La Orden de la Jarretera, breve historia de la máxima distinción otorgada por la Corona británica

Los reyes de España flanquean a la reina Isabel II durante la ceremonia de la distinción a Felipe VI con la Orden de la Jarretera. Captura de imagen del telediario en la web de RTVE

Felipe VI, rey de España, acaba de ser distinguido con la Orden de la Jarretera, la principal distinción regia de la Corona británica. A su padre, el rey emérito Juan Carlos I, también le fue concedida hace treinta años. En total han sido diez los monarcas hispanos que recibieron esa distinción que se remonta al reinado de Eduardo III en 1348. Conozcamos la historia de esta Orden de la Jarretera.
 
  A todo aquel que le guste o interese la historia militar conocerá un rasgo característico, convertido en faceta histórica, de los ejércitos ingleses: los arqueros ingleses y galeses. Estos arqueros y su destreza han pasado al imaginario de la historia militar, igual que los caballeros en armadura franceses o la imbatible infantería (los Tercios) española. Sin embargo, los ingleses quisieron mejorar una de las facetas bélicas cada vez más determinantes en las batallas, la carga de caballería. Sería Eduardo III de Inglaterra quien creó una Orden de caballería, con los más valerosos y expertos caballeros de su reino vencedores en Crécy (1346), durante la llamada Guerra de los Cien Años contra Francia. Un conflicto, donde el uso de nuevas técnicas de combate combinado, con arqueros de ballesta e infantería pesada, estaba dando demasiados triunfos a los franceses en la Bretaña continental.

 Sin embargo, la Orden de la Jarretera no tiene su origen exacto en esa caballería pesada que se batía contra los franceses por el derecho al trono francés que reclamaba su soberano inglés. Fue unos años después, en 1348, que inspirándose en ese premiar la lealtad de los caballeros ingleses se crea la Orden de la Jarretera. Pero se hace pensando en captar a nobles y a monarcas europeos que hiciesen influencia y aprobasen los derechos dinásticos de Eduardo III, el monarca inglés, a la Corona francesa. Tomaría elementos de esa caballería inglesa que combatía en la Guerra de los Cien Años, como la famosa media con hebilla o jarretera que le da nombre, aunque se compuso de caballeros y damas de la realeza y nobleza. Algo así como un lobby aristocrático, un grupo de presión influyente para apoyar los intereses del rey inglés.

Esta artimaña diplomática o idea con más carácter simbólico que político, dicen se inspiró en la lealtad que nobles y caballeros mostraron al rey inglés Arturo en la famosa “congregación” conocida como la ‘Tabla Redonda’. En la actualidad, la Orden de la Jarretera la forman 24 caballeros y damas ingleses de distintos estamentos sociales y ocho miembros de la familia real británica. Luego existe una rama especial, dentro de la congregación de la Jarretera, donde se ha investido a reyes actuales como al mencionado Juan Carlos I, o a Guillermo de Holanda, que fue nombrado caballero de la Orden en la misma ceremonia que Felipe VI.

Otros monarcas europeos con la distinción son Harald de Noruega, Beatriz de Holanda, Margarita de Dinamarca y Carlos Gustavo de Suecia. Como curiosidad, también la ostenta el que fuese emperador hasta su reciente abdicación, el japonés Akihito. Las solemnes ceremonias de investidura tienen lugar en el salón del trono del castillo palacio de Windsor. Es un acto matinal en la intimidad del palacio y la única muestra de pompa es el desfile que por la tarde realizan los recién investidos caballeros y damas hasta la capilla cercana de San Jorge, patrón de la Orden. 

Antes que Juan Carlos I y Felipe VI, obtuvieron la Jarretera otros reyes de la monarquía hispánica a lo largo de los siglos: Alfonso V de Aragón y de Nápoles, antes de la unión de Coronas por los Reyes Católicos; después el mismo Fernando el Católico; luego el esposo de Juana de Castilla, Felipe I “el Hermoso”; el siguiente el emperador Carlos I; luego su hijo Felipe II;  y ya en época contemporánea, Fernando VIIAlfonso XII y Alfonso XIII. 

Quizás el lema de la Orden, inscrito en el escudo, "Honi soit qui mal y pensé", cuyo significado: Que se avergüence el que haya pensado mal, nos explique por qué en medio de la tensión política con Europa por el Brexit, que expresa el distanciamiento y la ya tópica frialdad anglosajona con todo lo europeo, la Corona británica estreche lazos con las monarquías española y de los Países Bajos. Algunos expertos en heráldicas y protocolos argumentan que ese lema proviene del reproche de Eduardo III ante los que dudaban sobre sus derechos a la Corona francesa. ¿Será un discreto y flemático reproche de Isabel II al resto de las monarquías europeas sobre su “derecho” a salir de la Unión Europea?

"Honi soit qui mal y pensé"...



Gustavo Adolfo Ordoño ©

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