Niña siria en la frontera de Idomeni. Foto del Twitter de Principia Marsupia |
Cuando se da un cambio tan brusco
de parecer se suelen observar las circunstancias nuevas que rodean al asunto.
En el caso de las personas de Oriente
Medio y África que en masa están buscando
refugio en Europa, esto es evidente. Al final, todos esos prejuicios y
temores (infundados o no) que hacían de los refugiados un “coladero” de
terroristas procedentes de Siria, los combatientes con origen europeo llamados “retornados”, han triunfado en el subconsciente de los líderes
europeos para llevar a cabo las supuestas soluciones a la crisis. El vergonzoso
acuerdo de la UE con Turquía es
bastante ejemplo de ello.
La frase “las comparaciones son odiosas” viene muy ajustada al hecho de casi 5 millones de refugiados sirios sobreviven a duras penas en los países vecinos a
Siria y los refugiados que han llegado a Europa no tienen una cifra certera, se
anota que son casi un millón de personas, la mayoría sin haber conseguido el estatus de refugiado, un estatus que
está reglamentado por la oficina de Naciones Unidas, ACNUR
(Alto Comisionado de las Naciones
Unidas para los Refugiados).
Las circunstancias cambiantes podían
haber venido en forma de bárbaros atentados en el corazón europeo (atentados de Bruselas), con una reacción de rechazo más clara por parte de las opiniones públicas europeas, pero salvo
las reacciones minoritarias de grupos de extrema
derecha, la mayoría social europea desea aún ocuparse de mejor manera de
esta cuestión tan grave en sus puertas. Que sus gobiernos estén racaneando con los compromisos planteados de
aumentar el número de refugiados reasentados con ese estatus en los países de la
Unión Europea, tiene más que ver con
las “ocultas” preocupaciones europeas de marcado acento “materialista”.
Uno de los 4.000 niños que malviven en la frontera de Idomeni. |
Por un lado, el coste
multimillonario de cualquier acción resuelta y completa de intentar gestionar
el acceso de todas estas personas a Europa. Aunque Europa cuente con medios y recursos suficientes, no los muestra y
los minusvalora porque teme que se reproduzca un “efecto llamada” que atraiga a más ‘refugiados económicos’ de otros
países. Así lo deja claro, Dimitris Avramopoulos, Comisario europeo para la Migración, que ha declarado en la última conferencia organizada por la ONU “que sólo los ciudadanos sirios y
los inmigrantes que tengan condición de refugiados podrán conseguir asilo”.
Por otro, el temor cada vez menos
disimulado de los partidos europeos que dominan la Comisión Europea a perder parte de su electorado, al ver el
palpable aumento de las opciones electorales de muchos partidos “ultra nacionalistas”, xenófobos y muchos posicionados, sin rubor, en la extrema derecha. Tomar medidas políticas
que dificulten la entrada de refugiados, sin que sean políticas radicales de
expulsión, gustará al electorado que estaba siendo seducido por esos partidos anti-refugiados.
De todas maneras, los vistan como
los vistan, acuerdos como el de Turquía y la UE
para el retorno del grueso de refugiados es un tratado que insulta a las gentes
europeas de buena voluntad. La oficina de ACNUR lo deja claro en su última nota de prensa.
Gustavo Adolfo Ordoño ©
Periodista e historiador
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