El hijo del ser humano en la guerra


                                    Fuente de la imagen: niña soldado


El pacifismo no está de moda. En realidad nunca ha sido una tendencia humana muy llevada. En los años 60 del pasado siglo surgió un fenómeno social que recogía la ‘No violencia’ de Gandhi en su lucha por los derechos humanos; eran los ‘hippies’ y fue la época más publicitada del pacifismo, aunque como forma de vida, no como corriente política o ideológica. Es complicado hacer un análisis histórico del pacifismo, pues doctrinas pacifistas se encuentran dentro de casi todas las religiones, en muchas ideas filosóficas y en movimientos cívicos. El tópico las hace más propias de las culturas orientales, pero en la misma cultura judeo-cristiana (aunque resulte difícil de creer) existe un esencial mandamiento de “paz entre los hombres”.

En cambio, su antagonista la guerra está siempre en el candelero mundial y no le hace falta mucho predicamento. En esto el análisis histórico es menos complejo, tanto que la Historia parece haber surgido como necesidad de relatar la serie de guerras y grandes batallas que se dan en la humanidad como algo intrínseco a su misma naturaleza. El ser humano es una especie guerrera y en la guerra han participado todos, desde los ancianos a las crías (hijos) de la especie. La edad para combatir en una guerra no vendrá fijada por condicionamientos morales, será determinada por el físico. Si esa persona puede portar y manejar un arma, sirve como soldado.

Quizás el último párrafo peque de “tremendismo” y los matices son muchos. Aunque desde muy jóvenes se preparaban a los varones para ser guerreros, el sentido de protección a las crías (como en cualquier especie) era más fuerte y no se usaban a infantes como soldados por sistema. El empleo de niños y niñas en las guerras siempre es reflejo de una anormalidad, de una barbarie en la civilización. Las causas tienen que ver con un delirio extremo, una situación llevada a los extremos.

El habitual colaborador del blog, Luis Pérez Armiño, nos ofrece un texto que sí es predicado de paz; es decir, analiza el fenómeno de los niños de la guerra en la actualidad como uno de los retos más importantes a los que debe enfrentarse la comunidad internacional, esa humanidad especie guerrera.


                  Fuente de la imagen: niño soldado en la guerra de Irán-Irak

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