El olvidado joven que fue uno de los Beatles por una semana y media

 

Jimmie Nicol parece abandonado y olvidado como una maleta en el aeropuerto de Melbourne en 1964


  Como metáfora de lo que ocurriría meses después, este joven músico británico parece una maleta abandonada y olvidada en la desangelada terminal de un aeropuerto. Es Jimmie Nicol y acaba de concluir el trabajo de su vida. Ha sustituido durante ocho conciertos a Ringo Starr, aquejado de una infección. Pero ese maravilloso sueño se acabó en Australia, donde el mítico batería de los Beatles se ha recuperado a tiempo para participar en el segundo concierto dado en Melbourne. Nicol no quiso quedarse, tomó su cheque de 5.000 libras esterlinas y salió muy temprano del hotel. Era lo mejor; así es como se desvanecen los sueños, al amanecer.

La fotografía sería tomada por un reportero y fan de los músicos de Liverpool, uno de los pocos interesados en saber de Nicol más allá de su semana y media de gloria y fama. Esos inolvidables diez días fueron al inicio de junio de 1964, durante una gira maratoniana de los Beatles que les llevó por varios continentes. Comenzó en Dinamarca y Holanda, siguió por Hong Kong y terminaba en Australia. Allí, el 14 de junio de 1964, fue realizada esta instantánea, inicio de la soledad y del olvido que viviría este Beatle efímero, un «Beatle de repuesto».

  Pertenecer al grupo musical más famoso e idolatrado de esos tiempos, que luego pasaría con el máximo honor a la historia de la música mundial, resultó una experiencia «mágica» pero poco provechosa para Jimmie Nicol. Contratado desde la visión más mercantilista del representante de los Beatles, Mr. Epstein, fue utilizado para no detener la «máquina de hacer dinero» que ya eran los conciertos de los maravillosos jóvenes de Liverpool. La mañana en la que ya no eran necesarios sus servicios, los que habían sido sus compañeros dormían profundamente. No quiso despertarlos para despedirse. Desayunó con Epstein que le pagó con un cheque y un reloj lujoso. Tomó un taxi y discretamente llegaría al aeropuerto de Melbourne. 

De regreso a casa, al Reino Unido, Jimmie Nicol intentó ganarse la vida en la música, aprovechando el tirón de haber sido «reserva» de Ringo Starr. Cuando el productor de los Beatles, George Martin, le llamó era porque se había hecho cierto renombre como batería del grupo de los Shubdubs. Pero sus proyectos musicales fracasaron, y ocurrió muy pronto. A los nueve meses de esta fotografía se declaró en banca rota, debiendo más de 4.500 libras esterlinas. A partir de 1967 se le pierde la pista en el mundo de las bandas musicales. Parece que emigra a México intentando montar una productora musical, pero sobre 1975 vuelve a estar en Londres; donde se sabe que se dedicó a la construcción de viviendas. 

  Se le dio por muerto en 1988. Era una fake new , pues un reportaje de investigación sobre los Beatles de 2005 publicado en el Daily Mail confirmó que seguía vivo. En sus escasas declaraciones a la prensa ha reconocido no haber sabido administrar esos días de gloria y fama con los Beatles. Existe tristeza y cierto arrepentimiento por aceptar esa oferta de sustituir algo insustituible. Ahora, con más de ochenta años, puede que lleve puesto el reloj de oro que le regaló el representante Epstein. Mirando la esfera donde han pasado las miles de horas de una vida cotidiana. 


© Gustavo Adolfo Ordoño
   Historiador y periodista

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1 Comentarios

  1. Me gusta muchísimo esa serie de entradas en las que, además de llevarnos a otro tiempo, nos llevas a preguntarnos si es real todo lo que vemos en una foto. Muy buena labor.

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