Hitler, ¿visionario del cambio climático?


El actor alemán Bruno Ganz, en la película El Hundimiento,
en una formidable recreación del dictador Hitler



El título puede llevar a confusión. Por favor, no lo malinterpreten más de la cuenta pues no se trata de hacer del dictador alemán un "pionero del ecologismo moderno". La pregunta que se formula tiene que ver con la concepción nazi que se hacía de los espacios territoriales como ecosistemas vitales para la supervivencia de la "raza aria". Por eso, antes de torcer el gesto ante el titular, rogamos proseguir la lectura y así entender mejor el planteamiento del artículo.


 Las teorías que hacen del ser humano un "microbio" molesto en un inmenso ecosistema vivo no son novedosas. Ya se introdujeron en estudios de las relaciones humanas, incluso dentro de las analizadas como relaciones internacionales, como contaba en una de las entradas más leídas de la web (la teoría Gaia). Se tratan de unas teorías algo "inquietantes", que relacionan el futuro de la existencia humana con la constante lucha por su supervivencia en un entorno natural que pueda llegar a ser hostil.

Es una idea tan interesante como "radical" en su significado. Una hipótesis que ha tenido incluso una sugerente relación con hechos irracionales de la historia de la humanidad, como es el Holocausto judío. Algo así como una artificial "selección natural" ideada por Hitler y sus acólitos para conseguir el perfecto "ecosistema humano", donde las posibilidades materiales de futuro quedaban en manos de los que sobreviven. Así, los supuestos supervivientes de una Europa arrasada por una crisis económica y alimentaria serían los vencedores de una guerra de conquista y los autores de un exterminio programado.

Una hipótesis relacionada también con un posible "apocalipsis climático". Escenario donde la desaparición de los vitales recursos energéticos y alimentarios, llevaría a las comunidades humanas más fuertes a cometer genocidios como el ocurrido en Europa en la Segunda Guerra Mundial hace más de setenta años. Esta teoría tiene un desarrollo cabal y bien documentado en la obra del historiador estadounidense Timothy Snyder.

 Hacer del Holocausto una advertencia parecerá poco novedoso, pues advertir que nunca se debe volver a repetir algo así es evidente o debería serlo. Pero no es exactamente eso lo que esta línea de pensamiento relacionada con el «cambio climático» quiere decir. En esa teoría aparecida en su libro ensayo, Tierra negra, Snynder reexamina esa barbarie del siglo XX en Europa no como el canon de la maldad, sino como una advertencia real de algo que puede volver a repetirse si se dan las mismas o similares circunstancias que se dieron en el caso del Holocausto planificado por los nazis

El historiador estadounidense remarca que este genocidio no se dio de forma espontánea como "culminación de la maldad" sobre el planeta. Tampoco como el plan maligno de un líder loco y sus secuaces. Matiza que fue en los lugares de Europa sin estructuras estatales mínimas donde la barbarie del Holocausto reinó a sus anchas: en la Polonia y la Europa del Este, destrozadas doblemente bajo los jinetes apocalípticos de Stalin y Hitler.

De esa forma, en esas tierras asalvajadas y sin ley, la política deshumanizada de Hitler, que usó métodos científicos para controlar su ideal de ecosistema humano, se podía poner en práctica sin ningún reparo. Incluso, sin cuestionamiento moral porque se hacía una presentación de los judíos como un defecto ecológico responsable de la discordia en el planeta. Ante esa distorsión del ecosistema no quedaba otra que la “purificación de la Tierra”. Qué escalofríos, ¿verdad? Pues ahora hagamos una perspectiva comparada con la actualidad.


Hitler y el cambio climático 



Judíos liberados por los soviéticos en Auschwitz. Fuente imagen



 Desde luego, hoy día no existe el miedo a la escasez de alimentos y de recursos que llevaron a los nazis a sus teorías que obligaban a plantear un genocidio. Después del triunfo de la llamada “Revolución Verde”, que entre 1945 y 1970 llevó a un incremento de la productividad agrícola y al superávit alimentario en el mundo desarrollado, la teoría esencial de Hitler (el genocidio) en su lucha por el Espacio Vital ya no tenía sentido, si es que lo tuvo alguna vez. Sin embargo, los más alarmistas pueden argumentar que son factibles otras crisis de recursos globales que el cambio climático acentuarían en su problemática

La exigencia de mayor y mejor alimentación en otras partes del mundo, con el acceso de mucha más población a diversos productos, como ha sido el caso de China, puede volver a resucitar entre las élites políticas de los Estados, incluso entre las culturales, ideologías del “espacio vital” o “exterminadoras” de los enemigos vitales. Invadir territorios por cuestiones de espacios vitales no resulta tan anacrónico vista la invasión rusa a Ucrania de 2022. La mentalidad de expandir al máximo tu ecosistema vital entra en la mente de dirigentes actuales...

En África se dieron advertencias locales (minis holocaustos)  del peligro de nuevos genocidios a escala global. Es desde luego, como ocurría con los europeos del Este de 1939, el lugar del mundo con más Estados desestructuradosTimothy Snyder recuerda el caso de Ruanda y la muerte de más de medio millón de personas en 1994. Se trató de una "crisis ecológica" nacional. Al agotamiento de la tierra cultivable y al aumento de las sequías, se unió la superpoblación. Animar a los hutus a matar a los tutsis acabó siendo una delirante “medida gubernamental”. Tal cual, como pueda ser una subida de impuestos. Resultó una perversa (genocida) medida pero exitosa en las zonas con escasez de tierras agrícolas; los asesinos se quedaban con las parcelas de sus víctimas. Como Hitler, hicieron de la "ciencia ecológica" buscando un ecosistema reducido a sus intereses toda una barbarie.

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