Pablo Iglesias, fundador del PSOE |
Don Pablo no se lo va a creer usted, pero es poner su nombre en el buscador Google (una máquina futurista, señor, una divinidad del siglo XXI) y no aparecer nada sobre su persona. Aparece en la última línea de la primera página de búsqueda una reseña a la fundación que lleva su nombre, nada más. ¿Olvidados de usted? Bueno, su partido político, del que su señoría es honorable fundador, no está pasando por un buen momento y no existen motivos oportunos para citarle. En cambio, con su mismo nombre se muestra en la búsqueda cientos de miles de entradas sobre un joven que gasta la misma coleta recogida en una cinta que podría llevar su contemporánea Victoria Kent. Es un líder político español apegado a la actualidad, tanto que hace menos de un año que fundó un partido, como usted hizo el 2 de mayo de 1879. El nombre de esta nueva fuerza política no responde a unas siglas políticas, señor, le parecerá gracioso, pero es la conjugación de la primera persona del plural del verbo “Poder”.
Usted, don Pablo, que dominaba la
“máquina futurista” de su siglo: la
linotipia; sabe lo importante que son las palabras, su significado y el uso
que se hace de éste. Su tocayo de nombre completo es también un especialista en
el manejo de las nuevas linotipias de estos tiempos tan tecnológicos y con
ellas hace de comunicador excelente, como así lo hiciese usted, fundando el
periódico “El Socialista” (12 de marzo de 1886) y colaborador en todos los diarios de la época que le dejaron
hacerlo para difundir su ideología socialista y de lucha obrera. Su tocayo, “el
coletas”, así le llaman en España, señor, pues sabe lo mucho que nos gustan los
motes en este país, también emplea los actuales medios de comunicación para
difundir sus ideales y proyectos. ‘Podemos’
resulta plural y de las primeras personas, de nosotros-todos-pueblo, pero no
olvidemos que es conjugación de ‘Poder’; y del poder están haciendo mal uso
los partidos principales de la democracia recuperada en 1978.
Otros poderes corrompen al poder
político, señor, y la economía está haciendo esclavos otra vez a los obreros y demasiado adinerados, muy ricos, de una manera indecente, a los que ya nacieron ricos. La desigualdad
social y la indignación ciudadana son tan grandes, don Pablo, que su tocayo de
apellido y nombre, ha recogido el testigo que bien pudo usted tener ante los
trabajadores y los desengañados entre el siglo XIX y el XX, de la ilusión
regeneradora y progresista. Su partido tiene como objetivo regenerar el
sistema, acabar con los privilegios sociales y políticos de unos pocos que actúan
impunes. Al igual que ocurrió con el
PSOE, su creación, don Pablo, en 1982, la formación de su tocayo puede
encauzar el espíritu de cambio que impera en la sociedad. Ahora sólo nos queda
esperar y ver, aunque la impaciencia nos domine.
De la honesta preocupación por la
situación de los trabajadores y los desfavorecidos que el partido de Pablo Iglesias Possé (PSOE) pudo demostrar, nos habla el siguiente capítulo de la
serie: 'Los niños de la guerra que se quedaron en España', de Luis
Manuel Expósito que estamos publicando en Pax augusta y que les invito a leer:
0 Comentarios