'Mujercitas' y la historia de Louisa May Alcott que inspiró su célebre novela

Louisa May Alcott haciendo una de las cosas que más le gustaba, leer

El éxito persigue a 'Mujercitas' en todas las épocas. Desde su publicación en 1868, que fue todo un best seller del momento al conseguir vender más de 2.000 copias. Las adaptaciones al cine y a la televisión son numerosas. El reciente estreno de una versión realizada por Greta Gerwig, mujer cineasta, propone aumentar la perspectiva feminista que apuntaba en sus actos la joven protagonista de la novela. Si bien es cierto que L. M. Alcott realizó una obra literaria comprometida con los derechos y libertades de la mujer, cambiando los estereotipos de la época, su principal pretensión creativa fue educadora. Con su novela quería dar "otra educación" a las señoritas de su época. 


Louisa May Alcott, más feminista que su novela 'Mujercitas'


 Seamos sinceros. Si la impulsiva, genial e imaginativa, Jo no se casa al final de la novela/película con ese profesor Fritz Bhaer, emigrante alemán, que la anima a ser una escritora "seria" y no de folletines, la historia nos gustaría mucho menos. Es más, podríamos decir que no habría alcanzado el éxito mundial que tiene. Uno de los prejuicios más extendidos en todas las sociedades es el que considera al matrimonio y la maternidad como los estados más óptimos de la mujer. 

Precisamente, erradicar esa idea como absoluta es una de las acciones que siempre han tenido las activistas feministas. Movimiento, el feminismo, en auge durante estos últimos años. Sin embargo, en los años de Louisa May Alcott una mujer soltera era una anomalía; una excepción dada a la norma que solía darse entre las clases altas. Herederas de una fortuna familiar, que evitaban casarse para no tener que ceder la gestión de su patrimonio al hombre con el que se casaban. O viudas ricas, como es el caso del personaje de 'Mujercitas', la tía Josephine March, que no se vuelven a casar. Por eso el editor de la novela "obliga" a la escritora a que tenga un romántico y bonito final. Una opción acorde también con el trasfondo educador de la obra, que pretende hacer de la mujer una buena persona antes que una buena esposa. 

 Así tenemos una novela que es "menos feminista" que su autoraLouisa May Alcott, vencería a todos esos prejuicios y nunca se casaría. Su opción personal y vital, de ser una mujer libre, sin las ataduras del matrimonio, es lo "revolucionario" para la época. No obstante, también 'Mujercitas' tuvo tanto éxito por tratarse de una obra realista, muy apegada a las vivencias reales de su escritora y de su familia. Su padre, Amos Bronson Alcott, fue un hombre de introvertidas y profundas ideas filosóficas sobre la vida. Seguidor del 'Trascendentalismo', fundó en Harvard, Massachusettsuna comunidad-utopía llamada Fruitland que postulaba por el consumo sostenible, alimentándose de frutas y vegetales principalmente. Estamos en la primera mitad del siglo XIX, el señor Alcott sería un pionero en la filosofía vegana.

No sólo en eso, la familia Alcott sería pionera en la pedagogía moderna. El padre de Louisa May Alcott fue precursor de la educación progresiva. Creó una escuela donde se dejaba atrás el sistema clásico de aprender todo de memoria. Existían en su colegio laboratorios o talleres de prácticas, y su hija Louisa fue una de las profesoras. El proyecto escolar de los Alcott fracasó al no ser comprendido por la sociedad de su tiempo y, sobre todo, por permitir la entrada a los alumnos negros. En vísperas de la guerra civil en los Estados Unidos, donde el sur defendía su postura esclavista como sistema económico, una escuela dirigida por un abolicionista (otro de los rasgos del padre de L.M. Alcott) tenía poco futuro. Escasas posibilidades de éxito como todos los negocios (muchos utópicos) y proyectos que emprendió el patriarca y llevó a la ruina a la familia Alcott.

Mujercitas, en la primera versión para el cine de George Cukor (1933)


 Eran más pobres que las ratas. Así lo contó Louisa en su diario y le sirvió de inspiración para describir las penurias descritas en la novela 'Mujercitas'. Únicamente la templanza y la sensatez de la madre, Abigail May, evitó el desastre total. Por ejemplo, harta de que sus hijas y ella pasasen tanta hambre y restricciones en esa comuna "vegana" de Fruitland, decidió abandonar temporalmente al esposo idealista e instalarse con sus cuatro hijas "mujercitas" en otra residencia. Esa convivencia entre las cinco mujeres y su sirvienta inspira la novela, pues transcurre la mayor parte de la obra en la ausencia del padre (que en la ficción está en la guerra).

Louisa May Alcott, reconoció que escribió con ciertas dudas sobre la vida de ella y sus hermanas. Pensó que no interesarían a nadie, pero su editor y su padre (que sería su profesor, ya que no fue a la escuela) la convencieron de las posibilidades tanto comerciales como artísticas de la historia. Acertaron, fue tan rotundo el éxito que L.M. Alcott escribió otras novelas continuando la saga y siguiendo la misma fórmula exitosa que la haría ganar mucho dinero y sacar del anonimato. Los títulos 'Hombrecitos' (1871) y 'Los muchachos de Jo' (1886), serían secuelas de 'Mujercitas', con las historias de los hijos y sobrinos de las hermanas March.

 Se convirtió en la escritora más famosa de finales del siglo XIX, aclamada por crítica y público. Aprovechó su carisma para defender la causa sufragista de las mujeres; pero L.M. Alcott también reconoció que 'Mujercitas' no era el tipo de novela que le gustaba escribir, que esa obra y sus secuelas fueron más fruto de su constante compromiso con el bienestar familiar. Siempre que la familia pasaba por graves problemas económicos, Louisa se ponía a trabajar para sacar adelante a todos. Costurera, enfermera, profesora, lectora, escritora... un infatigable pundonor que también posee su encantadora protagonista de mujercitas, Jo March. 


© Gustavo Adolfo Ordoño 
    Periodista e historiador


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