujeres con oficios donde la presencia de la mujer era mínima en esas décadas de los 60 y 70; como cirujanas, astronautas o candidatas a presidenta. Hasta surgió una amiga afroamericana, Chistie, en 1968. En cambio, una amiga latina y la «Barbie hispana», no surgieron hasta la década de 1980.

Lo del amigo Ken no tardó en llegar, fue en 1961, inspirándose el nombre en otro hijo, Kenneth, de los Handler. Su estatus con Barbie da para varios tratados de sociología y para un estudio de las relaciones amorosas heterosexuales desde 1960 hasta nuestros días. Una relación ambigua que se insiste en ser más amistosa que otra cosa, pero que siempre se deja abierta la puerta a todo tipo de especulaciones. En la película de Greta Gerwig se hace una divertida reflexión sobre ello que roza el fino y agridulce sarcasmo. También, obvio, se hace análisis de Barbie y su relación con el feminismo, en un tono que no se llega a saber si es surrealista (pensar en la muerte, persecución de los ejecutivos de Mattel a Barbie) o es una parodia extrema de ciertas debilidades y defectos del feminismo de nuestros días.    

Pero volvamos a la historia de Barbie y sus fabricantes de Mattel. Es una historia con datos positivos si valoramos esa capacidad de adaptarse a las circunstancias de cada época que decíamos ha tenido la muñeca y sus creadores. Así vemos como las muñecas Barbie han conseguido siempre gustar a las niñas de varias generaciones, de distintos países, y han logrado la aclamación popular cuando han reaccionado con acierto ante temas delicados. Hemos podido conocer y ver a una Barbie con pierna ortopédica, otra en silla de ruedas, una con discapacidad auditiva y visual... y, sobre todo, una Barbie adaptada a la imaginación de toda niña en cualquier rincón del planeta que desee, de manera voluntaria, entrar en Barbie Land

 

© Gustavo Adolfo Ordoño
    Historiador y periodista

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