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Fotografía "icono de la felicidad", realizada en plena posguerra a un niño huérfano de Viena en 1946 por el fotoperiodista de la revista LIFE, Gerald Waller |
En la Viena de 1946, vencido Hitler hacía un año, la Cruz Roja que viajaba con el Ejército de los Estados Unidos hizo de improvisado Papá Noel. El niño se llamaba Werfel y tenía seis añitos cuando el fotógrafo de la revista LIFE le “pilló” en las escaleras del orfanato Am Miel de Viena donde vivía. Acababa de recibir su primer regalo de Navidad en mucho tiempo: un par de zapatos nuevos. El rostro encendido de felicidad es el documento gráfico que remarca literalmente la expresión sinónimo de sentimiento feliz: “como un niño con zapatos nuevos”.
Los avatares de la Segunda Guerra Mundial recién finalizada han determinado un destino para Werfel de orfandad, se ha quedado solo en el mundo. Su historia no fue detallada en la revista LIFE donde se publicó esta fotografía. Sin embargo, se trata de un niño austriaco con buen aspecto, bien alimentado y con ropas no muy gastadas. Es decir, no es huérfano desde hace mucho y siendo probable tratarse del hijo de una pareja joven que haya muerto en la guerra. El padre como soldado y la madre falleciese también durante el conflicto en un bombardeo. Lo único que le faltaban eran unos buenos zapatos para completar el cuadro de un “niño normal”... feliz.
Así, el pequeño se abraza a sus zapatos nuevos expresando con su cara sonriente la inmensa felicidad que siente. Un sentimiento como de paz y esperanza, de que todo va ir bien a partir de ahora, lleno de alegría. Y esa representación captada tan gráfica de la “alegría y esperanza” fue lo que el fotoperiodista y sus editores quisieron transmitir siempre a un público ensombrecido por las penurias de la posguerra.
La imagen fue publicada por primera vez en la revista LIFE el 30 de diciembre de 1946 (página 22) y de nuevo el 24 de septiembre de 1951 (página 180). Ambas ocasiones para difundir la idea de que Europa –el mundo- comenzaba una “nueva era” de esperanza en el futuro. Será por esa intención de generar un optimismo general en un mundo que salía de una guerra devastadora, que no sepamos mucho más de la vida de ese niño feliz con zapatos nuevos de la fotografía.
Es de esperar que ese anonimato simbolizase también a una generación de personas obligadas a crecer sin padres y con un futuro incierto durante los años duros de posguerra. Lo que es innegable es el optimismo que aún trasmite la imagen. Desde luego, con un par de zapatos nuevos todo en la vida irá mucho mejor...
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