75º Aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos y sus curiosidades históricas

Un grupo de japonesas de visita en la ONU observa una copia en formato cartel de la
Declaración Universal de Derechos Humanos

 

La Declaración Universal de Derechos Humanos se aprobó en la Asamblea General de Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948. Por eso se eligió la fecha del 10 de diciembre para celebrar el 'Día Internacional de los Derechos Humanos'. En Pax Augusta os queremos contar los datos históricos más curiosos alrededor de esta fundamental declaración de derechos universales


A

ntes veamos el contexto en el que se dio esta Declaración Universal de Derechos Humanos. Y lo mejor para ello es hacer un esfuerzo de empatía retrospectiva. Millones de personas en el mundo seguían conmocionadas por las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial. El futuro para muchas de ellas era más incierto si cabe porque la contienda no solamente había destruido las infraestructuras de sus países, también a los gobiernos e instituciones que debían emprender la necesaria reconstrucción. Ocurrió sobre todo en Europa del Este y en Asia, donde los vencedores de la guerra pasaron a hacerse cargo de las poblaciones de esos estados. Se hizo necesaria una amplitud de miras, estableciendo la universalidad de una serie de derechos humanos que debían trascender sobre nacionalidades, ideologías, religiones, culturas...


Artículo 1: Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros

 

 Desde esta perspectiva, en las Naciones Unidas, recuperación de la vieja idea de la Sociedad de Naciones (1919), se proyectó una declaración «como un ideal común para todos los pueblos y naciones». Fue elaborada por representantes de todas las regiones del mundo, con diferentes antecedentes jurídicos y culturales. El primer dato que atrae nuestra curiosidad sería que en el comité de redactores de la Declaración, la representación de los hispanohablantes recayó en el jurista y diplomático chileno Hernán Santa Cruz (1906-1999). Era el único redactor procedente de la cultura latina, aportando un contrapeso a la mayoritaria perspectiva anglosajona liderada por la carismática Eleanor Roosevelt, a la sazón presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas y del Comité de Redacción de la Declaración.


Artículo 3: Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona

 

 Otra curiosidad de este comité de redactores fue la presencia de Alexander E. Bogomolov, diplomático de la Unión soviética, que se sabe de su compromiso con la Declaración en contraste con el bajo perfil que deseaba dar Moscú a la Comisión de Derechos Humanos dentro del nuevo orden mundial surgido en 1945. Veterano de las cumbres de los Aliados en Teherán, Yalta y Potsdam, se le ha considerado también más como un auditor de los acuerdos entre las potencias vencedoras que un delegado «activista de los derechos humanos». Además del mencionado Santa Cruz y la presidenta Eleanor Roosevelt, los otros miembros del Comité de Redacción de la Declaración fueron: René Cassin de Francia, Charles Malik de Líbano, Peng Chun Chang de China, el Lord Dukeston del Reino Unido y William Roy Hodgson de Australia.   

La icónica fotografía de Eleanor Roosevelt contemplando la recién aprobada
Declaración Universal de los Derechos Humanos

 Aunque fue aprobada en primera votación por gran mayoría dentro de los 58 miembros que componían entonces las Naciones Unidas, con 48 votos a favor, fueron ocho los países que se abstuvieron y dos que no participaron en la votación. La abstención más significativa fue la de la Unión Soviética, a la que curiosamente acompañaron dos países que aunque asociados a la URSS en 1948 todavía tenían autonomía en sus relaciones internacionales: Ucrania y Bielorrusia. El resto de votos con abstención también reflejan la interpretación particular de los derechos humanos que tenían esos países, obligados por intereses creados, como el caso de Arabia Saudí, a la que incomodaba la propuesta occidental del «derecho a la libertad de culto». La otra abstención significativa fue la de Sudáfrica, obviamente su sistema de Apartheid vulneraba la mayoría de los artículos fundamentales de la Declaración

El resto de abstenciones fueron las de Polonia, y las de las antiguas Checoslovaquia y Yugoslavia. Los dos países que declinaron votar serían Honduras y Yemen. Quizás como curioso remordimiento por su inicial abstención, Polonia sería un país muy activo durante la década de 1950 en la Comisión de Derechos Humanos. De hecho, fue la delegación polaca la que propuso incorporar a la DUDH (Declaración Universal de Derechos Humanos) en 1956 los derechos fundamentales de los niños. Curiosamente, en la primera DUDH –de 1948- no estaban contemplados ni de manera específica o tangencial.   

 Finalmente, comentar que es el texto más traducido en todo el mundo; superando a «vacas sagradas» de la edición como la Biblia o El Quijote. Según la web de la ONU, la DUDH está traducida y redactada a más de 500 idiomas; por ello ha recibido el Premio Guinness de los Record al considerarse el documento con más traducciones. Eso sí, no sé si se han fijado en el curioso detalle de la fotografía donde la presidenta Roosevelt sostiene una Declaración en su versión hispana. El título de la DUDH es en realidad: Declaración Universal de los Derechos del Hombre. Hoy día, haciendo estricto caso a los derechos de igualdad, en las traducciones al español se procura no usar ese antiguo sinónimo –Hombre- del término «Humano».

 

La DUDH es ampliamente reconocida por haber inspirado y allanado el camino para la adopción de más de setenta tratados de derechos humanos, que se aplican hoy en día de manera permanente a nivel mundial y regional (todos contienen referencias a ella en sus preámbulos) [de la web de la ONU] 



Gustavo Adolfo Ordoño ©
Historiador y periodista 

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